Deyber Torres tiene 10 años de edad y desde hace tres años asumió la interpretación del beato. Este sábado 26 de octubre se celebran 160 años de José Gregorio Hernández.
Caracas. En un urbanismo de la Misión Vivienda en Catia La Mar, La Guaira, vive un José Gregorio Hernández de 10 años de edad. Es un niño delgado, de piel bronceada y cabello oscuro. Se llama Deyber Torres y desde hace tres años asumió la interpretación del beato que más fe despierta entre los venezolanos.
Hace tres años, cuando la Iglesia Católica venezolana empezó los preparativos para celebrar la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, desde La Guaira también querían unirse a la celebración. En la diócesis del estado pensaron en buscar quién pudiera interpretar al doctor.

“El padre Alfredo Bustamante (párroco de la zona) quería un José Gregorio, él quería hacer algo diferente”, comentó Yajaira Marín, abuela de Deyber.
La misa
En medio de una reunión entre representantes de la diócesis y creyentes del urbanismo, le plantearon a Yajaira la opción de que su nieto fuera el encargado de personificar a la emblemática figura. Esas reuniones solían hacerse bajo un árbol en un terreno baldío.
Este sábado 26 de octubre se celebran 160 años del natalicio de José Gregorio Hernández. En el santuario del urbanismo, construido hace un año por la Arquidiócesis de La Guaira y la gobernación del estado, tienen programada una misa especial dedicada a conmemorar la vida del beato venezolano, y Deyber acudirá con el traje con el que respetuosamente lo interpreta.

Lograr la semejanza
José Gregorio era un hombre de mediana estatura y figura menuda, que siempre llevaba traje y un sombrero negro. Otra característica de su aspecto era el bigote. El uso de la bata blanca también era parte de su indumentaria cotidiana, ya que José Gregorio fue médico, científico y profesor universitario.
Yajaira y Denysa Vargas, mamá de Deyner, aceptaron que el niño encarnara al médico venezolano. Pero al poco tiempo se preguntaron de dónde iban a sacar la indumentaria necesaria para recrear a José Gregorio.

“Algo sale por ahí”, dijo Denysa, de 28 años de edad, una mujer con dos empleos para cubrir todos los gastos de ella y el niño. En casa vive junto con sus padres, dos adultos mayores de más de 60 años, y dos hermanos más. La familia, oriunda de La Guaira, forma parte de las víctimas del deslave de Vargas de 1998.
La familia
Luego del deslave se fueron a vivir a Puerto Cabello, a casa de familiares. Después se devolvieron a La Guaira, al mismo lugar de donde tuvieron que salir. Pero, en 2010, tras un fuerte aguacero, Yajaira no quiso volver a ese lugar y junto con su esposo y sus hijos se fueron a un refugio gubernamental.
“Los nervios me mataban y le pedí a mi esposo no volver más nunca a ese lugar”.
Finalmente, hace más de 10 años, la familia fue reubicada en el urbanismo Hugo Chávez de Catia La Mar, donde se cría Deyber desde que nació.

Todo lo necesario para interpretar al beato
Sin darse cuenta, Deyber tenía todos los implementos para interpretar a José Gregorio en casa. El pantalón y los zapatos de vestir son los mismos que usa en su uniforme de colegio. La camisa blanca, también de vestir, ya la tenía en su armario.
“Para ese momento le quedaba grande”, cuenta su abuela, mientras se ríe.
La bata blanca de médico es una de laboratorio que Denysa tenía guardada en casa desde hace muchos años y el sombrero también era de ella. Mientras que el estetoscopio que cuelga en cuello, tan cual como el llamado “médico de los pobres”, fue un regalo de su madrina.

“Ese se viste rápido”, dice Yajaira sobre cuánto tiempo tarda Deyber en colocarse la indumentaria de José Gregorio. Luego de que el niño termina de prepararse, su abuela o su mamá le hacen los bigotes con un lápiz negro de maquillaje.
“Ese se mete en el personaje”, añade la abuela.
Entre José Gregorio y el fútbol
“José Gregorio es un santo”, dice Deyber. Es lo que sabe del beato venezolano, quien aún no es santo.
José Gregorio fue beatificado en 2020, luego de más de 20 años de espera. En junio de este año el gobierno de Nicolás Maduro aseguró que la canonización de Hernández ya era prácticamente un hecho. Sin embargo, el Vaticano no lo confirmó.

Pero Deyber no solo es un niño que interpreta José Gregorio, también es fanático del fútbol.
“Acuérdate que a las 11:00 a. m. tengo práctica”, le dice a su abuela, mientras está vestido de José Gregorio.
Hasta el momento, el niño no tiene una posición fija dentro del campo, pero sabe que de adulto quiere ser jugador profesional.
El futbolista que más admira es al portugués Cristiano Ronaldo y su club favorito es el Real Madrid. “Antes me gustaba Messi pero ya no”, añade el estudiante de quinto grado.
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