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Fotografía: Armando Díaz.

En la Expo Fedecámaras Carabobo 2025, Jorge Aroca presentó Phoinike Customs, un software que moderniza los procesos aduanales en Venezuela. Ante un sistema burocrático y fragmentado, expertos resaltan su potencial para un comercio exterior más seguro y eficiente.

Valencia. La burocracia es uno de los principales retos en los procesos aduaneros, tanto en Venezuela como en el ámbito global. En el Índice de Desempeño Logístico (LPI por sus siglas en inglés) del Banco Mundial más reciente, publicado en 2023, Venezuela obtuvo una puntuación de 2,16 en eficiencia de despacho aduanero (en una escala de 1 a 5), situándose entre los países con mayores dificultades logísticas en la región.

Este bajo desempeño está vinculado a la lentitud de los trámites, la duplicación de requisitos documentales y la falta de digitalización efectiva. En respuesta a esta situación, un grupo de jóvenes encabezado por Jorge Leonardo Aroca Acuña desarrolló un software orientado a facilitar, estandarizar y optimizar los procesos aduanales.

La propuesta fue presentada por Aroca Acuña durante el ciclo de conversatorios de la Expo Fedecámaras Carabobo 2025, bajo el título “La nueva forma de hacer aduanas”, donde expuso las capacidades de Phoinike Logistic.

El panel de la actividad contó también con la participación de José Alfredo Sabatino, presidente de la Academia de la Historia del estado Carabobo y gerente general de Globalpandi S. A.; Benjamín Cordero, abogado asociado de Sabatino Pizzolante Abogados y especialista en Derecho Marítimo Internacional; Juan Miguel Guerra, experto en legislación aduanera; y la historiadora y miembro de número de la Academia Nacional de la Historia, Inés Quintero.

Empezó en la colonia

Para comprender la evolución del sistema aduanero venezolano, la historiadora Inés Quintero ofreció una contextualización histórica. Explicó que el modelo aduanero tiene más de cuatro siglos de vigencia, remontándose al periodo colonial, cuando se establecieron las primeras infraestructuras portuarias y almacenes regulados por la administración española. Esta estructura fue conservada y adaptada a lo largo del tiempo.

Quintero indicó que cada etapa histórica presentó desafíos distintos. Durante la colonia, por ejemplo, existía un sistema en el que incluso los esclavos eran considerados mercancía con régimen propio. Los depósitos aduanales funcionaban, en muchos casos, como espacios de confinamiento.

“Las almacenadoras eran casi como cárceles”, explicó.

Posteriormente, con el proceso republicano, las aduanas adquirieron una función de control fiscal y político. “Era un nuevo orden político que aplicó ajustes para darle un carácter republicano al sistema de ese entonces”.

Entre los siglos XIX y XX, llegaron a representar más del 90 % de los ingresos fiscales del Estado. Con la aparición de la industria petrolera, este escenario cambió, aunque las aduanas continuaron siendo un instrumento con implicaciones políticas y económicas relevantes.

Quintero señaló que Venezuela vivió durante el siglo XX un proceso de institucionalización del sector portuario, lo cual atrajo inversiones y rutas navieras importantes hacia los principales puertos del país.

“Destacamos en el continente y con esto atrajimos a muchas navieras a las principales navieras y principales puertos del país”.

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Foto: archivo

Una plaga cambió todo

En septiembre de 2024, el Ejecutivo nacional anunció medidas orientadas a reformar el sistema portuario, tras reconocer deficiencias en la gestión operativa. El presidente Nicolás Maduro decretó la liquidación del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) y ordenó la intervención de Bolivariana de Puertos (Bolipuertos), durante una sesión del Consejo de Economía Productiva.

El gobernante afirmó que era necesario “mejorar los procesos administrativos y limpiar los puertos del país”, al señalar que uno de los objetivos era reducir los tiempos promedio de exportación de 34 a 10 días, atendiendo las denuncias de diversos gremios industriales.

Estos cambios ocurrieron bajo el mando del Contralmirante Germán Eduardo Gómez Lares, quien fue designado como el nuevo Presidente de Bolipuertos.

Organizaciones como Transparencia Venezuela han documentado prácticas irregulares dentro del sistema portuario. Un estudio de esta ONG estima que los puertos venezolanos reciben alrededor de 1.400.000 de dólares diarios en ingresos, equivalentes a 42.000.000 mensuales.

Además, denunciaron la existencia de esquemas extorsivos, en los que se aplican tarifas planas a contenedores, sin considerar el contenido de la carga. En 2022, estas prácticas habrían generado ingresos superiores a los 1.394.000.000 de dólares; en 2023, la cifra descendió a 900.000.000 debido a mayores restricciones.

Por otro lado, datos de la Asociación de Agentes de Carga y Aduanas de Venezuela (Asocav) indican que las importaciones aumentaron un 35 % en 2024, lo que refuerza la necesidad de contar con procesos más eficientes.

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Foto: cortesía de Bolipuertos

Phoinike Customs

En este contexto, Jorge Leonardo Aroca presentó el sistema Phoinike Customs, una herramienta digital diseñada para simplificar y automatizar los procesos aduanales, disminuyendo los niveles de burocracia y fragmentación en las agencias.

“Primero comenzamos con un módulo para solventar el control sobre retenciones, luego otro para verificar facturas, y después se nos ocurrió la idea de crear un producto que pudiera enlazar tanto a los clientes como a las agencias de aduanas, para que en un solo gestor se pudiera llevar a cabo todo el proceso”.

Se trata de un método único que permite el control completo de las operaciones. Es una propuesta novedosa que puede revolucionar la forma de entender las aduanas. “Todos los que trabajamos en este sector deberíamos tener nuestro propio software”, afirmó.

Según su descripción oficial, Phoinike Customs permite registrar y hacer seguimiento a las cargas, consultar documentación, revisar el calendario de actividades y recibir notificaciones en tiempo real, desde computadoras o dispositivos móviles. Además, promueve la comunicación directa entre agentes y usuarios del sistema.

Actualmente, la mayoría de las agencias aduanales operan con sistemas propios no integrados, lo que genera duplicación de esfuerzos y errores. “Buscamos unificar, crear una plataforma”, señaló el desarrollador.

Aroca destacó que su plataforma busca unificar estos procesos y reducir la dependencia del correo electrónico para la transferencia de información. “Luego las agencias de aduanas deben resolver uniendo esa información con sus sistemas particulares”.

Ilícitos

Juan Miguel Guerra abordó el marco legal vigente, señalando que la Ley Orgánica de Aduanas data de 1978 y tuvo su última modificación en 2014, principalmente en lo referente al régimen sancionatorio. Resaltó que soluciones como Phoinike Customs contribuyen a minimizar infracciones y ofrecen mayor seguridad jurídica a los operadores.

“Eso se traduce en más certezas para los operadores. Es un ganar-ganar, y no existen muchas referencias similares”.

Por su parte, Benjamín Cordero, doctor en derecho marítimo, explicó que si bien el uso de nuevas tecnologías puede incrementar la eficiencia, también introduce riesgos asociados a la seguridad informática.

Indicó que la inversión en protocolos de protección de datos es crucial, y que los sistemas deben incluir trazabilidad, es decir, el registro detallado de cada acción realizada sobre un documento, con nombre y apellido del responsable. “La tecnología dicta la evolución de los negocios, pero también añade riesgos”.

Cordero propuso automatizar las notificaciones dentro del sistema y fortalecer los mecanismos de auditoría digital como elementos esenciales del control corporativo. “Es decir, que cada persona que monte, modifique u opere sobre un documento deje un registro con nombre y apellido. Ese rastreo es vital porque demuestra control corporativo”.

No todo está asegurado

José Sabatino, presidente de Globalpandi, centró su intervención en el tema de los seguros vinculados al comercio internacional. Explicó que, aunque se asume que toda mercancía está asegurada, existen limitaciones importantes.

“Todo el mundo parece creer que todo lo que se mueve en el comercio internacional está asegurado, pero nadie se pregunta qué cubre el seguro o bajo qué siniestros se activa”.

Indicó que gran parte del transporte internacional —alrededor del 90 %— se realiza por vía marítima, y muchas mercancías están cubiertas por pólizas declarativas que pueden resultar inválidas si no se cumple con los procedimientos de notificación.

“Hay muchísimas mercancías que tienen una póliza declarativa, pero resulta que tenían un viaje que no se declaró porque el empleado encargado salió de vacaciones. Hablamos de mercancías que pueden valer hasta 6.000.000 de dólares”.

Sabatino destacó que el proceso involucra múltiples actores: buque, mercancía, puerto, operador portuario y otros intermediarios, cada uno con coberturas específicas. También alertó sobre la existencia de pólizas diseñadas con exclusiones significativas, lo que puede dejar a los operadores sin cobertura en caso de siniestros.

Asimismo, señaló que algunas de las principales aseguradoras del país no ofrecen protección contra delitos cibernéticos, lo cual representa una vulnerabilidad importante. “El país no está preparado”.

Los especialistas coincidieron en que el sector aduanero se encuentra en una fase de transformación, donde la incorporación de tecnología y el fortalecimiento institucional son claves para avanzar hacia procesos más seguros, eficientes y transparentes. La experiencia de Phoinike Customs representa un ejemplo de cómo la innovación puede contribuir significativamente a mejorar el comercio exterior venezolano.

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