Baile del Mono
Foto cortesía: Grupo Folklórico Sabor a Pueblo

El origen de la fiesta del Mono es una historia aún por descubrir. Varias hipótesis tratan de explicar la razón del baile que  coincide con el Día de los Santos Inocentes.

Caicara. “Caicareño que se respeta, cada 28 de diciembre viaja desde donde esté para bailar el Mono en su pueblo”. Esta expresión no solo identifica a Miguel Farrera, director de una parranda folklórica en Monagas, sino a todos los nativos del municipio Cedeño de la entidad oriental.

Es inevitable que su voz se quiebre de emoción. Sobre sus hombros reposa la responsabilidad de mantener viva la expresión cultural que por más de 200 años ha reunido a propios y visitantes a danzar al ritmo de melodías indígenas.

Cuernos, tambores, cuatros, maracas e instrumentos elaborados con bambú, como el carrizo macho y hembra, marcan el inicio de la fiesta. La melodía sacude la fibra de las agrupaciones, que conformadas hasta por más de 100 personas, danzan junto al personaje del Mono y La Mayordoma.

La Mayordoma es uno de los personajes más relevantes en las parrandas, pues mantiene la unidad entre los participantes de la agrupación.| Foto cortesía: Fundación Mono de Caicara

De acuerdo con la tradición oral, no existe una fecha exacta que indique el nacimiento de la festividad. Lo cierto es que se remonta al siglo XVIII, antes de la fundación de Santo Domingo de Guzmán de Caicara o simplemente Caicara de Maturín, en 1731.

Una de las hipótesis del origen señala que el baile es resultado de una expresión de los indígenas Chaima y  Kariñas, para exaltar la naturaleza por el crecimiento de los cultivos de maíz y algodón.

Sin embargo, Jesús Guevara, cronista de Caicara, asevera en sus escritos que los habitantes de ese momento se dedicaban a la recolección, pesca y cacería. Hace hincapié en que la siembra que realizaban las mujeres indígenas era muy poca, por tanto, el inicio, nombre y la razón de la danza, están escondidos en el pasado y no hay cómo averiguarlo.

“Los caminos eran de oralidad y el tiempo los borró inexorablemente”, dice el historiador al resaltar que la festividad une a todos los habitantes de Cedeño, sin ningún tipo de distinción política y social.

Historia perdida en el tiempo

Aunque el Mono de Caicara carece de un acta o documento que reseñe su nacimiento, el baile es defendido a capa y espada. Es una herencia transmitida de generación en generación desde el tiempo de la Colonia.

Guevara asegura que su origen es ancestral y sin sincretismo cultural y religioso. “Un argumento de mucho peso es que su música es el Mare-Mare, y es indiscutiblemente indígena”, dice.

Las confusiones históricas posiblemente derivan de los largos periodos de receso que se registraron en Caicara. Las razones que expone el cronista se centran en las epidemias, que acabaron con los asentamientos, y las guerras.

“Con la licencia de mis canas y recuerdos, voy a señalar que a mediados del siglo pasado, el baile del Mono se inicia con un ritmo acelerado como consecuencia de la transculturización”, expresa.

Las parrandas y el baile

Farrera tiene 31 años al frente de la agrupación Sabor a Pueblo, una de las más de 30 parrandas moneras en Caicara. Explica que los grupos folklóricos anteriormente recibían el nombre de “partidos”, pero con la llegada de las organizaciones políticas deciden modificarlo para evitar confusiones.

Están conformadas por músicos responsables de tocar los ritmos de Marisela, Mare-Mare y Matachí. En las presentaciones el vocalista interpreta una decena de versos bien estructurados en los que relatan las historias cotidianas del Mono, mientras la multitud viste disfraces de locos o indigentes, con ropas coloridas y la cara pintada de negro.

Las calles y avenidas se visten de brillo por el desfile de las agrupaciones integradas por hasta por más 100 personas, entre niños, jóvenes y adultos. Caminan rumbo al Monódromo, donde se congregan centenares de personas que llegan para gritar “mono, monito, mono”.

Cada 28 de diciembre, cientos de personas colman el Monódromo de Caicara | Cortesía: Fundación Mono de Caicara

El Mono es el personaje principal del baile y hace que las personas que asisten a la manifestación cultural se integren a la danza. Mientras que La Mayordoma o Mayordomo, son personas de influencia dentro de la parranda y su función es mantener la unidad entre todos.

Otrora, cuando las parrandas de pueblos cercanos llegaban a Caicara, esta figura era representada por una mujer de prestigio que se dirigía a las autoridades civiles y policiales para solicitar el permiso y dejar bajo su custodia, de ser necesario, algún parrandero que se pasara de tragos.

En el caso de la parranda Sabor a Pueblo, Miguel cuenta que incluyeron el personaje del Mono Brujo, quien de manera jocosa santigua a los presentes. Otros personajes son Los Morochos,  La Negra y sus negritos.

Baile del Mono
La parranda Sabor a Pueblo incorporó a su agrupación el Mono Brujo. | Foto cortesía: Grupo Folklórico Sabor a Pueblo

Las fiestas inician el 26 de diciembre con la primera noche cultural. Continúa el día 27 con un desfile de parrandas y la Santa Misa en memoria de los moneros difuntos. El tercer y último día arranca a las 12:00 de la medianoche del 28, con el grito del Mono.

Los recorridos de parrandas por las calles son a partir de la 9:00 a.m., cuando se inicia la presentación de los grupos musicales que integran la Fundación Mono de Caicara, interpretando sus versos. Hasta que no toque la última parranda no se da por concluida la actividad.

Actualmente se baila realizando una larga cola, formando especie de cadena humana, donde la gente se agarra por la cintura dirigidos por el Mono, que lleva en sus manos una correa. La Mayordoma destaca por portar una bandera y la peinilla para poner autoridad en el grupo.

Baile del Mono
El origen de las fiestas del Mono remontan al siglo XIX según la tradición oral del pueblo de Caicara. Foto cortesía: Grupo Folklórico Sabor a Pueblo

Otros de los símbolos que destacan en la celebración es la pintura.

“Lo conocemos como una costumbre indígena, aunque no exclusiva, aún lo usan, en sus fiestas y ritos sociales y religiosos. Hoy nos pintamos con añil, un producto vegetal, cultivado en esta región en tiempos de la Colonia, que ahora se importa”, describe Guevara.

Durante la pandemia por la COVID-19, autoridades suspendieron la festividad como sucedió en el mundo entero con actividades que concentraba multitudes.

No siempre fue el 28-D

El Baile del Mono es tan importante como la celebración en honor al patrono santo Domingo de Guzmán, los 4 de agosto de cada año.

El sacerdote Eurípides Serrano, en el año 1899, toma la decisión de trasladar la fiesta al 28 de diciembre. La gente dejaba solo al santo por bailar el ritmo de los danzas indígenas.

“Esta razón es testimonio de que el Baile del Mono es 100 % caicareño”, subraya el cronista.

Fortalecer la educación cultural

El director de la parranda Sabor a Pueblo dice que están comprometidos con la cultura local. Diversas agrupaciones realizan visitas a las escuelas para incentivar a maestros y estudiantes, el amor por lo autóctono.

“Los representantes del Ministerio de Educación y de Cultura han dicho que nuestra manifestación debería darse como otra materia más en los centros educativos del estado Monagas. pero se ha quedado en puro ofrecimiento”, concluye.

Baile del Mono
Las parrandas que desfilan en toda Caicara los 28 de diciembre representan al Mono con diferentes trajes.| Foto cortesía: Fundación Mono de Caicara

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