Doctores del hospital Miguel Pérez Carreño contaron que los pacientes llevan botellones de agua para limpiar las habitaciones del centro médico y bañar a sus familiares ante las constantes fallas en el suministro.
Caracas. Para el médico cirujano Alejandro* su día a día en un “hospital de choque”, como le llama al Periférico de Catia, es una carrera contra el tiempo porque dice que el centro médico no tiene insumos básicos para realizar una cirugía o simplemente atender a un paciente.
En sus recorridos por el servicio el doctor observa las paredes. A pesar de que las pintaron no ocultan la humedad producto de una filtración que, indica, lleva años.
Con más de 50 años en la salud pública venezolana, Alejandro tuvo la oportunidad de conocer un sistema que fue ejemplo en la región. Sin embargo, en los últimos 20 años tuvo que ejercer la medicina en hospitales con fallas estructurales, problemas en los servicios públicos, déficit de insumos médicos, equipos y personal especializado.

“Es un choque muy duro para el médico ver cómo cada día se deteriora el hospital. Uno sufre las consecuencias de las malas decisiones. Trabajamos en un sistema en crisis y colapsado”.
Áreas y quirófanos sin servicio
En el Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño los médicos alumbran con sus celulares para subir las escaleras, ya que muchas áreas permanecen sin iluminación por retrasos en la reposición de bombillos.
Milagro*, doctora de la Unidad de Neurocirugía, ve a diario cómo los pacientes llevan botellones de agua para limpiar las habitaciones y bañar a sus familiares, porque en el hospital “casi nunca hay agua”.
Algunas camas tienen la misma antigüedad del Pérez Carreño. Los colchones, aunque renovados, pronto ceden por el deterioro. Y las cabeceras, donde deberían estar el oxígeno y una luz para el paciente están inoperativas por la falta de mantenimiento e inversión, aseguran los médicos consultados.

“Los quirófanos muy poco funcionan. Les faltan los aires acondicionados y tienen problemas en las máquinas de anestesia. Es la realidad del hospital”,
dice.
Mala planificación en la dotación
En varias oportunidades Fabián*, mastólogo con más de 15 años de servicio, observa que en el almacén del hospital Domingo Luciani hay medicamentos que son útiles pero no necesarios, tal es el caso del gluconato de calcio.
Sin embargo, los analgésicos o relajantes musculares, insumos de mayor demanda en las emergencias, están agotados.
A su juicio, la escasez se debe a la falta de planificación en la distribución de los medicamentos en la red hospitalaria. “A veces parece que nos envían lo que hay disponible, no lo que realmente se necesita en cada servicio”.

Improvisar para atender a los pacientes
En medio de las carencias el personal médico, enfermeras y residentes son quienes, con ingenio, logran mantener a flote la atención. Buscan soluciones donde no las hay.
“Con las uñas y el corazón, así trabajamos. A pesar de la falta de recursos la vocación es innegable. Pero no podemos negar que esta situación nos desgasta física y emocionalmente”, asegura Milagros.
En el hospital Luciani, contaron médicos a Crónica Uno, cuando no hay algún insumo los doctores deben adaptarse y utilizar los recursos disponibles e improvisar técnicas alternativas cuando sea necesario por el bienestar del paciente.
“En cirugía, por ejemplo, los drenajes son fundamentales para evitar complicaciones. Cuando no los tenemos, recurrimos a una sonda uretrovesical. No es lo óptimo y su rendimiento nunca será igual, pero ante la necesidad, es la opción que nos queda”,
asevera el mastólogo consultado.
Esta práctica la refleja la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) y asegura que en los hospitales el índice de desabastecimiento fue de 74 % durante el 2024.
Deficit de personal
El déficit de profesionales también perjudica a los pacientes. Según la Federación Médica de Venezuela de los 7,1 millones de connacionales que salieroin del país al menos 42.000 son trabajadores de la salud.

Los médicos consultados por Crónica Uno son testigos de cómo sus compañeros en plena jornada abandonan sus puestos de trabajo por los bajos salarios, que rondan los $30 dólares y las condiciones en las que hacen guardias.
“De persistir los bajos salarios podría llevar a la pérdida de grandes especialistas y afectar la formación de nuevos médicos. El futuro de la medicina hospitalaria es incierto”,
afirma Alejandro.
Las deficiencias en el sistema de salud pública genera que algunos pacientes tengan una actitud defensiva, cuando llegan al hospital, según los testimonios recabados.
“A menudo, cuando ocurre un problema, la culpa recae únicamente en el personal médico y de enfermería, sin considerar las deficiencias del sistema de salud”,
recalca Fabián.
Sobre la falta de insumos y personal, y los salarios en los hospitales, se pronunció el doctor Alejandro Crespo, expresidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría en el estado Aragua, luego de que el papá de un paciente amenazara con un destornillador a una residente de Pediatría, para exigir que operaran al niño en el Hospital Central de Maracay.
En un video difundido en su cuenta de Instagram el doctor aseguró que los postgrados están vacíos porque no hay insumos y por este motivo los pacientes agreden a los médicos, algo que “no es culpa” de los médicos. “Este año cachetearon a una pediatra en la Emergencia del Hospital Central de Maracay y de eso nadie se enteró”.
“La circunstancia de la residente de Pediatría es que gana de menos de $50 al mes y cada cuatro meses la universidad le pide $150 para pagar sus estudios, porque no hay comedor ni hay autobús para que ella llegue al hospital. Y la circunstancias del papá es que los exámenes de laboratorio, los estudios de imágenes y la lista para operarlo, que no baja de $500, la tiene que poner de su bolsillo”.
En su denuncia añadió que el Hospital Central de Maracay tiene cupo para más de 100 residentes entre los servicios Pediatría y Neonatología y actualmente hay menos de 40 “porque las condiciones son precarias”.
“Hay días que hay agua y hay días que no, de 10 quirófanos funcionan 5, de 6 ascensores funciona 1 y por el mismo que sube la basura bajan al paciente”, dijo el pediatra sobre las condiciones del hospital.
Los doctores consultados por Crónica Uno contaron que ejercer la Medicina se convirtió en una dura tarea, en vista de que no son ajenos a la crisis económica que atraviesa Venezuela. “Muchas veces se piensa en levantarse y tomar la decisión de no seguir”, agregaron.
(*) Los nombres fueron modificados por medidas de protección a la fuente.
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