En medio de un clima de tensiones políticas y económicas que repercuten en la educación, Fernando Pereira, docente y fundador de Cecodap, instó a padres, madres y docentes a gestionar las emociones de niños, niñas y adolescentes para asegurar el rendimiento y la permanencia escolar el nuevo período académico.
Caracas. Este nuevo año escolar los alumnos enfrentan una serie de desafíos: desmotivación, acoso, desigualdad en el acceso a la educación, incertidumbre socioeconómica y el uso de la inteligencia artificial.
Ante este panorama, psicólogos y especialistas instan a docentes y representantes a priorizar la salud emocional de niños, niñas y adolescentes. El objetivo es potenciar el proceso formativo y evitar la deserción estudiantil.
Fernando Pereira, fundador de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), explicó que el país enfrenta una realidad heterogénea en cuanto al acceso a la educación. Solo 14 % de los alumnos tiene la posibilidad de matricularse en centros privados, mientras que 86 % acude a escuelas públicas.
Durante un forochat, el educador dijo que esto crea una serie de diferencias que van desde la falta de profesores hasta la carencia de servicios básicos, transporte, alimentación o una infraestructura adecuada para ver clases.

Esta realidad cobra particular importancia en el contexto actual. Debido al aumento de los costos de matrícula y mensualidades, a menudo en dólares, la educación privada se ha vuelto inaccesible para muchas familias.
De acuerdo con datos del Consenso Educativo en 2018 los colegios privados contaban con una matrícula de tres millones de estudiantes. Sin embargo, en la actualidad la cantidad de alumnos es de aproximadamente un millón.
En medio de un clima de tensiones políticas y económicas las familias iniciaron período escolar 2025-2026. Según el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, seis millones de estudiantes volvieron a las aulas en la primera semana de actividades académicas que comenzó el 15 de septiembre.

Sin embargo, el inicio estuvo marcado por una avalancha de trámites administrativos y una baja asistencia estudiantil. Madres, padres y representantes aún hacían colas para reinscribir o buscar cupo, mientras que otros se las ingeniaron para comprar la lista de útiles a última hora.
Aunque a simple vista los padres y representantes son quienes llevan la carga económica, para los estudiantes el impacto de la crisis educativa se manifiesta en el plano emocional, lo que supone una serie de desafíos para este nuevo período escolar.
“Morral emocional”
Cifras de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep) indican que 1200 instituciones educativas habían cerrado sus puertas en un período de seis años, hasta 2024.
Ante este escenario Pereira sugirió atender el “morral emocional” de los niños, niñas y adolescentes con la creación de espacios para la participación. Enfatizó que los primeros días de clases no deben limitarse solo al reencuentro académico.
También deben fomentar la celebración de vínculos, el desarrollo de la empatía y la socialización. Por eso recomendó a los padres y madres ajustar horarios y tomarse el tiempo para explorar las expectativas y los temores de sus hijos.
“Los muchachos necesitan expresar lo que traen en sus morrales emocionales: experiencias de acoso o violencia, el miedo a ser el nuevo en la escuela o la frustración por alguna situación negativa con un profesor”, añade.

Voces estudiantiles
Amanda Isturriaga, una estudiante de 16 años de edad e integrante de la Red de Jóvenes Pensadores, intervino en el foro para solicitar a los padres, madres y profesores un mayor acompañamiento en el curso del año escolar que recién comienza.
“Aunque el buen rendimiento es importante, debe ser resultado de un proyecto de enseñanza donde aprender sea un disfrute para el estudiante. Por eso, representantes y profesores deben apoyar que cada aprendizaje signifique una experiencia que motive al educador a seguir aprendiendo”.
Kerigma Pernía, también de 16 años, destacó la importancia del rol de los docentes como mentores de inspiración.

“Queremos que nos acompañen con empatía y sobre todo que crean en los estudiantes aunque ellos no crean en sí mismos, porque eso es lo que más marca. A las familias que escuchen a sus hijos sin juzgar y acompañen sin invadir, que celebren cada paso. Su presencia es el motor emocional que impulsa cada logro”.
Desafíos para la comunidad educativa
Pereira identificó cinco desafíos clave para la comunidad educativa:
- Familias: solicitó a los padres, madres y representantes a participar activamente en la gestión de los centros educativos, a mantener una comunicación constante con los docentes y a establecer normas claras para el uso de dispositivos electrónicos en casa.
- Docentes: Les instó a priorizar su salud física y mental, y a promover espacios de autocuidado ante las presiones laborales. También se les pidió fomentar la educación emocional de los alumnos para prevenir la deserción y la violencia en las aulas.
- Estudiantes: Los animó a valorar el esfuerzo de sus familias, a asumir sus responsabilidades escolares, a reportar situaciones de violencia o acoso y a mantener una actitud de respeto hacia el personal administrativo y docente.
- Uso de la IA: Un nuevo desafío para los estudiantes es aprender a usar la inteligencia artificial (IA) de forma segura. Pereira sugirió promover actividades de formación para capacitar a los estudiantes en el uso de estas nuevas tecnologías sin perder la capacidad de un pensamiento propio que los proteja de los peligros del mundo digital.

Al finalizar el encuentro Pereira destacó que otro de los desafíos que atraviesan los niños, niñas y adolescentes es encontrarle sentido al estudio, sobre todo ante el bombardeo de los falsos “mensajes de éxito inmediato” que se difunden en las redes sociales.
Por eso, recalcó que la educación académica y emocional deben estar enlazadas desde el primer día, ya que la conexión y la aceptación son claves para el rendimiento y la permanencia escolar.
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