Luego de pasar hasta 20 días sin agua, zulianos recibieron un líquido turbio y con mal olor que obligó a escuelas y familias a comprar botellones. Vecinos denuncian riesgo sanitario, mientras el gobernador promete un plan que no alivia la emergencia.
Maracaibo. Después de esperar entre 15 y hasta 20 días por agua potable, los vecinos del norte y oeste de Maracaibo por fin escucharon el sonido de las tuberías. Pero lo que salió no trajo alivio, sino frustración: el agua llegó espesa, turbia, con olor desagradable. En vez de limpiar, ensuciaba. En vez de calmar, desataba más angustia.
“Tenemos meses así. Estamos a punta de alumbre para poder cristalizar el agua, y la usamos únicamente para lavar corotos, limpiar la casa y bajar los sanitarios. Pero esta semana pasamos de agüita de tamarindo a Toddy, porque lo que estamos recibiendo es una porquería. Esa agua está negra, no sirve para nada”, denunció Miriam Arguelles, una ama de casa de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante.
El de Miriam no fue un caso aislado. Lo que parecía ser el restablecimiento del servicio en varias zonas de la ciudad se convirtió en una nueva fuente de preocupación.
La calidad del agua encendió las alertas de familias, escuelas y comunidades que, además de lidiar con apagones y fallas en otros servicios como el del aseo, ahora deben enfrentar también la amenaza de enfermedades estomacales y de la piel, por el consumo y uso de agua contaminada.
“Ahora tenemos que gastar más, porque con esa agua no podemos hacer nada. En casa estamos comprando botellones, cada uno cuesta 50 bolívares y desde el sábado, que se terminó la reserva en el edificio, hasta hoy, he gastado unos de 15 dólares, nos bañamos una sola vez al día, no hemos lavado ropa, esto es un desastre”, dijo a Crónica Uno Antonio Vera, un pensionado de 70 años que vive con su esposa y dos nietos.
Escuelas preocupadas
Algunas escuelas públicas del oeste de Maracaibo solicitaron este lunes, 16 de junio, una colaboración económica a los representantes para contratar camiones cisterna, debido a la turbiedad del agua que recibieron.
“Nosotros no podemos dejar que los niños ni siquiera se laven las manos con esa agua. Ahora tenemos que comprar en 50 dólares una carga completa para garantizar la higiene de los niños y de la infraestructura”, dijo la directora de un colegio que prefirió el anonimato por miedo a represalias.
Las recientes lluvias en el estado Zulia arrastraron sedimentos desde los embalses. Esto agravó la crisis hídrica, provocada por deforestación y fallas en las plantas potabilizadoras de Maracaibo.
Un delegado de la Hidrológica del Lago de Maracaibo (Hidrolago) en la parroquia Juana de Ávila informó a través de WhatsApp:
“Se le informa a las comunidades de los municipios Maracaibo, San Francisco, Jesús Enrique Lossada, Mara y Almirante Padilla que debido a las intensas lluvias ocurridas en las últimas 48 horas en las cuencas de la Sierra de Perijá, que alimentan nuestras principales fuentes hídricas, se presentaran interrupciones en el servicio de agua potable. Trabajamos con el fin de garantizar los estándares de calidad de agua para todos los zulianos”, se lee en el mensaje a través de grupos del servicio de mensajería instantánea.
“Hoy tuvimos que suspender una actividad de cepillado de dientes con los niños porque el agua está demasiado sucia y huele mal, a podrido. Esto no puede seguir pasando, porque los muchachos ya vienen sufriendo por los cortes de luz, ¿ahora también por el agua?”, cuestionó una maestra de primaria de una institución pública al norte de Maracaibo.

El bolsillo no da
En el municipio San Francisco, vecinos denunciaron que desde que comenzó a llegar el agua en mal estado, los camiones cisterna subieron el precio de la pipa de un dólar a 1,5.
“Ya el bolsillo no da para tanto, no puedo gastar tres dólares cada dos días en agua limpia, porque esa que venden tampoco es potable, igual hay que bajarse de la mula con 40 bolívares para un botellón de agua para tomar y cocinar al día, estoy que me mudo para Marte será porque esto no se aguanta”, contó Rebeca Atencio, una repostera del municipio sureño.
Aunque las denuncias comenzaron la tarde del pasado viernes, con el más reciente bombeo de Hidrolago, desde hace meses Maracaibo recibe agua turbia a través de las tuberías.
“Esto no es nuevo. Lo que pasa es que ahora se pasaron. Nosotros sí estamos mal porque cuando llueve quedamos incomunicados por esa carretera que no sirve, se nos va la luz hasta tres días seguidos y ahora nos mandan agua sucia”, reclamó Adalberto González, vecino de la parroquia San Isidro.
Planes y promesas
Según una nota de prensa del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Zulia, el gobernador Luis Caldera visitó el 10 de junio pasado la Planta Potabilizadora Alonso de Ojeda —conocida como Planta C— en la parroquia San Isidro. Desde el lugar anunció el Plan Agua 2025 para corregir las fallas del sistema hídrico en la región.
Durante la inspección, Caldera también prometió activar un Puesto de Mando Regional para “atender los reportes ciudadanos canalizados a través de la VenApp del 1×10 del Buen Gobierno. La instancia empezará a funcionar a partir del 12 de junio.
Este mecanismo permitirá atender denuncias sobre fallas en el servicio junto a las comunas, instituciones y el equipo de Hidrolago”. El gobernador también se comprometió a recuperar las cinco estaciones de bombeo que abastecen a Maracaibo, San Francisco y la Costa Oriental del Lago.
“Se ejecutarán más 70 proyectos comunitarios relacionados con agua potable y aguas servidas impulsadas por consejos comunales y circuitos populares”, explicó en el comunicado de prensa.
De acuerdo con datos de la gobernación, Planta C bombea 6000 litros por segundo y beneficia a nueve de las 21 parroquias de Maracaibo —algunas con suministro continuo y otras bajo esquemas rotativos—, mientras que Tulé III aporta 1.600 litros por segundo a seis municipios adicionales.
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