La ubicación de Patanemo hace que el chocolate de Kcaoflower tenga un sabor más dulce. La influencia del cerro San Esteban, del mar Caribe y el suelo fértil se graban en una tableta.

Puerto Cabello. En el punto más distante del pueblo playero de Patanemo se encuentra la Hacienda Palmacacao. Propiedad de Eduard Medina, esta finca se dedica desde hace algunos años a la venta de palmas y, especialmente, a la producción de cacao, su procesamiento y la elaboración de chocolates que llevan el sello Kcaoflower.

Aunque la hacienda aún no está abierta al público, ese es el plan. Medina, un visionario, tiene un sinfín de ideas que busca implementar para cambiar el rumbo turístico del pueblo de Patanemo.

Desde su perspectiva, es necesario que cuando la gente piense en Patanemo visualice más que solo su playa. También vean un turismo de río, de montaña y de cacao.

Es ahí en como se evidencia que aunque los planes del gobernador Rafael Lacava por impulsar el turismo en Puerto Cabello son buenos, se vuelven insuficientes.

«Puerto Cabello es más que el casco histórico. Hay que mirar hacia estas zonas», dijo Medina.

La Hacienda Palmacacao tiene más de 200 años. En sus inicios produjo cacao, luego palmas y ahora ambos. Fotografía: Armando Díaz.

Turismo en torno al cacao

El procesamiento del cacao es una estrategia para atraer al público. Mientras tanto, Eduard gestiona dos negocios para vender su variedad de chocolates: uno en el malecón de Puerto Cabello, justo detrás de la iglesia de Rosario, y otro en el mirador Vuelta Canela, en la vía hacia Patanemo.

La producción de Medina es 100 % orgánica y cuenta con una línea histórica diseñada para enseñar a todas las generaciones sobre los sucesos de la región.

Eduard Medina ha hecho una investigación profunda para hacer cada vez un mejor chocolate. Fotografía: Armando Díaz.

Esta línea histórica se desarrolla en alianza con la Academia Carabobeña de la Historia. Los empaques incluyen coloridas ilustraciones que narran, en cinco tabletas, la Toma de Puerto Cabello.

«La idea es que, mientras comes tu chocolate, leas lo que ocurrió», explica Medina.

La propuesta no se trata solo de disfrutar el chocolate y leer un fragmento de la historia, sino que los sabores están cuidadosamente pensados para combinar con los sucesos históricos. De este modo, el chocolate se convierte en un intermediario que permite una experiencia gustativa inmersiva.

La empresa cuenta con una variedad de presentaciones para su chocolate. Fotografía: Armando Díaz.

Cinco chocolates, cinco historias

  1. La Propuesta de Páez
    Chocolate 60 % cacao con sal, representa la oferta de soborno que José Antonio Páez hizo al brigadier español para retirar sus tropas, la cual fue rechazada.
  2. Una Estrategia Colosal
    Inspirado en la estrategia del negro Julián Ibarra, que permitió el ingreso a las ciudadelas por los manglares. Este chocolate, dirigido a quienes no consumen azúcar, está hecho con 100 % pasta de cacao, dátiles y nueces.
  3. El Camino del Manglar
    Evoca la travesía para llegar a las posiciones españolas. Es una mezcla de chocolate con leche y trozos caramelizados que recrean la experiencia sensorial de atravesar un manglar.
  4. El Asalto Sorpresivo
    Representa la acción inesperada de los patriotas contra los realistas. Este chocolate con un toque picante simboliza el fuego, los disparos y la intensidad de la batalla.
  5. Un Regalo para Venezuela
    Celebrando la victoria y la rendición realista, este chocolate con leche y naranja confitada refleja la dulzura de la victoria patriota.

Pero también hay otras ediciones como la de los Diablos Danzantes, otra dedicada a la canción de Simón Díaz, La Vaca Mariposa, y una que esta pensaba para que salga en diciembre que concentra tradiciones locales.

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Algunas de sus colecciones son hecha en alianza con la Academia Carabobeña de la Historia. Fotografía: Armando Díaz.

Ideas así son las que ayudan a humanizar la historia y a generar mayor conexión con la ciudadanía. Ese es el nuevo horizonte de la Academia Nacional de la Historia de acuerdo con una breve conversación con el historiador e individuo de número, Rafael Arraiz Luca. 

Nueva especie de cacao

Hacienda Palmacacao cuenta con 12.000 árboles de cacao, entre las variedades criollito, trinitario y cuartero, típicas de Patanemo. Medina destaca el desarrollo de un nuevo cacao criollo moderno, adaptado a las condiciones climáticas actuales.

«Gracias a este cacao, Patanemo obtuvo el certificado de Indicación Geográfica Protegida (IGP)», menciona con orgullo su hija, Danielys Medina, mientras observa los frutos que van desde colores como el verde y el amarillo hasta el rojo y rosado.

El procesamiento del cacao es totalmente artesanal. Fotografía: Armando Díaz.

Este reconocimiento, otorgado por el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI), certifica la calidad y autenticidad de un producto originario de una región específica.

El cacao de Patanemo se distingue por su dulzura natural, resultado de factores geográficos únicos como el mar Caribe, las montañas del parque San Esteban y las propiedades del suelo.

A diferencia de otros cacaos de Carabobo, que tienden a ser más ácidos, este es dulce de manera natural y carece de cadmio, un requisito indispensable para los mercados internacionales.

Una fruta de cacao abierta exhibe las semillas del arbol. Fotografía: Armando Díaz.

Innovación y sustentabilidad

Medina realiza un proceso adicional antes de la fermentación: el desbabado, que se le aplica al mucílago del fruto y reduce la acidez generada durante la fermentación. Además, la hacienda colabora con la Universidad de Carabobo para aprovechar las cáscaras del cacao como fertilizante y alimento para animales.

Ante el cambio climático, Medina ha comenzado a plantar árboles más expuestos al sol.

«Ya tenemos 70 % de los árboles sin sombra y no hemos notado cambios negativos. Es un paso positivo porque aumenta la productividad. El árbol mismo te dice que puede estar dos meses más de verano», explica.

cacao
El desbabado del mucilago es un proceso autóctono de Patanemo. Fotografía: Armando Díaz.

Desde hace unos 10 años Medina advirtió que el aumento de las temperaturas ya generaba cambios.

«Hay haciendas que están a 10 kilómetros de aquí y su producción inicia dos meses antes. Antes todos los hacíamos juntos y ese es el cambio climático, mientras unos en diciembre ya empiezan su procesamiento a nosotros nos toca en enero».

Cacao artesanal con historia

Medina produce chocolate 100 % artesanal, lo que lo diferencia de las grandes marcas nacionales, afectadas por la crisis económica, además de tener un proceso muy industrializado.

cacao, chocolate
La Universidad de Carabobo tiene una alianza con la hacienda para ver la posibilidad de hacer abono con cacao. Fotografía: Armando Díaz.

En su lugar los chocolates de Kcaoflower son hechos en la hacienda y todo el proceso hace que su precio parta desde los 5 dólares. La experiencia educativa y sensorial aportan un toque extra. Además hay una sección de bombonería y de chocolates más clásicos que no pertenecen a la línea histórica.

«Es un chocolate hecho con pasión y autenticidad», dijo Medina, convencido de que su cacao está reescribiendo la historia turística de Patanemo y su gente.

Chocolate
La propuesta de los Medina es una oportunidad para repensar el turismo en el pueblo de Patanemo. Fotografía: Armando Díaz.

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