Para mitigar la crisis climática que originó el deshielo del glaciar Humboldt y otros fenómenos, el gobierno de Nicolás Maduro anunció la reducción de la jornada laboral. Expertos señalaron que se requiere un plan para salvaguardar otros recursos hídricos en riesgo de desaparecer.

Caracas. Con el  derretimiento del último glaciar que existía en Venezuela conocido como el pico Humboldt en la Sierra Nevada, los expertos instan a las autoridades a tomar acciones para desacelerar los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas y otras fuentes de aprovechamiento hídrico que podrían secarse.

El 28 de marzo la Organización Meteorológica Mundial confirmó que Venezuela se convirtió en el segundo país del mundo, después de Eslovenia, en perder todos sus glaciares.

Aunque la noticia se conocía desde el 2024, la organización precisó entre las causas el deshielo y el incremento del nivel del mar, a causa del calentamiento de los océanos en las comunidades costeras de América Latina y el Caribe.

Para mitigar los efectos de la crisis climática que avanza a escala global, la administración de Nicolas Maduro anunció el 24 de marzo pasado la reducción de la jornada laboral en el sector público. En un comunicado el Ministerio de Energía Eléctrica atribuyó al aumento de temperaturas el descenso del nivel de agua de los embalses que generan la energía eléctrica en la región andina.

La pérdida de glaciares en Venezuela podría tener efectos significativos en los ecosistemas de montaña. Foto cortesía: Armando Díaz.

No obstante, expertos consultados por Cronica Uno señalaron que el calentamiento global que originó el deshielo de los glaciares requiere de un plan sostenido que involucre a distintos sectores y que incluya una valoración de los recursos hídricos disponibles y su impacto en el asentamiento de las comunidades.

Estiman que el avance de los estragos asociados a la emisión de gases de efecto invernadero, los incendios, la deforestación y el aumento del nivel del mar tendrá impacto a corto y largo plazo sobre otras zonas del país en estado de vulnerabilidad. Especialmente sobre los grandes ríos y otros afluentes que surten a los llanos y la región andina.

Entre enero y febrero de 2024 el Observatorio de la Nasa (Modis) detectó unos 9000 incendios ocurridos en importantes reservas forestales de Venezuela y parques de los estados Zulia, Bolívar, Aragua, Monagas y Anzoátegui.

Valdemar Andrade, ingeniero y especialista en hidrometeorología, indicó que estos incidentes se vieron reflejados en un aumento de temperaturas que hicieron del 2024 uno de los años más calurosos para Venezuela. Por eso no fue sorpresa que la delgada franja de hielo del glaciar Humboldt se derritiera a mediados de ese mismo año.

Aunque el Ministerio de Ecosocialismo (Minec) intentó revertir la situación, al envolver las 1,8 hectáreas del glaciar La Corona, en el Pico Humboldt, con un manto geotextil de polipropileno, no hubo forma de frenar los efectos del calor. La inclemencia del clima y el recrudecimiento del cambio climático sobre la región andina aceleró su desaparición.

La importancia de los glaciares

Los glaciares son depósitos de agua congelada que almacenan casi 70 % del agua dulce del mundo. Su función es alimentar a los ríos y aguas subterráneas cuando el clima es seco. También albergan una biodiversidad importante en los ciclos del carbono.

Los glaciares son masas de agua congelada. Foto cortesía: Shutterstock

De acuerdo con una investigación de National Geographic hasta 1910 Venezuela fue el hogar de seis glaciares que cubrían un área total de 1000 kilómetros cuadrados. Estaban ubicados en los picos Bolívar, Bonpland, La Concha, Espejo y Humboldt.

Sin embargo, con el transcurrir de las décadas estos inmensos cuerpos de hielo menguaron hasta desaparecer. El último que sucumbió a las inclemencias del clima fue el glaciar La Corona situado en el pico Humboldt del parque Sierra Nevada en mayo 2024.

Cuando un glaciar se derrite su agua no desaparece, sino que va a parar a los mares. Esto incrementa el nivel de los océanos, provoca deslizamientos, escasez de agua,  inundaciones y aumento de las temperaturas. Estos efectos no solo tienen gran incidencia sobre el eje montañoso andino sino que se extienden a otras latitudes y amenazan el equilibrio de ecosistemas diversos.

El ingeniero Andrade señaló que en Guayana, donde se encuentra el Salto Ángel, podría haber una minimización de los niveles de agua. Y en los llanos desertificación y sequía.

“Los suelos  serán más secos y habrá mayor erosión. Algunas áreas se convertirán en desiertos”,

advirtió .

La erosión, a juicio del experto, es un problema porque desestabiliza las pendientes y genera aludes de tierra que luego se depositan en forma de sedimentos en embalses y lagunas, lo que disminuye su vida útil.

Andrde agregó que los estragos de las variaciones del clima en la economía se intensificarán a partir de 2030. Para ese año la comunidad científica estima que la temperatura podría elevarse tres grados y aumentar 10 % las precipitaciones. 

Acciones pendientes

En su segundo reporte Académico de Cambio Climático la Acifiman advertía que la falta de agua impactará negativamente la actividad agrícola con pérdidas de 25 % en cultivos y producción de alimentos. Esto, de acuerdo con el estudio, podría llevar a la pobreza extrema a unas 200.000 personas.

Las consecuencias de estos fenómenos se reflejarán en los ciclos de cultivo y de aprovechamiento de los recursos. Según Andrade el régimen de adaptación de los cultivos al nuevo clima obligará a los agricultores a modificar las fechas de siembra y cosecha.

“El sistema de distribución de los recursos hídricos en embalses y represas se modificarán porque disminuirán los volúmenes de agua”.

Los ciclos de siembra y cultivo cambiaran por la crisis climática. Foto: vicepresidencia.gob.ve

En 2022 el gobierno de Nicolás Maduro aprobó 10 millones de dólares para combatir el cambio climático a través de charlas educativas y capacitaciones comunitarias. En ese momento especialistas y miembros de las sociedad civil entrevistados por Cronica Uno pidieron el acceso libre a los resultados de esta inversión y solicitaron al ejecutivo la puesta en marcha de un plan que incorporará a distintos sectores, pero no hubo una respuesta clara.

Andrade explicó que la adopción de un plan de cambio climático debe enfocarse en la búsqueda de  métodos de producción agrícolas adaptados a la nueva realidad ambiental. Otra de las acciones consiste en evaluar el impacto de la actividad económica sobre los asentamientos humanos.

“Es imprescindible analizar si las comunidades sufrirán afectación y deberán ser  reubicadas. La evaluación de los sistemas hidrológicos para saber en que situación están en una precaución importante para evitar”.

Lea también:

Caza incidental amenaza a las toninas en el Lago de Maracaibo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.