Cifras del Ministerio Público indican que más de 800 personas siguen detenidas tras las protestas ocurridas tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
Caracas. Para sentir un poco de ruido, Eneida* le sube el volumen a la televisión que está en la sala de su casa. Mientras está sentada, observa a su alrededor y piensa en su hijo, quien desde el 30 de julio de 2024 está detenido tras haber publicado un video en TikTok.
En el audiovisual, el hombre de 40 años invitaba a participar en las manifestaciones en rechazo a la falta de transparencia en las elecciones del 28 de julio pasado, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le atribuyó la victoria a Nicolás Maduro.
Cuando pasan las horas y el silencio se vuelve intolerable, Eneida empieza a llorar, mientras trata de recordar todas las veces que su hijo Yan* pasaba a saludarla antes de entrar a su casa que colinda junto a la de ella.
Por eso, cada vez que lo visita en el Centro Penitenciario de Tocuyito, en donde está recluído desde el 26 de agosto, le pide perdón, pues ella fue quien le dijo a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que llegaron a su casa, en dónde podían encontrar a su hijo.
“Ellos me dijeron que lo iban a tener por dos días para que los colectivos que lo estaban buscando por el video no le hicieran daño. Ellos me trataron tan bien que yo les creí y les dije dónde estaba él”, manifiesta con arrepentimiento.

En cada visita a Tocuyito, Eneida suplica el perdón de Yan, pero él la consuela asegurándole que no hay nada que perdonar. Le explica que ella no podía prever el engaño, ni imaginar que le plantarían evidencias falsas como gasolina y otros materiales, los cuales fueron utilizados para imputarle cargos de “terrorismo” e incitación al odio.
Larga espera
Los dos días que Yan estaría encerrado, se han convertido en cinco largos meses en los que Eneida, quien se dedica a la venta de condimentos en un mercado de La Guaira, haga “malabares” para poder costear lo que conlleva su traslado a la cárcel del estado Carabobo.
“Para ir de La Guaira al terminal, gasto siete dólares y para viajar a Valencia, son 20 más. Lo mismo para volver. A mi se me hace muy difícil. Lo que gano no es suficiente y el que me ayudaba era mi hijo, que ya no está”, expone la mujer de 63 años.
Eneida sufre de artritis, por lo que mantenerse por varios días como hacen otros familiares le resulta casi imposible. Sin embargo, quisiera hacerlo para poder tener información más inmediata.
Insiste en que cada vez le resulta más desesperante la opacidad en la que tienen a los familiares que esperan que los detenidos sean excarcelados.
Este miércoles, 8 de enero, se cumplen tres dìas sin excarcelaciones de detenidos poselectorales en el marco de operativos poselectorales, lo que acrecienta el miedo por parte de parientes consultados por Crónica Uno que expresan temor por estar de cara al 10 de enero, día en el que Nicolás Maduro espera juramentarse como gobernante por seis años más.
De acuerdo con cifras del mismo Gobierno todavía quedan 885 detenidos en el contexto de las protestas contra los resultados de las elecciones del pasado 28 de julio.
Promesas incumplidas
Entre el 26 y 27 de diciembre, los familiares de los detenidos en Tocuyito y el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como Tocorón, recibieron promesas en las que les decían que para el 31 de diciembre, todos los detenidos estarían en las calles. No obstante, eso no ocurrió.
La desesperanza se disipó en los primeros días de enero, al ver que el proceso continuaba.
“Pero ya han pasado tres días sin que digan nada. No vemos nada de liberación y tenemos miedo”, dice Eneida.
Además del bienestar de su hijo, que desde su detención ha bajado 20 kilos que le atribuye a la poca y mala cantidad de comida que recibe, le preocupa su nieto de 16 años, que fue diagnosticado con depresión y su nuera que llora constantemente.

“Mi nieto decía que se quería morir por no tener a su papá. Desde que empezó a ir al psicólogo dejó de decirlo. Ha estado animado porque sus compañeros del liceo lo han ayudado a pagar la mensualidad que pagaba su papá. A nosotros se nos hizo imposible”, lamenta.
Su nieto de ocho años, después de cada visita le hace un pequeño interrogatorio en el que pide saber cómo se ve su papà y si en el encuentro pudieron verse frente a frente, como él quisiera tenerlo.
Sembrar miedo
En Tocorón, familiares contaron a Crónica Uno que temen por los detenidos que han sufrido represalias por parte de los custodios por las distintas denuncias de sus parientes que estàn en los alrededores.
“Les están quitando la comida. Ayer (7 de enero) a las 12:00 p.m. todavìa no habìan desayunado”, asegura una madre que pidiò no ser identificada por temor a su integridad física.
Asevera que, a diferencia de dìas anteriores en los que el optimismo se sentía en las afueras y ventanas de las celdas del penal, desde donde los presos “gritaban y rezaban” ilusionados por salir, ahora no se escucha ni una voz. Solo se observan señas que indican a los familiares que se vayan y no se acerquen.
“Mi hijo me dijo: mamá, ya no vengas más. No vengas tan seguido. Yo sé por qué te lo digo. Por favor, hazme caso”, expone desconsolada.
Ella misma está bajo amenazas por ser una de las denunciantes a los medios de comunicación y redes sociales.
Contrario a lo que quisiera, ha hecho caso a las advertencias de su hijo debido a que lo que más la asusta es que su hijo sufra las consecuencias durante su encierro.
De acuerdo con la organización Foro Penal Venezolano, hasta el 30 de diciembre de 2024, un total de 1794 personas se mantienen detenidas tras las manifestaciones que iniciaron el 29 de julio, un día después de las elecciones presidenciales de 2024.
De los 1515 excarcelados bajo medidas cautelares reportadas por el Ministerio Público, la ONG Foro Penal solo ha podido confirmar 75 en lo que va de 2025 y “más de 100”, en el mes de diciembre de 2024.
(*) Se modificaron los nombres de las fuentes por medidas de protección.
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