Solo en enero pasado, 63 motorizados murieron en Venezuela. Leonardo Amesti, un repartidor de comida por delivery, sobrevivió a un choque con conductor ebrio en Maracaibo, tras 18 días inconsciente. Los médicos no explican su recuperación; que él atribuye a un “milagro”.
Maracaibo. El 30 de noviembre de 2024, la vida de Leonardo Amesti, un joven de 27 años, cambió para siempre. Mientras regresaba en su moto tras entregar un pedido del restaurante donde trabajaba como repartidor delivery, un conductor ebrio le cerró el paso en la avenida circunvalación dos de Maracaibo.
El motorizado que circulaba a más de 100 kilómetros por hora intentó frenar para evitar las erráticas maniobras del automovilista, pero perdió el control de su vehículo, al impactar lateralmente contra el carro. Como consecuencia, sufrió severos golpes en la cabeza, muñeca y rodilla izquierda.
“Me pidieron hacer esa última entrega y cuando venía de regreso veo que el carro está haciendo zigzag, me quitó la derecha y me cerró el paso. Yo frené pero cuando me vi fue encima de carro”, cuenta el joven en la enramada de su casa.
Un testigo que circulaba detrás en una camioneta auxilió inmediatamente al repartidor, quien quedó tendido sobre el pavimento.

“Con la adrenalina que tenía me puse a discutir con el tipo porque él salió del carro, abrió la maleta y sacó otra cerveza, eso me enfureció, pero a los minutos me desmayé. El señor que me auxilió me metió la mano en la boca y me sacó la lengua porque estaba convulsionando y gracias a eso pude vomitar la sangre que me estaba ahogando”, recuerda.
Una mala noticia
En plenos preparativos navideños, Nerelia, la madre de Leonardo, recibió la angustiante noticia. Al llegar al lugar del accidente, su hijo ya había sido trasladado al Hospital Universitario de Maracaibo.
Durante el mes de enero de 2025, el Observatorio de Seguridad Vial (OSV) contabilizó al menos 332 accidentes de tránsito en todo el país, en el que murieron 127 personas: 104 hombres y 23 mujeres; mientras que otras 512 personas sufrieron alguna lesión. En total 639 personas resultaron afectadas.

De los fallecidos, 63 eran conductores de motos, lo que representa 50 % de los casos que documentó el OSV. Este grupo lidera estadísticamente la categoría de víctimas mortales según el observatorio.
El diagnóstico médico indicó politraumatismo craneoencefálico severo, fracturas en muñeca, hombro, tibia y peroné. Su condición era crítica debido a tres coágulos cerebrales, y los médicos plantearon la posibilidad de amputar su pierna, según relata su hermana Laurinel.
“Yo no sabía que me había partido la pierna, cuando volví en sí lo supe porque estaba morada y me la querían cortar. Gracias a Dios llegó un traumatólogo y se dio cuenta que uno de los huesos me estaba presionando una arteria y por eso no tenía circulación de sangre. Me amarró una botella de agua de cinco litro para que el peso llevara a su lugar el hueso, el me salvó la pierna”, comenta Leo, como le dicen cariñosamente sus amigos.
El OSV reveló que la tasa de lesionados durante el primer mes del año fue de 154,22 % por cada 100 accidentes de tránsito, por lo que hubo más de una persona con lesiones en cada accidente. La mayoría fueron personas en motos con edades que abarcan de los 15 a los 19 años de edad; otro grupo de personas con edades que oscilan entre los 20 y 39 años de edad; 40 hasta mayores de 65 años de edad.
El poder de la fe
La familia de Leonardo explica que nunca dejó de orar por él durante los 18 días que permaneció inconsciente en la Unidad de Cuidados Intensivos y atribuyen a un milagro la recuperación del joven que para el tercer día comenzó a mostrar una mejoría inexplicable para la ciencia médica.
El OSV determinó que la tasa de mortalidad en enero fue de 38 por cada 100 accidentes de tránsito.
“Los doctores comparaban las placas, las tomografías y no se explicaban como él fue sanando tan rápido. A mi hermano no le hizo falta operarlo de nada. Los coágulos fueron desapareciendo, fue algo inexplicable para los médicos, pero nosotros sabemos que fue Dios. Leonardo es un milagro porque él estaba a punto de morir pero el poder de la fe, lo sanó”, sostiene su hermana Laurinel.
Nerelia Amesti sostiene que nunca aceptó los pronósticos negativos. “A nosotros nos sostuvo la fe ciega en Dios. Yo estaba sorda a todo lo que me decían los médicos, no aceptaba el diagnóstico negativo, nunca le di poder a eso”.

La recuperación de Leonardo no fue fácil económicamente para la humilde familia, porque tal y como lo cuenta su madre, las precariedades del hospital, a pesar del buen trato del personal médico y de enfermería, los obligó a buscar recursos.
“Aquí se activó todo el mundo. Sus amigos, toda la familia, todos ayudaron con rifas, potazos y venta de sopas para comprar lo que se necesitaba porque en el hospital no hay nada, todo lo piden. Solo en ambulancia para trasladarlo a hacerle una resonancia costó 140 dólares, más el examen 120 dólares”, precisa su hermana.
Una nueva vida
“Es lamentable que haya tenido que pasar esto para que Leonardo se acercara más a Dios. Actualmente Leo está sano, en su última tomografía el neurólogo dijo que estaba bien. Aún persiste inflamación en el cerebro y por eso se le olvidan algunas palabras, pero habla y ve perfectamente. Solo sigue en terapia con la pierna”, cuenta su madre.
Actualmente, Leonardo asiste regularmente a la iglesia con su familia y ha retomado su trabajo en el restaurante, aunque decide no conducir motos nuevamente.
“Me sané porque Dios me tocó, él se acordó de mí, él me levantó de la muerte. Estoy constantemente en su palabra y agradecido con mi familia y mis amigos que no me dejaron solo. A los jóvenes les digo que usen el casco. Yo no vuelvo a manejar una moto más nunca en mi vida porque por la imprudencia de otro, pagamos los que andamos trabajando”, sentenció el joven.
Durante el mes de enero, el OSV totalizó al menos 114 accidentes de tránsito en la categoría de choques simples, 66 de esos fueron derrapes, casos que involucran directamente a los conductores de motos con o sin acompañantes en 19,88 %.

Los datos revelan que 514 vehículos estuvieron involucrados en accidentes, siendo 265 motocicletas, representando el 51,56 %.
El exceso de velocidad persiste como la principal causa de accidentes en Venezuela durante enero, con 216 casos documentados en medios de comunicación y redes sociales, constituyendo el 65,85 % del total según el OSV.
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