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Bomberos combaten incendios en el Ávila con vocación y sin equipos

De acuerdo con Marlene Sifontes, secretaria del sindicato de Inparques, la tarde del lunes se había controlado 80 % del incendio en el parque nacional El Ávila, que inició la tarde del pasado domingo y se propagó con rapidez. El ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigios Ceballos, informó que en las labores participaron 150 funcionarios. 

Caracas. Los bomberos, guardaparques y voluntarios cuentan con poco y logran mucho. Hay funcionarios con botas deterioradas o con el calzado de plástico, inadecuado para combatir un incendio, y pese a esto continúan con su labor.

Entre muchos dramas que viven los funcionarios está la escasez de vehículos. Según Marlene Sifontes, secretaria de organización del sindicato de Inparques, hubo bomberos que tuvieron que trasladarse en transporte público para apoyar el combate del incendio que se registró en el Parque nacional El Ávila, oficialmente Waraira Repano, la tarde del domingo 3 de abril, a la altura de Los Chorros.

Casi 24 horas después se logró controlar al menos 90 % de las llamas, según Carlos Pérez Ampueda, viceministro para la Gestión de Riesgos y Protección Civil. Además informó que la mañana del lunes un helicóptero participó en el operativo, primero identificó las focos activos y luego inició las descargas de agua.

Sifontes detalló que el incendio en el Ávila comenzó a la altura de la zona de Cachimbo. Luego se propagó con rapidez hacia Piedra El Indio, a 1600 metros sobre el nivel del mar, y la Explanada. Estuvo muy cerca de llegar al sector Cabeza de Elefante (conocido también como Trompa de Elefante) que queda a 2000 metros sobre el nivel del mar.

Infografía Amadeo Pereira

La tarde del lunes, 4 de abril, quedaban las fumarolas, parte de las labores de liquidación, y posteriormente se ejecutará la fase de refrescamiento. De acuerdo con el ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigios Ceballos, para extinguir las llamas participaron más de 150 funcionarios miembros de los Bomberos Forestales, Protección Civil, Guardaparques, el Ministerio de Ecosocialismo y la Fuerza Armada.

Además del calzado inadecuado que tienen los bomberos, Sinfontes asegura que desde hace aproximadamente un año en cada puesto de guardaparques hay dos rastrillos, dos machetes y dos palas cuando lo normal es que haya al menos seis guardaparques. Es decir, que cuando hay incendios de esta magnitud tienen poco material. Tampoco tienen paños.

El mantenimiento del sistema hídrico y de las vías de acceso no se queda atrás con las deficiencias que expresa la secretaria del sindicato de Inparques. 

En Inparques la temporada de incendios comienza en noviembre y desde septiembre comienza la preparación y hay que hacer esas labores a los sitios de acceso. Por ejemplo en la zona de Estribo de Duarte es muy difícil entrar porque el acceso está deteriorado, por eso no podemos esperar el daño para actuar, ese trabajo técnico se debe hacer antes

Foto: Twitter @lubrio

La temporada más fuerte de incendios se desarrolla entre marzo y principios de abril y a juicio de Sifontes esta temporada ha estado más “tranquila” que otras.

Un funcionario de los bomberos, que por seguridad no se especifica el cuerpo ni su identidad, contó extraoficialmente que los cortafuegos, áreas de tierras dispuestas para detener las llamas, no reciben mantenimiento porque presuntamente no hay suficiente personal

No se hace mantenimiento, crece la vegetación y cuando hay un incendio pasa porque no hay nadie que esté haciendo el trabajo preventivo, contó.

Vandalismo labores de los bomberos

El miércoles 30 de marzo también se registró otro incendio en el Ávila, que según la cuenta de Twitter de la organización gremialista de Inparques, comenzó a la altura de Quebrada Anauco y llegó casi a La Zamurera. 

Una de las angustias era que las llamas estaban llegando a La Zamurera y ahí los baños fueron vandalizados, el puesto de guardaparques no tiene  luz ni agua y funciona a la mitad. El sistema hídrico que funciona ahí también fue vandalizado, explicó Sifontes.

Agregó que el parque necesita mantenimiento al sistema hídrico porque en algunos casos hay llaves partidas y los bomberos deben ir a cargar a las quebradas o riachuelos, situación que complica las labores.

Por eso la labor se vuelve más cuesta arriba para ellos, es un trabajo por vocación, si no fuera por la vocación de los guardaparques, bomberos forestales y grupos voluntarios sería peor.


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