Vecinos de la Candelaria denuncian la tala de dos árboles centenarios y exigen respuestas ante el daño ambiental y la falta de información oficial.

Caracas. Hace una semana, dos imponentes árboles centenarios ubicados en la esquina de Pajarito, en la plaza Candelaria del municipio Libertador, fueron talados. Solo quedan sus troncos como mudos testigos de su antigua grandeza. Ahora, la calle se encuentra desprovista de sombra, lo que ha dejado a los transeúntes expuestos al sol directo.

Los habitantes de la parroquia desconocen qué entidad ordenó la tala. Rafael Rodríguez, vecino de la zona desde hace 50 años, sospecha de la Alcaldía de Caracas, aunque no descarta la intervención de empresas privadas.

“Talar un árbol es un crimen contra la naturaleza y un atentado contra el sentido de ciudadanía. Es mutilar la ecología y el cuidado del ambiente de la ciudad caraqueña”, afirma Rafael, quien ha vivido 50 años en la parroquia.

Aunque no existen cifras oficiales sobre deforestación urbana, la ONG Ciudad Laboratorio registró la desaparición de al menos 309 árboles en cuatro municipios de la Gran Caracas durante 2021.

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Dos árboles fueron talados hace una semana en la Candelaria. / Foto: Crónica Uno

Además, un informe de Clima 21 (2023) revela una preocupante aceleración de la deforestación en Venezuela desde 2020.

Carlos Peláez, ecólogo urbano, denuncia la falta de políticas públicas para proteger los árboles en la ciudad. “Lo que se mantiene verde es gracias a la acción de los vecinos o a la gestión de funcionarios conscientes”. 

Peláez señala que la tala injustificada es un delito en Venezuela, pero en los últimos años se ha vuelto común ignorar los permisos legales o sobornar a las autoridades para eliminar árboles por conveniencia particular.

Árbol caucho en la Candelaria 

“Me duele ver la acera sin esos árboles de caucho que nos daban sombra”, lamenta Tomasa Villarroel, residente de la urbanización Parque Caracas desde hace 30 años. Recuerda que probablemente existían antes de la construcción de las edificaciones.

Tomasa recuerda que los árboles probablemente existían antes de la construcción de las urbanizaciones. / Foto: Crónica Uno

Tomasa siente que las autoridades han causado un daño irreversible a estos seres vivos que proporcionaban oxígeno a residentes y transeúntes.

Para ella, las autoridades han causado un daño irreversible a estos guardianes verdes que proveían oxígeno a residentes y transeúntes. Los árboles de caucho, que pueden alcanzar hasta 40 metros, son conocidos por su savia lechosa utilizada en la producción de caucho natural.

El ecólogo reconoce que algunas especies, como el ficus, no son ideales para áreas urbanas debido a sus raíces invasivas. Sin embargo, enfatiza que el enfoque debe ser preservar los árboles existentes, especialmente los de gran porte y belleza, pues son generadores de sombra y oxígeno.

“Las autoridades podían adaptar la infraestructura para aprovechar el valor del árbol. Pero si era necesario talar, las autoridades debieron sustituirlos de inmediato”,

recalca. 

Mantenimiento de los árboles 

Una vecina que prefiere mantener el anonimato argumenta que los árboles eran refugio de roedores que afectaban la calidad de vida local.

Un vecino asegura que los árboles Cauchos eran una guarida de roedores. / Foto: Crónica Uno

“Eran dos árboles completamente sanos y que no habían perjudicado nunca la calidad de vida de los vecinos de la zona”, asegura Damaris Márquez, vecina de la parroquia. 

En Venezuela, las alcaldías son responsables del mantenimiento fitosanitario urbano. Según Peláez, las podas deben realizarse correctamente para garantizar la salud arbórea, al eliminar parásitos y potenciar sus funciones ecológicas.

en Venezuela la poda se realiza más por conveniencia que por cuidado: se corta para que el árbol “no estorbe”, no para preservarlo. A propósito insiste en que las malas prácticas de poda pueden desestabilizar los árboles.

“Si las podas no se hacen de forma correcta, pueden desestabilizar el árbol. Al realizar un mal mantenimiento, los árboles quedan con las ramas de las copas, mientras quitan las más bajas, lo que ocasiona un desbalance”,

explica. 

Caracas está lejos de ser una ciudad verde 

Para Rafael, este no es un caso aislado: la tala en la Candelaria sentaría un peligroso precedente que amenazaría a los demás árboles del área.

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Rafael teme que se vuelva una práctica recurrente en la zona / Foto: Crónica Uno

Carlos Peláez Peláez lamenta que la capital haya perdido su verdor por la tala indiscriminada. “Ahora es una ciudad climáticamente hostil, con pocos vestigios de su pasado verde”.

El cambio climático hará que Caracas sea cada vez más cálida, agrava la preservación del clima fresco durante las sequías, puntualiza el experto. En ese sentido, subraya que la principal razón de tener árboles en una ciudad es bajar su temperatura. 

“La sombra de los árboles es fundamental para la vida en una ciudad tropical. Una ciudad sin árboles mantiene a sus habitantes encerrados, con consecuencias sociales, económicas y de salud”,

concluye.
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El ecólogo advierte que el cambio climático hará que Caracas sea cada vez más caliente. / Foto: Crónica Uno

Tomasa exige explicaciones claras sobre la tala de estos árboles treintañeros que formaban parte de la identidad caraqueña.

Por su parte, Rafael afirma que la parroquia requiere respuestas oficiales y justicia por esta acción arbitraria.

“Muchos vecinos acudimos a la fiscalía a presentar la denuncia. Esperamos que las autoridades actúen y que este hecho no quede impune”,

puntualiza.

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