Más de 100 adolescentes fueron detenidos tras las protestas contra la falta de transparencia en las elecciones presidenciales de 2024. Familias como la de Abrahan enfrentan abandono institucional y cargas económicas para garantizar su bienestar. Aunque el Gobierno anunció la excarcelación de 80 personas, el 18 de julio pasado, la ONG Foro Penal advierte que aún siguen detenidos cuatro menores de edad.

Caracas. Armando reproduce en su celular un video donde aparecen varios compañeros de clase de su hijo, Abrahan, mientras caminan hacia el retén de menores de Caraballeda, en el estado La Guaira, para hacerle llegar la franela beige que debía usar en su último año de bachillerato.

Aunque no pudieron entregarla directamente en el centro de reclusión donde el adolescente permanece desde hace casi un año —tras ser capturado por civiles armados cuando regresaba a casa con unos amigos durante el primer día de protestas contra los resultados de las elecciones presidenciales de 2024—, “una persona” la recibió y se encargó de pasarla.

Minutos después, Abrahan saludó desde una ventana del retén con el uniforme con las firmas de sus amigos y lleno de mensajes de aliento, un gesto que parecía romper, por un instante, las paredes del encierro.

“Deben quererlo mucho porque le escribieron bastantes personas”, contó Armando a Crónica Uno, mientras miraba la franela que mantiene colgada encima de un tanque en forma cilíndrica que está a un lado de su cama.

Aunque agradeció la iniciativa de los jóvenes que compartieron aulas con su hijo, le duele que Abrahan no haya podido vivir su último año escolar como ambos lo habían imaginado. También le duele que, por primera vez, su hijo —que cumplió 17 años en junio, ya detenido— tuvo que “reparar” materias “por primera vez”, ya que su arresto le impidió comenzar las clases de manera regular.

Aun así, Armando intenta no dejarse atrapar por los pensamientos negativos. Busca mantenerse ocupado dentro de su casa para animarse.

Cuando el encarcelamiento se vuelve insoportable, acude a visitar amistades cercanas en La Guaira o va a la iglesia que frecuenta. Pero en las noches todo se torna más difícil, y la sensación de encierro se acentúa.

“Iban a ser 45 días de averiguaciones y mira, ya pasó todo un año”, comenta el hombre de 65 años. Para él, el momento más duro llega de noche, cuando se queda sin nadie con quien hablar y se enfrenta al vacío que dejó su hijo en la cama que compartían.

Tras las protestas por los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, más de 2000 personas fueron detenidas en todo el país. De ese total, la organización Foro Penal documentó que más de 100 eran adolescentes.

Cuando detuvieron a Abrahan, la noche del 29 de julio, había otros 17 adolescentes junto a él en el mismo centro de detención preventiva en La Guaira.

Foto: Crónica.Uno

Un año

Uno de los retos cotidianos de Armando es conseguir recursos para cubrir los alimentos y productos que su hijo necesita recibir a diario.

Según la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), los adolescentes detenidos tienen derecho a una alimentación adecuada y balanceada. El Estado debe garantizar su cumplimiento. Pero esa garantía, en la práctica, no se respeta plenamente.

Por eso, su padre debe llevarle todos los días desayuno y almuerzo preparados.

“Cuando puedo también le llevo como un mercadito como harina y eso para que tengan para prepararle ahí en la noche. La verdad es que yo siempre le llevo. No importa que no tenga para mí”, insiste.

Asegura que “nunca” ha dejado de comer, pero ha tenido que reducir sus tres comidas diarias a una sola cuando los recursos escasean en casa.

Hacer lo posible

“A veces pido fiado, pero no siempre me dan porque tengo alguna deuda pendiente. Es extensible”, comenta. “Yo no tengo una entrada fija, solo cuando me sale algo. Eso hace todo más difícil”, añade.

Armando trabaja como soldador, un oficio con el que ha sostenido a su hijo toda la vida. “Él me decía: papá, yo quiero trabajar, yo te ayudo. Pero yo le decía que no, que su único trabajo era estudiar. También le gustaba jugar fútbol. Eso era lo que hacía”, subraya.

Debido a su situación, un pastor de la iglesia le ofreció ayuda para conseguir una vivienda en mejores condiciones que la que comparte con Abrahan: una estructura sobre tierra rojiza, hecha con láminas de zinc y tablas, que consta de una sola habitación con cama, cocina y nevera. No tiene baño.

“Aquí quería hacer una habitación para mi hijo”, dice al señalar un espacio de tierra a un lado de la pequeña construcción.

La detención

La noche del 29 de julio, cerca de las 7:00 p. m., Abrahan salió a caminar con tres amigos, vecinos de su comunidad, por la zona conocida como “el playón”, rumbo a su casa en Los Corales.

“En eso los para una camioneta y unos cinco hombres armados se los llevan y empiezan a gritarles guarimberos. También les empezaron a pegar y amenazarlos de muerte”, recuerda su papá.

Los hombres, que no estaban identificados como parte de algún cuerpo policial, trasladaron a los cuatro adolescentes hasta una playa desierta, donde comenzaron a golpearlos mientras les “decían que los iban a matar”.

Minutos después, los entregaron a un cuerpo policial de La Guaira que continuó con las agresiones. “Yo estaba con unos vecinos esperándolo, viendo lejos, preocupado y mi muchacho no aparecía. No sabíamos nada”, recuerda.

Sin transporte para movilizarse, el grupo de representantes recorrió varios lugares hasta llegar a un comando en Macuto, donde estaban recluidos los adolescentes.

Adolescentes
Foto: Crónica.Uno

“Me acuerdo que escuché el nombre del mío y el alma me volvió al cuerpo”, dice con evidente emoción.

En su informe presentado este lunes, 21 de julio, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) detalló que de los 158 detenidos, muchos sufrieron torturas, golpes y asfixias con bolsas lacrimógenas.

Un mes después

A diferencia de otras familias, Armando no pudo ver a su hijo durante el primer mes. Según la normativa, solo las mujeres pueden acceder a las visitas.

“Pude verlo un mes después cuando me dijeron que podía hacerlo si colaboraba”, admite. “La primera vez eso fue una abrazadera y una lloradera. Me pedía perdón y decía que si hubiese estado en casa, nada de eso hubiese pasado”, agrega.

De inmediato, cuando la culpa de ver a su padre en esas circunstancias lo invade, Armando le recuerda que el joven, imputado con cargos como terrorismo, incitación al odio y obstrucción a la vía pública, no es culpable de nada y que por el contrario, se siente muy orgulloso de él.

En su informe de 2024, el OVP señaló que muchos adolescentes no fueron detenidos durante las manifestaciones, sino mientras caminaban por las calles o dentro de sus viviendas.

Adolescentes Unicef mayo 2025
Foto: Crónica.Uno

La ONG Foro Penal sostiene que, hasta el 14 de julio, aún permanecen detenidos cuatro adolescentes. El Gobierno informó el viernes 18 de julio que 80 personas serían excarceladas.

El anuncio, sin embargo, solo incluyó a personas adultas. Ninguno de los beneficiarios es menor de 18 años.

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