Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas, aseguró que 80 % de los enfermeros en Venezuela abandonaron sus puestos de trabajo por los bajos salarios. Actualmente el personal gana alrededor de Bs. 390, en los centros de salud pública.
Caracas. El trabajo en el área administrativa en empresas privadas resultó mejor remunerado que ejercer la enfermería en Venezuela. Katherine Domínguez trabaja como cajera desde hace siete años, luego renunciar a su empleo de enfermera.
En 2018 la mujer, de 31 años de edad, se graduó de Técnico Superior (TSU) en Enfermería. Un mes después comenzó a trabajar en un geriátrico privado al oeste de Caracas.
Katherine no ganaba más de $100, un año después renunció y decidió buscar un trabajo con mejores ingresos, ya que es madre y la encargada del bienestar de su hijo.

“Amo la enfermería, me encanta cuidar a los demás y servir, pero lamentablemente desde hace tiempo la profesión no da para vivir bien en Venezuela”,
aseguró Katherine.
Sin personal de enfermería
En 2018 en Venezuela estaba activo 24 % del personal de enfermería requerido en los centros de salud, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud. Esta situación se agravó y en 2024 la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) documentó 13 % de enfermeros en el horario diurno y 7 % en el nocturno en las entidades públicas. El área más afectada fue la Emergencia.
De acuerdo con Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería de Caracas, 80 % del personal de enfermería abandonó sus puestos de trabajo por los bajos salarios y las malas condiciones a las que se exponen.

“La precariedad laboral de los enfermeros en Venezuela lleva a muchos a buscar trabajos en áreas muy distintas a su profesión. Vemos cómo se dedican a ser cajeros, camareras o secretarias porque reciben mejores sueldos y más bonificaciones”,
dijo la sindicalista.
Katherine junto con su madre vendió lámparas en una tienda en Catia, después de retirarse de la enfermería. En poco tiempo ganó $250 dólares y mejoró un poco su calidad de vida.
“En ese momento entendí que la enfermería es algo que me gusta y me mueve las fibras, pero no me da para vivir”.
Desde el 2022 Katherine trabaja como cajera en un supermercado, empleo que le genera una independencia económica y beneficios.

Para Contreras un profesional de la enfermería debería ganar un sueldo por encima de los $600 mensuales para poder cubrir los gastos de la cesta básica.
“La remuneración tiene que incrementarse si se toma en cuenta el transporte, la habitación y la educación”, agregó.
A su juicio de la sindicalista la administración pública debe aprobar un sueldo mínimo que esté anclado al dólar y sea funcional con los gastos de las necesidades básicas. “Las clínicas deben convertir las bonificaciones en sueldos, porque cuando liquidan a un enfermero no les alcanza para nada”.

Según el tabulador de la Federación de Colegios de Enfermería en Venezuela para el 2023 un enfermero debía cobrar $45 por día en el turno diurno, mientras que en el nocturno la remuneración sería de $70.
No obstante, Contreras dijo que que el personal en la salud pública gana alrededor de Bs. 390 y el “bono de guerra”.
Amor por su profesión
Francis es licenciada en Enfermería desde hace 15 años. Y ha dedicado cinco años a los pacientes del Hospital General Dr. José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal.
“Tomé un descanso por tres años, pero me di cuenta de que amo mi carrera y no podía dejarla. Así que regresé a hacer lo que mejor sé hacer: atender pacientes”.

Los quirófanos y pasillos del hospital son su segundo hogar durante el turno de la mañana, por un sueldo de Bs. 200 (aproximadamente $3), además del “bono de guerra”, beneficio que otorga el gobierno de Nicolás Maduro a los empleados de la administración pública.
“Si acaso me alcanza para el pasaje porque para comer no”, comentó.
Ante los bajos salarios Francis se rebusca y vende yogures, gel fijador para el cabello y mentol junto con su esposo. Tiene clientes dentro y fuera del hospital.


“Las ganancias van a depender de qué tan bueno sea el día. En un día de trabajo vendiendo esas cosas puedo hacer hasta $40”,
dijo con resignación.
La economía informal ayuda a Francis a sostener su hogar sin dejar su vocación. Guarda la esperanza de que la remuneración salarial del personal de enfermería cambie y pueda vivir solo de su profesión.
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