El fiscal general no quiere dejar el cargo que ejerce desde hace más de siete años, cuando la ANC lo eligió como el sustituto de Luisa Ortega Díaz. Para ello, su hoja de vida debe convencer al Comité de Postulaciones.
Caracas. El actual fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, aspira a repetir en el cargo que ejerce en medio de polémicas desde 2017, cuando lo designó la Asamblea Nacional Constituyente, informó el Comité de Postulaciones del Poder Ciudadano.
El “poeta de la revolución”, como se le conoce a Saab en los círculos chavistas, es uno de los 35 aspirantes que persiguen el puesto de fiscal general y entre los que también destaca la abogada Katherine Harrington, sobre quien pesan sanciones de Estados Unidos por supuestamente violar los derechos humanos.
A sus 62 años, Saab, de origen libanés, ha sido diputado y gobernador por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Antes de ser fiscal también fue defensor del pueblo, un puesto que luce acorde al perfil de defensor de los derechos humanos que se labró en los primeros años de su carrera política.
Contrario a los aplausos que recibe desde la acera chavista, la oposición ha sido crítica con la gestión de Saab al frente del Ministerio Público, desde donde ha lanzado diversas iniciativas judiciales contra la oposición.
“Esta Fiscalía es un brazo de la persecución y el terrorismo de Estado en Venezuela; la designación y desempeño de su portavoz no sólo es ilegítima, es una vergüenza que la historia juzgará”, dijo a inicios de septiembre pasado la líder opositora María Corina Machado.

Tarek William Saab, contra Lula
A mediados de mes, el fiscal venezolano atentó contra sus propias aspiraciones cuando lanzó duros señalamientos contra el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien acusó de ser un “vocero” de la izquierda que captó la CIA en América Latina.
Saab declaró así tras rechazar que Lula, un antiguo aliado del chavismo, no aceptara los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, en las que el gobernante Nicolás Maduro se alzó con un tercer mandato consecutivo, y exigiera la divulgación de las actas de los comicios.
Sus palabras engrosaron el expediente del impasse actual entre Lula y Maduro, que sigue cuestionado tras las elecciones, que la oposición tacha de “fraudulentas”, y se produjeron solo días antes de la cumbre anual de los BRICS, un foro en el que Venezuela aspiraba a ingresar.
Tras el desliz retórico de Saab, la Cancillería venezolana lo desautorizó en público y se desmarcó de sus declaraciones, aunque el daño diplomático ya estaba hecho.
Finalmente, Venezuela no ingresó este año al bloque BRICS por el veto de Brasil, precisamente, un extremo que dio renovadas fuerzas al fiscal para atacar al mandatario amazónico, a quien ahora tacha de “mentiroso”.
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