El pulso por la fecha de inicio del año escolar ha intensificado la tensión entre el gremio docente y el Ministerio de Educación. Pese a los intentos de diálogo, persisten suspensiones de salarios y bonos, por lo que los docentes solicitarán una reunión urgente con el ministro en la primera semana de clases.
Caracas. En la última semana de agosto, mientras los pasillos de muchas escuelas permanecían vacíos y las pizarras todavía mostraban rastros del receso académico, la discusión sobre la fecha de inicio del año escolar 2025 – 2026 comenzó a tensar una vez más la relación entre el gremio docente y el Ministerio de Educación.
La incertidumbre, más que un debate legal, ya se sentía en las voces de los maestros que no sabían cuándo regresar ni bajo qué condiciones.
En medio de los desacuerdos por la fecha de inicio de clases, el gremio de educadores solicitará una reunión con el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, para exigir mejoras en sus condiciones laborales.
Los docentes evalúan presentar propuestas que incluyen desde un aumento salarial y mejoras en la calidad educativa hasta mayores garantías en materia de seguridad social.
Este año, el regreso a las aulas está marcado por un panorama de creciente incertidumbre y desafíos, a los que se ha sumado una reciente polémica por la fecha del retorno a las aulas.
Mientras el Ministerio de Educación fijó el 8 de septiembre como fecha de reinicio de actividades, los docentes, amparados en el reglamento de la Ley Orgánica de Educación, ratificaron el 16 de septiembre como día de incorporación.
La crisis de fondo
El choque entre ambas fechas marcó el inicio de un pulso que, lejos de resolverse, expuso la distancia entre autoridades y maestros. En cada declaración y comunicado, la tensión escaló. De los anuncios oficiales a las réplicas gremiales, del llamado al diálogo a la denuncia por salarios suspendidos.
La discusión entre el gremio docente y el Gobierno, lejos de centrarse en los planes para el nuevo período lectivo, se ha convertido en las últimas semanas en un cruce de advertencias y demandas sin respuestas claras.

La decisión de la fecha, anunciada de manera unilateral y sin consulta por parte el organismo ministerial, evidencia la brecha entre las autoridades y el sector docente, en un contexto atravesado por la desvalorización salarial y la migración masiva de profesionales.
Fuentes consultadas por Crónica Uno subrayaron la urgencia de atender la crítica situación de los educadores a pocos días del inicio de clases. Señalaron que, pese a los intentos de diálogo con las autoridades, persisten casos de suspensión de salarios y bonos vacacionales que afectan a miles de trabajadores de la educación.
De acuerdo con reportes, docentes en reposo o con licencias sindicales han visto interrumpidos sus pagos. Por ello, insisten en concertar un encuentro con el ministro en la semana del inicio de actividades. La fecha exacta aún no está definida.
En busca de diálogo
El pasado 16 de agosto, el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, anunció el retorno a los planteles de trabajadores y personal administrativo para el 8 de septiembre, mientras que el inicio del año escolar se fijó para el 15 de septiembre.
Sin embargo, mediante un comunicado oficial, la Federación Venezolana de Maestros (FVM) rechazó la decisión. En el texto el gremio citó los artículos 54 y 56, que establecen que el año escolar comienza el primer día hábil de la segunda quincena de septiembre, es decir, el 16 de septiembre. El reglamento también garantiza 60 días de vacaciones al personal docente.

Carmen Teresa Márquez, presidenta de la FVM, señaló que, a pesar de la cercanía del inicio de clases, los docentes aún no han tenido ninguna reunión con el ministro de Educación. Por ello, solicitarán un encuentro en la primera semana escolar para presentar propuestas en beneficio de la educación nacional.
Márquez explicó que la solicitud de reunión responde a un contexto de crisis que afecta tanto la calidad educativa como la situación laboral de los maestros. “Queremos reunirnos con el ministro de Trabajo y con el ministro de Educación para conversar y llegar a un acuerdo. Tenemos ideas concretas y queremos discutirlas”, afirmó.
La dirigente subrayó que los maestros aspiran a un año escolar pacífico y positivo. No obstante, recordó que la situación económica los pone en una posición insostenible, pues el salario actual no cubre la canasta básica, un problema agravado por la inflación desbordada.
“No se puede tener motivación cuando un papá o una mamá no puede dejar comida en su casa y además sale a darle clase a 30 o 40 niños”,
lamentó

Salarios suspendidos y sin respuesta
Además de la crisis salarial, los educadores enfrentan la suspensión de sueldos que afecta a miles de trabajadores. Hasta el pasado julio, unos 40.000 docentes tenían su salario interrumpido, según cifras de la FVM.
Aunque la suspensión se aplicó inicialmente como medida para sancionar a quienes no asistían a los planteles, Márquez aseguró que, de forma discrecional, también afecta a maestros activos. Por ello, pidió al Ministerio implementar mecanismos administrativos adecuados.
“Hay que hacer un censo por parroquias, municipios y estados para no perjudicar a quienes realmente asisten a los planteles. En estas suspensiones masivas caen los maestros que están cumpliendo y también los que no”, afirmó.
El más reciente informe de la Unesco reveló que existe un déficit mundial de 44.000.000 de maestros en los niveles de educación primaria y secundaria. El país no escapa a esta realidad. Según proyecciones del reciente estudio de la ONG Monitor Descave, se necesitan aproximadamente 256.000 docentes para cubrir el déficit existente.

Según Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital (Sinvema), en las aulas caraqueñas la falta de docentes ya alcanza 40 %. Indicó que la escasez impacta a todas las especialidades. Pero resulta más evidente en áreas como matemáticas, donde el año pasado apenas se graduó un profesor en una de las principales universidades.
Calidad educativa en picada
La precariedad laboral deriva en un severo deterioro de la calidad educativa. Un informe de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) reveló que más de 70 % de los estudiantes, desde sexto grado de primaria hasta quinto año de bachillerato, reprueban materias clave como matemáticas y habilidad verbal. El promedio en ambas áreas no supera los 7 puntos sobre 20.

Sobre este tema, el representante sindical señaló que el deterioro en la educación se aceleró a causa de la pandemia y la implementación de un “horario mosaico”. A su juicio, esto generó una “catástrofe educativa” que afectó a los jóvenes y profundizó las deficiencias en el aprendizaje.
Polémica por los “preparadores”
El tres de septiembre pasado, el ministro de Educación autorizó la incorporación de estudiantes que ejercerán como preparadores para apoyar a sus compañeros en el estudio de distintas materias. Según el ministro, los alumnos seleccionados serán aquellos que mantengan los mejores promedios en los liceos del país.

Ante esta medida, prevista para el nuevo año escolar, el gremio docente se mantiene escéptico. Machado cuestionó el anuncio, al considerar que no constituye una solución real para un problema estructural, especialmente al tomar en cuenta el bajo nivel académico de los estudiantes de educación media.
Márquez, por su parte, indicó que la medida ya comenzó a aplicarse en algunos planteles, aunque los gremios desconocen detalles.
“Algunos bachilleres sin estar graduados ya fueron incorporados en algunas escuelas para asistir en las clases y en actividades especiales, pero no manejamos el número exacto ni los detalles. No se nos ha notificado nada hasta el momento”,
dijo.
Así, entre fechas encontradas, salarios suspendidos y un déficit creciente de maestros, el regreso a clases en Venezuela se perfila más como un pulso abierto que como una jornada de celebración.
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