Los pacientes acuden desde las 3:00 a. m. para acceder a una radiografía en un Centro de Diagnóstico Integral, si este ofrece el servicio, y enfrentar barreras similares en otros ambulatorios para acceder a tratamientos de malaria o VIH en el estado.
Bolívar. En el sector Carrizal, parroquia Pozo Verde, no cuentan con un ambulatorio cercano. Acudir a un hospital o un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) significa al menos una o dos horas de distancia para las zonas rurales de Ciudad Guayana.
Sin embargo, en la zona no circula el transporte público. Deben caminar al menos media hora para llegar hasta la parada más cercana.
“Yo sufro de epilepsia y si me da algo en la noche hay que esperar hasta el otro día a ver cómo hacemos porque no tenemos carro. A veces un vecino cercano tiene disponibilidad para ir en carro propio y salimos hasta San Félix. Si no hay que ir hasta la parada y esperar una “perrera” (camionetas tipo pick up) para salir. Allí gasto como 60 bolívares en pasaje, nada más de ida y por persona”, relató Zulay Calderino.
La mujer, de 63 años de edad, recuerda que en una ocasión la llevaron al módulo de Vista al Sol y no tenían tensiómetro.
A más de una década de su implementación los CDI, una de las principales apuestas del sistema público de salud venezolano, no cumplen su rol como centros de atención primaria.

En Puerto Ordaz la mayoría de estos espacios cuentan con el esquema de vacunación para niños, niñas y recién nacidos, pero se reduce a cupos diarios que son aún más limitados para acceder a otros servicios como radiografía, en caso de que esté activo.
Trabajadores del sector salud, quienes por seguridad pidieron el resguardode su identidad, consideran que los CDI dejaron de ser una solución real para la población.
“Cuando fueron creados los CDI generaron una alta expectativa. Despertaron esperanza en muchas comunidades que veían en estos centros la posibilidad de una atención médica oportuna, gratuita y de calidad. Sin embargo, los años han pasado y hoy no cumplen con esa promesa. Se convirtieron en un sistema más, sin capacidad real de resolver los problemas sanitarios de la gente”.
Actualmente, en Ciudad Bolívar existen seis CDI. De acuerdo con una de las fuentes consultadas varios de ellos cerraron en varias oportunidades por fallas estructurales, problemas con los servicios públicos y falta de personal.
Aunque inicialmente se crearon 31 en el municipio Angostura del Orinoco (anteriormente Heres) solo 11 están operativos y la atención que prestan es limitada, no responde a las necesidades reales de las comunidades que dependen de ellos.
“Hay CDI que tienen equipos de rayos X, pero para poder acceder a una placa hay que madrugar desde las 3:00 a. m., hacer largas colas y aun así el cupo diario no supera los 10 o 15 pacientes. La demanda de atención es muchísimo mayor. No es un servicio accesible ni equitativo”,
indicó.
Sin especialistas
Además de las restricciones operativas el gremio alerta sobre la ausencia de atención especializada.
“Nunca llegaron los especialistas. Hoy solo hay médicos generales que ofrecen una atención básica, muchas veces limitada por la falta de insumos, medicamentos y condiciones adecuadas. Los diagnósticos integrales nunca se materializaron”.

Lamentan que estos centros no cuenten con tecnología moderna para diagnósticos más avanzados, como tomografías o ecografías. Esto obliga a los pacientes a recurrir al sistema privado, muchas veces inaccesible por su alto costo.
“Los CDI iban a ser centros de salud con tecnología de punta, eso fue lo que se prometió. Pero eso no existe. La infraestructura está deteriorada, los equipos están dañados o no llegaron, y el personal trabaja sin los recursos mínimos”, agregó.
Puntos de vacunación
Muchos de estos centros funcionan solo como puntos de vacunación bajo el programa del ASIS, pero no como espacios integrales de salud.
“Es lamentable que una iniciativa que nació con tanto potencial esté tan lejos de cumplir su propósito. La atención primaria es la base de cualquier sistema de salud y en este caso no está garantizada”, sostuvo.
En Puerto Ordaz la mayoría de los CDI cuentan con la disponibilidad del esquema de vacunación para niños, niñas y recién nacidos. Aunque los cupos diarios son limitados, quienes acudieron recientemente sostienen que sí es posible acceder al servicio.
“Yo recuerdo cuando tuve a mi primer hijo en 2017, que no se conseguía nada de medicinas y era un rollo todo el tema de vacunación y alimentos. Mi esposo y yo teníamos que viajar hasta Brasil para ponerle las vacunas y comprar leche y todo eso. Con mi tercer hijo, que lo tuve el año pasado, pudimos recurrir al CDI de Los Olivos”,
comentó Yesenia Flores, madre de tres hijos.
En el CDI de Castillito se puede conseguir vacunas BCG, Hepatitis B, SRP trivalente (sarampión, rubéola y parotiditis), IPV (polio intramuscular), OPV (polio oral), pentavalente y fiebre amarilla. En Los Olivos, además, disponen de toxoide diftérica. Aunque carecen de hepatitis B. Sin embargo, no disponen de vacunas para neumococo e influenza.

Por otra parte, en Manoa es donde puede conseguirse tratamiento antimalárico y antirretrovirales. Sin embargo, hay poca disponibilidad y pone en riesgo que los pacientes reciban un tratamiento continuo.
Donde también suele conseguirse tratamiento antimalárico es en el módulo Gran Sabana, en el sector Core 8 de Puerto Ordaz.
En el resto de los CDI de Bolívar es poco frecuente la disponibilidad de tratamiento antimalárico. No obstante, a través de Médicos Sin Fronteras se ayuda a ambulatorios en zonas de alta incidencia del vector, como en Tumeremo, Las Claritas y el Kilómetro 88, en el municipio Sifontes. Igualmente colaboran con las pruebas de detección, tanto para paludismo como tuberculosis.
Del resto, suelen viajar hasta Ciudad Guayana para recibir tratamiento contra la malaria. En el caso de los antiretrovirales, solo disponen del ambulatorio de Manoa, en San Félix, y el hospital Julio Criollo Rivas (Hospital del Tórax) en Ciudad Bolívar. Son los únicos dos centros a donde pueden acudir pacientes von VIH de toda la entidad, incluso de Delta Amacuro.

El gremio de la salud hace un llamado a las autoridades regionales y nacionales para que se revise el estado actual de los CDI y se tomen medidas urgentes para su recuperación.
“La salud no puede seguir esperando. Se necesitan políticas públicas responsables, inversión en infraestructura, dotación de equipos e insumos, y garantizar condiciones laborales para el personal. De lo contrario, seguiremos acumulando promesas incumplidas mientras la población más vulnerable paga las consecuencias”, concluyó el gremio.
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