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Crónica.Uno recabó 13 testimonios de mujeres y hombres, de entre 20 y 35 años de edad, que manifestaron no querer tener hijos debido al alto costo de la vida, desequilibrios de salud mental y desesperanza ante el futuro del país.

Caracas. En un hospital al oeste de la ciudad, María, una estudiante de derecho de 23 años de edad, hace fila junto a otras mujeres para averiguar sobre la esterilización femenina. No tiene hijos y tampoco los quiere, por eso busca un método anticonceptivo irreversible. “Decidí no ser madre porque no quiero tener hijos en un país en el que apenas sobrevivo el día a día”, explica.

Transcurridas unas horas de espera, ingresa al consultorio y es sometida a una evaluación. Tras una breve entrevista le informan que no es candidata al procedimiento porque no tiene embarazos previos y es “muy joven”. María cuenta que es la segunda vez que rechazan su solicitud para ligarse las trompas en el sector público, pero no desiste. Las negativas reafirman su decisión.

“No tengo suficiente dinero, me dan crisis de ansiedad y no he podido culminar mis estudios. No tendré un hijo para sufrir y hacerlo sufrir”. María conoce una asociación privada que sí realiza esterilizaciones a mujeres sin hijos, pero a un costo que, por ahora, no puede cubrir. “Seguiré en busca de alternativas para ligarme, no pueden negarme el derecho a decidir mi futuro”, dice tajante.

Aunque Venezuela sigue siendo uno de los países de América Latina y el Caribe con mayores tasas de embarazo adolescente, fuentes consultadas para este reportaje señalaron que también ha surgido un número creciente de jóvenes que manifiestan no querer hijos por múltiples causas, e incluso acuden a centros de salud en búsqueda de métodos anticonceptivos permanentes como la vasectomía y la esterilización.

Esto ocurre en un contexto en que las mujeres en edad fértil del mundo están teniendo menos hijos que en el pasado, y en el que algunos países están preocupados por la reducción en el número de nacimientos por año, y cómo esto podría afectar su desarrollo.

Elegir cuántos hijos tener es un derecho humano amparado en el el artículo 76 de La Constitución. Foto: Tairy Gamboa
Menos hijos, una realidad mundial

Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) la tasa de fecundidad, que se define como el número promedio de hijos por mujer en edad reproductiva de 15 a 45 años, se redujo de cinco hijos en 1950 a 2,3 para el 2021.

La reducción en la tasa de fecundidad de un país puede influir en la merma de la tasa de natalidad, que se refiere al número de nacimientos por cada 1.000 habitantes en un año determinado. Ambos indicadores se relacionan y se usan para medir el crecimiento de la población de un territorio.

En algunos países la reducción del número de nacimientos que reporta el Banco Mundial ha generado alertas. En Japón, Corea del Sur, Taiwán y España esta disminución ha llevado a los gobiernos a crear planes para alentar a las parejas a tener hijos.

Población crece más lento porque la gente tiene menos hijosPara obtener datos actualizados sobre la población venezolana, Crónica.Uno visitó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 12 de julio pasado. Empleados en el lugar sugirieron consultar el informe Venezuela en Cifras 2024, que elabora el Ministerio de Planificación.

Una versión del documento, disponible en la página del ministerio, describe que en 2000 el país contaba con 24,4 millones de habitantes. Proyecciones del INE estiman que para 2025 habrá 34,4 millones. Un gráfico con los datos señala que la tasa de crecimiento de la población—que arroja cuánto aumenta o disminuye el número de habitantes en un período específico— pasará de 1,9 % en 2000 a 1,1 % en 2025.

Por su parte, datos de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) 2023 revelan que el número de hijos por mujer en Venezuela bajó ligeramente de 2,18 hijos en 2019 a 2,01 hijos para 2023.

Estos indicadores no significan que el crecimiento de la población en el país sea una preocupación latente. Venezuela posee una de las más altas tasas de embarazo adolescente de América Latina y el Caribe con 97,7 nacimientos por cada 1.000 mujeres adolescentes, de acuerdo con el Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos (Cedesex), una fundación que promueve una vida libre de violencias y discriminaciones por razones de género, sexo u orientación sexual.

Sin embargo, fuentes entrevistadas para este trabajo identifican que junto a esta realidad también está presente el fenómeno de jóvenes que no quieren hijos. Expertos aclararon que estas suelen ser personas con mayor preparación académica y un mayor poder adquisitivo.

Crónica.Uno recabó 13 testimonios de mujeres y hombres, de entre 20 y 35 años de edad, que expresaron no desear hijos. Entre sus razones exponen problemas económicos, el contexto político y social, desequilibrios de salud mental, desinterés por ejercer el rol de padres, temor a repetir patrones de violencia intrafamiliar y desesperanza por el futuro del país.

Por qué los jóvenes no quieren hijos

Ana tiene 25 años de edad y un diagnóstico de trastorno bipolar. La enfermedad se caracteriza, entre otros síntomas, por episodios maníacos con exceso de energía, reducción de la necesidad de dormir y pérdida de noción de la realidad. La joven recibe medicación y asiste a terapia.

Cuenta que su mayor temor es salir embarazada porque su padre, al igual que ella, era paciente bipolar y tenía estallidos de ira y violencia dentro del hogar. Eso hizo de su infancia un calvario. Ahora en su adultez, Ana teme perpetuar los mismos abusos. “Vivir con un trastorno mental es doloroso y soy autodestructiva. No quiero convertirme en mi papá y hacerle daño a mis propios hijos. Tengo miedo de que eso pase. No quiero hijos”.

Eso hizo de su infancia un calvario. Ahora en su adultez teme perpetuar los mismos abusos. “Vivir con un trastorno mental es doloroso y soy autodestructiva. No quiero convertirme en mi papá y hacerle daño a mis propios hijos. Tengo  miedo de que eso pase. No quiero hijos”.

Magdymar León, coordinadora del servicio de atención psicológica de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), explicó que puede suceder que algunos adultos con infancias traumáticas, sentimientos de frustración y tristeza prefieran no reproducirse.

“Como cultura valoramos la estructura de la familia tradicional por ser referente de realización personal y felicidad, pero ese modelo se  transformó. Ya muchos no eligen esa opción y es totalmente válido”, dijo.

Nataly García, especialista del servicio psicológico Armando Janssens que funciona en la sede del Grupo Social Cesap, planteó que muchas parejas en edad reproductiva con preparación académica priorizan la obtención de beneficios económicos, laborales y sociales antes que convertirse en padres. Aspiran primero a tener sueldos competitivos y una vivienda propia.

También hay quienes hablan de desinterés por ejercer el rol de padre o madre. Ese es el caso de Jossiel, un ingeniero informático de 32 años de edad, a quien no le gustan los niños. “No tengo la paciencia para lidiar con ellos, no soporto que corran o griten. Tampoco tengo los medios económicos para criar a uno y considero que ya somos demasiados en este planeta”.

Josué, por su parte, cuenta que tiene una opinión que genera polémica entre sus familiares y amigos, porque pese a que no quiere tener hijos biológicos se plantea adoptar en un futuro. “Traer hijos al mundo me parece inmoral por todos los niños abandonados que están sufriendo y necesitan un hogar. Hay cierta superioridad moral en creer que un hijo propio será mejor solo por tener tus genes”.

Desde hace meses el joven ahorra dinero para someterse a una vasectomía en la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), una institución sin fines de lucro que busca contribuir al ejercicio pleno de los Derechos Humanos en el área de salud sexual y salud reproductiva de adolescentes, jóvenes, hombres y mujeres sin discriminación. Aseguró que ya casi tiene reunidos los 148 dólares que cuesta el procedimiento.

La responsabilidad de la anticoncepción

Plafam dispone de un variado catálogo de anticonceptivos y ofrece atención médica. Sus servicios son pagos, pero en alianza con otras fundaciones, ejecutan jornadas de esterilización y vasectomía gratuitas dirigidas a personas de escasos recursos en entornos vulnerables.

Rosa Torres, especialista del área educativa de Plafam, precisó que a través del proyecto con la fundación Bergstrom entre abril de 2023 y marzo de 2024 esterilizaron a 535 mujeres y 250 hombres en Distrito Capital, Táchira, Lara e Higuerote (estado Miranda). Estadísticas de la asociación arrojan que los procesos de ligadura incrementaron 6 % y las vasectomías 7 % respecto a 2022.

Sin embargo, en los últimos años ha crecido el número de jóvenes que asisten a consulta privada dispuestos a pagar por esta intervención.

Torres señaló que al servicio llegan jóvenes de 23 o 25 años de edad decididos a hacerse la vasectomía, porque están seguros de que no quieren tener hijos independientemente del contexto. “Es una decisión personal”, dijo.

Plafam realiza ligadura de trompas y vasectomías a mujeres y hombres sin hijos una vez que han superado una rigurosa evaluación psicológica. En esos casos, un especialista le plantea al paciente diversos escenarios y evalúa su conducta para determinar si su decisión de no tener hijos está condicionada, detalló. 

Parejas jóvenes eligen entre tener pocos hijos o ninguno
Rosa Torres de Plafam, explicó que los jóvenes prefieren postergar la llegada de los hijos para centrarse en su desarrollo personal. Fotografía: Tairy Gamboa

Aunque cada vez es mayor la cantidad de hombres interesados en asumir la responsabilidad de la anticoncepción, Lelis Quintero, presidente de la Sociedad Venezolana de Obstetricia y Ginecología, indicó que en su mayoría siguen siendo las mujeres quienes toman medidas para evitar los embarazos. “Acuden solas buscando métodos efectivos porque no quieren tener hijos o desean postergar el tenerlos”, dijo.

Anticonceptivos más populares en VenezuelaEn el año 2014 el Estado venezolano comenzó a promover la esterilización femenina enmarcada en el plan quirúrgico nacional. De acuerdo con información oficial, para 2018 al menos 4.500 mujeres habían sido ligadas en los estados Carabobo, Zulia, Guárico, Táchira, Yaracuy, Trujillo, Miranda, Barinas y Bolívar. Sin embargo, el informe Mujeres al Límite publicado en 2019, cuestiona que dichas jornadas no incluían las vasectomías. “Es una medida discriminatoria que confirma que en Venezuela las decisiones en materia reproductiva son responsabilidad de la mujer y no del hombre”, se lee en el documento.

En paralelo a esas jornadas, en marzo de 2020 el gobernante Nicolás Maduro instó a las venezolanas a parir seis hijos para “engrandecer la patria”. Gobiernos de otras naciones interesados en aumentar la población invierten millones de dólares en servicios de cuidado infantil y licencias de maternidad. En Venezuela el Ejecutivo creó en 2017 el bono parto humanizado dirigido a mujeres embarazadas de pocos recursos. El monto del subsidio es de 216 bolívares, equivalentes a 6 dólares mensuales para el momento de esta publicación.

Una decisión cuestionada

En un contexto que algunas de las entrevistadas consideran desfavorable para ejercer la maternidad, la esterilización es una alternativa segura. Eso opina Fabiola, una abogada de 25 años que está cansada de lidiar con las críticas por rehusarse a ser madre. “Me lo han preguntado tantas veces que ahora digo que soy estéril. Ni mi familia ni mis ex parejas me apoyaron en mi decisión”.

Fabiola explicó que no se siente psicológicamente preparada para lidiar con los cambios de un embarazo. Gana 300 dólares mensuales que apenas le alcanzan para cubrir gastos de alquiler y comida. Los anticonceptivos hormonales le generan desequilibrios y quisiera optar por la esterilización quirúrgica.

Lelis Torres señaló que, aunque elegir cuántos hijos tener es un derecho humano amparado en el marco legal, como lo establece el artículo 76 de La Constitución y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1976), la práctica de estos procedimientos suelen hacerse a discreción de los especialistas.

“Algunos de los estándares aplicados son: el número de hijos, enfermedades preexistentes, antecedentes de complicaciones en embarazos anteriores y trastornos genéticos”, destacó. Sin embargo, según los criterios de elegibilidad de la Organización Mundial de la Salud, la nuliparidad en la mujer, es decir el no haber parido, no es una contraindicación para la esterilización quirúrgica.

 

Jorge Pérez, médico obstetra e integrante de la ONG Médicos Unidos de Venezuela, apuntó que en la planificación familiar actual tiene mucho peso la situación país.

Hasta abril de 2024 el costo de la canasta básica para cinco integrantes era de 1.200 dólares equivalentes a unos 156 salarios mínimos, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).

“Ahora tenemos el fenómeno de las familias con un solo hijo. La cantidad de descendientes disminuye entre personas bien educadas. Nuestras abuelas tenían entre 4 a 6 hijos pero eso cambió. Ahora las parejas eligen entre tener pocos hijos o ninguno”, recalcó Pérez.

Sin embargo, Magdymar León y Nataly García recalcaron que la realidad de la zonas rurales y sectores indígenas empobrecidos es que las adolescentes, y algunas mujeres, no disponen de opciones para elegir si desean ser madres. “En estas áreas encontramos mujeres con cuatro o cinco hijos. Y en sitios populares vemos jóvenes con embarazos tempranos que luego optan por los métodos definitivos”, dijo León.

García coincidió y agregó que esta toma de decisiones sobre no querer hijos ocurre especialmente en poblaciones con cierto estatus económico e intelectual. “Los menos favorecidos, al no ser conscientes de sus derechos sexuales y reproductivos llevan a cuestas la maternidad o paternidad no deseada y en muchos casos irresponsable”.

Créditos:

Investigación y texto: Betania Franquis

Infografías: Amadeo Pereiro

Edición: María Victoria Fermín


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