El chavismo acelera una militarización sin precedentes con la creación de miles de milicias populares, en respuesta a la tensión generada por el despliegue naval de EE. UU. en el Caribe. La Celac expresó su “profunda preocupación” por el riesgo de confrontación e instó al diálogo. Mientras, Nicolás Maduro insiste en que es una medida defensiva necesaria.
Caracas. El Gobierno de Nicolás Maduro ha acelerado en las últimas horas un proceso de militarización sin precedentes en Venezuela, que ha coincidido con la tensión generada por el despliegue naval de Estados Unidos (EE. UU.) en el Mar Caribe, movilización que hasta la fecha ha dejado como saldo el hundimiento de una embarcación supuestamente “cargada con drogas”, cerca de las costas venezolanas.
Mientras la Fiscalía General, mediante su titular Tarek William Saab, negó el ataque de EE. UU., ocurrido el 2 de septiembre pasado, y habló de una “matriz de manipulación”, Maduro lanzó la noche del jueves, 4 de septiembre, una serie de medidas con las que busca movilizar a millones de ciudadanos bajo la estructura de defensa nacional.
El gobernante anunció la creación de 5336 Unidades Comunales de Milicia (UCM), desplegadas en todos los circuitos comunales del país, con más de “15.000 bases populares de defensa integral”.
“La meta es integrar a los 8.200.000 venezolanos que forman parte del sistema defensivo nacional, junto con los 4,5 millones de milicianos ya entrenados”,
enfatizó Maduro.
La creación de más de 5000 unidades comunales de milicia se inscribe en un proceso de larga data. Desde que la Milicia Nacional Bolivariana se convirtió en el quinto componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el chavismo ha reforzado la participación civil en la defensa. Sin embargo, nunca antes había anunciado una movilización de esta magnitud.
Alistamiento permanente
El plan se acompañará de un alistamiento permanente a través del Sistema Patria, la plataforma utilizada para subsidios sociales, ahora destinada también a la inscripción militar.
“Es una oportunidad para todos los que aman este país y están dispuestos a defenderlo. Por su familia, por nuestra historia, por dignidad”, sostuvo el gobernante.
El impacto es inmediato en la vida cotidiana: al vincular el acceso a beneficios sociales del Sistema Patria con la inscripción militar, residentes de sectores vulnerables se enfrentan al dilema de enlistarse o arriesgarse perder ayudas.
Esto se suma a los rumores, cada vez más insistentes en redes sociales, sobre el presunto reclutamiento forzoso de jóvenes en zonas populares, una práctica que la Constitución nacional prohíbe expresamente en su artículo 6. Esa presión social marca la diferencia con ejercicios militares previos.
La decisión se da en un contexto de denuncias internacionales. El fiscal general desmitió, sin presentar pruebas, el hundimiento de una lancha en aguas caribeñas, tras un ataque de EE. UU., al alegar que se trata de una maniobra de Washington.
“Pretenden justificar con un hecho falso la vinculación de Venezuela con el narcotráfico. No cederemos ante chantajes que buscan desestabilizar al país”,
afirmó Saab.
Según sus cifras, en ocho años se han incautado más de 365.000 kilos de drogas y procesado judicialmente a 131.893 personas por sus presuntos vínculos con el crimen organizado.

Tensión al máximo
Dos aviones de combate F-16 venezolanos sobrevolaron un destructor de la Armada de EE. UU. en el Caribe el jueves, dijo un funcionario de la administración Trump a la cadena estadounidense Columbia Broadcasting System (CBS). El Pentágono aseguró que el hecho ocurrió en aguas internacionales y emitió una severa advertencia a Caracas para que no interfiera en las operaciones militares estadounidenses.
La respuesta estadounidense no se hizo esperar. Este viernes, 5 de septiembre, ordenó el despliegue de 10 cazas F-35 en un aeródromo de Puerto Rico. Con este nuevo envío buscan reforzar las operaciones contra el narcotráfico en la zona.
El movimiento se suma a una ya intensa presencia militar en el sur del Caribe, que ha incrementado la presión sobre el Gobierno de Maduro y ha elevado el riesgo de confrontación directa.
El supuesto sobrevuelo de naves venezolanas frente a buques artillados estadounidenses tuvo lugar apenas dos días después de que un bombardeo de EE. UU. mató a 11 personas a bordo de un lancha rápida procedente de Venezuela que, según Washington, transportaba narcóticos ilegales.
Al difundir el éxito de la operación el mismo 2 de septiembre, el presidente de EE. UU., Donald Trump, defendió la acción como parte de su promesa de campaña de “acabar con los cárteles que canalizan drogas a EE. UU.”.

La Celac reclama paz
La mañana de este 5 de septiembre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) expresó su “profunda preocupación” por el incremento de la presencia militar extra-regional en el Caribe. En un comunicado firmando por 21 de sus 33 Estados miembros, recordó que América Latina fue declarada “Zona de Paz”.
En el texto, el bloque advirtió sobre el riesgo de confrontación. Al respecto, instó a ambos gobiernos a privilegiar el diálogo, el multilateralismo y el respeto a la soberanía.
El contraste es evidente. Mientras la Celac invoca el Tratado de Tlatelolco como hito para mantener a la región libre de armas nucleares, Caracas refuerza su aparato defensivo. El propio Maduro aseguró en Telegram que
“Tenemos la capacidad absoluta de que triunfe la causa de la República y la Paz en cualquier circunstancia que nos toque vivir, con o sin amenazas”.
La estrategia del chavismo, que incluye la apertura de un Centro de Conducción y Adiestramiento Popular-Militar-Policial en Carabobo, apunta a consolidar una red de control territorial y preparación comunitaria.
El discurso oficial insiste en que se trata de garantizar la estabilidad ante lo que califican como “una corriente extremista que busca desestabilizar la convivencia pacífica en Sudamérica y el Caribe”.
No obstante, dirigentes como María Corina Machado han señalado la contradicción entre la retórica de paz y el aumento de estructuras de defensa ciudadana. Machado también ha desestimado el éxito del llamado oficial a tomar las armas, debido a la escasa respuesta de los civiles.
Las medidas, presentadas como preventivas, implican la movilización de millones de personas en torno a la doctrina de seguridad integral del chavismo.
El mensaje de Caracas es doble. Por un lado niega la versión del hundimiento de la lancha y, en paralelo, responde con una escalada militar que redefine el equilibrio de fuerzas en la región.