Familias de uno de los sectores vulnerables de inundaciones en Ciudad Guayana reviven cada año el temor por la crecida natural de los ríos Caroní y Orinoco, y con ello el peligro de perder más enseres de sus viviendas.
Puerto Ordaz. Cada año, con la llegada de la temporada de lluvias, regresa la incertidumbre para cientos de familias que habitan en zonas propensas a inundaciones. Este 2025, la crecida del río Caroní muestra un comportamiento que recuerda la crítica situación de 2018, cuando se superó su cota histórica y más de 11.000 familias en el estado Bolívar resultaron afectadas.
En el sector Los Oleandros, ubicado dentro de la Franja de Castillito —una de las zonas más vulnerables a inundaciones en Ciudad Guayana—, el miedo es palpable. En la calle Esperanza, una laguna que crece con rapidez amenaza las viviendas cercanas.
Para Miladis Lares, residente de la zona desde hace más de 20 años, la angustia es inevitable. Entre cabillas, tablas y plásticos improvisados como repisas, intenta salvar lo poco que las anteriores crecidas no se llevaron.
“El agua nos ha sacado varias veces de aquí. Uno tiene que estar prevenido, con miedo, porque esto se llena de culebras, de plagas. La laguna puede crecerse más de un momento a otro, crece rápido. La vez pasada, el llegó hasta la mitad de la casa”, relató.
Lares rememora las inundaciones de años anteriores, cuando la crecida los obligó a evacuar y refugiarse en albergues temporales. Además del riesgo de perder sus bienes por el agua, está la amenaza de los saqueos, pues delincuentes aprovechan para ingresar a las casas vacías.
Marielis Vargas, también afectada, coincide en que el comportamiento del río este año es más agresivo que en ciclos anteriores.
“Para esta fecha, el año pasado y tres años atrás, no estaba el agua no estaba tan alta. Ahorita sí está preocupante porque cada día la laguna se va llenando más”,
afirmó.
Vargas explicó que con cada crecida pierden muebles, ropa, alimentos y, sobre todo, la tranquilidad. La respuesta institucional suele llegar tarde y con muchas limitaciones.
“No pedimos que nos regalen todo, pero sí que nos apoyen con lo fundamental: agua potable, medicamentos, mosquiteros. Cuando pasa todo esto, quedamos con nuestras casas dañadas y no tenemos cómo comprar una lata de pintura o arreglar lo perdido”, explicó.
Además, hizo un llamado para que la ayuda llegue directamente a los afectados, sin trabas burocráticas.
“Siempre dicen que van a pasar insumos, pero no llegan directo a las personas afectadas. Si uno es quien pierde las cosas, deberían venir a verlo aquí mismo”, reclamó.

El patrón de las crecidas
Según reportes históricos de Protección Civil, en 2018 se registraron algunas de las máximas cotas tanto del Orinoco como del Caroní en el estado Bolívar. Más de 11.000 familias resultaron afectadas en toda la entidad.
En Ciudad Bolívar, la crecida del Orinoco alcanzó su punto más alto el 28 de agosto de 2018, con una cota de 18,34 metros sobre el nivel del mar, superando el récord de 18,04 msnm registrado en 1976.
Ese mismo año, en Ciudad Guayana, el Orinoco también rompió récords y llegó a los 12,91 msnm, mientras que el río Caroní alcanzó los 13,33 msnm.
Los vecinos de Los Oleandros afirman que este año la laguna comenzó a llenarse más rápido desde junio y que, si las lluvias continúan al mismo ritmo, en pocas semanas podría alcanzar niveles similares a los de hace siete años.
Mientras tanto, las familias se preparan con lo poco que tienen: tablones para elevar sus enseres, plásticos para cubrir las camas, y la esperanza de que el agua no suba más.
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