La institución con sede en Margarita quiere abrir nuevas exposiciones, ampliar la investigación y servir mejor a las comunidades aledañas.
Porlamar. El Museo Marino de Margarita ha mantenido y mejorado su calidad desde su inauguración el 19 de noviembre de 1994. Y esto a pesar de enfrentar desafíos económicos desde 2015, incluyendo una caída en el turismo que llevó a un cierre temporal en 2016 y a una reducción del personal de 30 a 10 empleados.
Bladimir Rodríguez, miembro de la Junta Directiva de la Fundación Museo del Mar, organización no gubernamental que maneja el Museo Marino de Margarita, realzó la dedicación de estos 10 trabajadores a quienes califica de héroes.
Aunque el museo ha tenido dificultades de cortes eléctricos y equipos dañados por los constantes apagones en la isla, estos empleados siguen adelante sin perder la calidad pedagógica.
Rodríguez lamentó que el número de visitas haya disminuido de 85.000 anuales a solo 10.000 el año pasado.
Venido de España
El fundador de este museo fue el doctor Fernando Cervigón, un científico que llegó de España y ancló sus historias en Venezuela, con especial interés en la isla de Margarita.

Durante muchos años pasó por diversas instituciones, como La Salle, la Universidad de Oriente y la Fundación Los Roques. Los pescadores artesanales con los que trabajó le entregaron gran parte del material que hoy se exhibe en el museo.
«El doctor Cervigón logró, con mucho esfuerzo, crear esta fundación y el objetivo de abrir el museo después de muchos años. Fue un trabajo muy arduo, porque él fue colectando material, hasta que por fin logró que se construyera el museo y se abriera en el año 1994», recordó Rodríguez.
Insiste en que el museo es un ejemplo de autogestión porque, prácticamente, sus ingresos han dependido de la entrada que paga la gente para conocer sus instalaciones.
“Ha habido algunos apoyos externos de algunas organizaciones no gubernamentales, pero prácticamente poco o casi nada de las alcaldías, gobernación, ni del Estado o del gobierno nacional”, indicó.
Recordó que la institución que más les ha apoyado en el tiempo, no en cantidad, sino en calidad, y que continuamente ha estado presente con ellos, ha sido Fundación Empresas Polar, que les ha patrocinado diferentes proyectos.
Precisó que desde 2008 les ha financiado los acuarios, comenzando por el acuario virtual y el programa educativo. Sin embargo, apuntó que más del 90 % de los ingresos lo han generado por cuenta propia.

Metas pendientes
El directivo del Museo Marino de Margarita enumeró una serie de metas pendientes para concretar a partir de este 30 aniversario de fundación.
“Estamos acomodando el museo para celebrar 30 años de vida. La meta es seguir mejorando la institución. Y eso pasa por terminar el módulo que tenemos afuera para trasladar las áreas administrativas y convertir esas áreas administrativas en nuevas exhibiciones”, apuntó.
Tienen pendiente realizar una exposición sobre el trabajo de un arqueólogo de origen polaco, que trabajaba con las firmas de Venezuela, sobre el cielo peninsular.
“También queremos crear una sala sobre arqueología subacuática. Tenemos algunas piezas valiosas de los naufragios del Santo Pedro de Alcántara, así como el naufragio del arqueólogo de Aves”.
Reiteró que tienen muchos materiales para exhibir y muchos temas que abordar. Sin embargo, considera urgente comenzar a tratar el aspecto del cambio climático que afecta a los ambientes marinos.
Fortalecer la unidad de investigación con nuevos proyectos es otra de las metas pendientes a partir de este trigésimo aniversario.
Igualmente desean ejecutar un proyecto para evaluar el problema de la laguna de La Acequia, que está en la población de Boca del Río.

En cuanto al área de investigación, el museo tiene pendiente la evaluación de los fondos marinos de las costas de Cubagua y en general los fondos marinos de las costas del estado Nueva Esparta.
“También quisiéramos construir un pequeño taller de artesanía. Recientemente conocimos a un profesor de México que nos enseñó a hacer réplicas de corales y hoy en día él está capacitado para hacer réplicas exactas de los corales y también de fondos marinos. En Macanao y en todo el estado Nueva Esparta, hay muchos artesanos que trabajan con artesanías vinculadas al mar”, señaló.
Uno de los sueños de Fernando Cervigón era construir, en los terrenos aledaños al museo, una biblioteca y una sala audiovisual para la comunidad.
“Estamos empezando a digitalizar el material escrito, imágenes, libros, fotos y demás documentos y diapositivas del museo. Este es un pequeño proyecto que nos financiaron a través de un convenio con la Universidad de Cambridge y de la Universidad de California. Y este proyecto continuaría el año siguiente para seguir digitalizando información”, detalló Rodríguez.
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