Por temor a represalias por parte de los cuerpos de seguridad del Estado quienes saben en dónde vive, la madre del joven de 28 años pidió a Crónica.Uno que no se revelen ni su identidad ni la de su hijo.
Caracas. “Su hijo está solicitado”, le informaron a Fátima* unos funcionarios de la División de Inteligencia Estratégica (DIE) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que llegaron a su hogar y la obligaron a encerrarse en una de las habitaciones mientras se llevaban a Andrés*.
Treinta minutos más tarde, a través de una publicación en redes sociales, se enteró de que su hijo había sido asesinado.
“Ahí dijeron que fue en un enfrentamiento, pero eso no fue así, a él lo ajusticiaron. Se lo llevaron a un callejón y le dieron unos tiros”, dice la madre. Insiste en que a funcionarios ajusticiaron a su hijo, debido a que todos los impactos que recibió fueron en la espalda.
Fátima reconoce que su hijo, de 28 años, tenía antecedentes penales. Sin embargo, sostiene que ya había “pagado” por sus errores y que ahora se dedicaba a trabajar en su comunidad, en Petare.
“Él estaba enfermo. Tenía tuberculosis y además había sido operado del corazón. Para ayudarlo, el mismo consejo comunal le daba trabajo. Recogía basura y hacía todo lo que le dijeran”, cuenta Fátima.
De esta forma, desmiente la versión que afirma que su hijo formaba parte de la banda “Los Chicorrios”, que opera entre las zonas tres y cuatro de José Félix Ribas.
Miedo a denunciar
“Nosotros no tenemos derechos humanos. Ni siquiera vamos a poder velar a nuestro hijo. Tenemos que enterrarlo directamente”, afirma mientras espera fuera de la morgue a que un cuerpo de seguridad del Estado llegue para custodiar el traslado de su hijo al cementerio.
La madre destaca que no es la primera vez que los cuerpos policiales se llevan a jóvenes inocentes de sus hogares, para luego alegar que pertenecían a algún grupo delictivo.
A pesar del temor a represalias, espera que se haga justicia y que la muerte de su hijo, asesinado el pasado jueves 6 de febrero, no quede impune.
No obstante, por este mismo miedo, Fátima pidió a Crónica.Uno que no se revelen ni su verdadera identidad y la de su hijo. Teme por su seguridad puesto a que los funcionarios que asesinaron a Andrés saben en dónde reside.
Temor en José Félix Ribas
Habitantes de José Félix Ribas aseguran que el sector vive con miedo de hablar en voz alta desde que los cuerpos policiales entraron en busca de Wilexis Alexander Acevedo Monasterios, líder de la banda homónima, asesinado el 22 de enero durante un operativo en Filas de Mariche, estado Miranda.
Por eso, evitan hablar sobre la delincuencia en la zona o guardar en sus teléfonos celulares cualquier contenido que pueda vincularse con alguna banda, ya que los funcionarios podrían revisarlos.
“El miedo no es solo por los funcionarios que andan en camionetas con las caras tapadas en camionetas, o motos. El miedo es hacia cualquiera porque de repente uno ve a alguien que parece ser una persona que vive en la calle y resulta que es un policía disfrazado”, asevera un residente de José Félix Ribas, que pidió no ser identificado.
Añade que esta situación ha llevado a la comunidad a evitar hablar de esos temas en voz alta, pues nunca saben quién puede escuchar sin que se den cuenta.
Aunque la búsqueda del cabecilla comenzó en 2019, tras convertirse en un objetivo del Gobierno por defender a los habitantes de Petare de la represión policial durante las protestas contra Nicolás Maduro, se intensificó antes de las elecciones de julio de 2024, cuando el Estado lo acusó de estar vinculado a planes desestabilizadores junto a la oposición y Colombia.
Después de Wilexis
Tras la muerte de Wilexis, uno de los delincuentes más buscados del país, cuya recompensa el Gobierno de Nicolás Maduro fijo en $150.000, la búsqueda de otros miembros de la banda se mantiene, tanto en José Félix Ribas como en barrios cercanos.
Como resultado, se han ejecutado detenciones y el asesinato de uno de los lugartenientes de la banda, que en su momento contaba con al menos 200 integrantes.
Carlos Alberto Aguilar Flores, apodado Care muerto, quien se encontraba escondido en el sector Guaicoco, en Petare, fue asesinado el 26 de enero durante “un enfrentamiento”.
Según el director del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico, el hombre de 25 años era “el segundo” de la banda de Wilexis y estaba solicitado por robo agravado, agavillamiento y porte ilícito de armas. Además, tenía otra solicitud por fuga de detenidos.
(*) Se modificaron los nombres de las fuentes por medidas de protección.
Lea también:
Asesinaron a adolescente luego de visitar a su novia en Coche