El Proyecto Danta busca preservar a este mamífero, importante para los ecosistemas, al monitorear su presencia y estudiar su biología. A través de cámaras trampa y colaboración con expertos, se han registrado avistamientos de dantas, lo que resalta su relevancia ecológica y cultural.
Caracas. En 2019 los guías Giomar Cordova y Leiner Giménez emprendieron una ruta por el eje sureste del Parque Nacional El Ávila, cuyo nombre originario es Waraira Repano. Durante su recorrido, de pura casualidad, avistaron a un grupo de dantas.
Esta sorpresa, cinco años después derivó en un proyecto de preservación de esta especie, tan importante para los ecosistemas.
La danta –también llamada tapir– pertenece a los mamíferos. Su pelaje es de tonalidad oscura, sus patas son cortas y su hocico es alargado al igual que la forma de su cabeza. Su composición corporal es robusta.
En Venezuela la danta habita en los llanos orientales. Al sur del país, en los estados Amazonas y Bolívar. En occidente, en la cuenca del Lago de Maracaibo. En el piedemonte andino del estado Táchira, y en la cordillera de la costa.

La fundación
La Fundación Guarenas Repano es la encargada del Proyecto Danta en el Waraira Repano, que surgió luego del avistamiento de estos mamíferos. Un año después los guías observaron rastros y señales en zonas más remotas del parque.
“Como no existían estudios formales sobre las dantas en el Ávila, ni reportes veraces y, además, su especie está amenazada de extinción, decidimos realizar un monitoreo que incluye registro de huellas, presencia de heces, dormideros y comederos”,
explicó Martha Sulbarán, fundadora de la organización y directora del proyecto.

El comienzo del proyecto
Hubo quienes no creyeron en los hallazgos del Proyecto Danta. Así que los involucrados buscaron la ayuda del geógrafo Denis Alexander Torres, quien desde hace más de 20 años estudia poblaciones de dantas en Venezuela. Este año editó el libro La Danta en Venezuela. De dicha alianza surgió la iniciativa de instalar cámaras trampa que pudieran captar a estos animales en el Ávila.
El grupo solicitó los permisos necesarios a los entes competentes y un Izcaragua Country les donó las primeras dos cámaras trampa. Estas fueron instaladas en el área que ya habían estudiado previamente. Así obtuvieron las primeras fotografías de las dantas en el Ávila, zona en la que han habitado desde tiempos remotos. El registro formal de rastros y señales empezó desde el 2021.

El proyecto ya cuenta con tres estaciones de fototrampeo en las zonas remotas del Waraira Repano, para monitorear la vida secreta de las dantas. El primer objetivo del Proyecto Danta ya fue alcanzado: corroborar la presencia de este mamífero en el Ávila. Ahora están en la fase de estudio densidad de población.
“También realizamos un registro de fauna que comparte este hábitat con las dantas. Nuestro proyecto también tiene un estudio referente a la determinación de cuáles especies botánicas se alimenta y es dispersora Además llevamos un hermoso componente educativo. Vamos a las escuelas , empresas, comunidades e instituciones con una hermosa y dinámica charla llamada La Danta, la jardinera del bosque en el Waraira Repano y Conoce a tu vecina, la Danta”, detalla Sulbarán.

Las dantas en el Ávila
“El registrar la presencia de la danta en el parque es muy significativo. Antes de la colonización española, los indígenas Caribes, que habitaban la zona, llamaban al área Guaira Ripano o Lugar de Dantas, según el cronista y profesor Bruno Manara. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, no se había presentado ningún avistamiento del mamífero. Ahora, la comprobación de que siguen existiendo dantas en el área, le vuelve a dar sentido a su nombre indígena”, cuenta Sulbarán
El Ávila posee una gran riqueza en diversidad biológica, tanto para especies botánicas como animales, bien sea vertebrados e invertebrados.
“Es un paraíso para la observación de aves, —cuenta Sulbarán—, en cuanto a mamíferos, además de las dantas, también habitan monos araguatos y capuchinos, venado matacán, la tayra o comadreja, cachicamos, zorros, pumas, cunaguaros, perezas, entre otros”.

La importancia de la danta
Este mamífero terrestre posee una función ecológica muy importante, es dispersor de semillas en los bosques, selvas y sabanas tropicales donde habita. Debido a su tamaño, y al ser herbívora, consume grandes cantidades de frutos, tallos y hojas.
Al recorrer grandes áreas deja sus desechos fecales, llenos de semillas de sus alimentos consumidos. Estos, a su vez, van germinando, hasta convertirse en plantas que ayudan a la reforestación natural de espacios.
La importancia de la danta también radica en el papel que interpreta dentro de la cultura indígena venezolana, ya que forma parte de la cosmovisión de muchas etnias indígenas. Además de tener una notable presencia y protagonismo en el mito de María Lionza, una deidad femenina venezolana patrimonio cultural del país.
En peligro de extinción
A pesar de su importancia, como pieza fundamental de la biodiversidad y como figura emblemática de la cultura indigena, en la actualidad, la danta está dentro de las especies vulnerables a la extinción, según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, en su más reciente edición (Isasi-Catalá 2011, Marín-Wikander 2012, Naveda-Rodríguez et al. 2012).
“La danta está desprotegida en gran parte de su distribución. Es prioritario el desarrollo de investigaciones sobre su biología y ecología, así como la evaluación del sistema de áreas resguardadas y posibles corredores naturales, para asegurar el flujo genético y el mantenimiento de poblaciones viables a largo plazo”, es parte de lo que recomiendan en el libro para la conservación de esta especie.
Por otra parte, Sulbarán añade que a pesar de su relevancia la danta es uno de los mamíferos menos conocidos y amenazados de extinción en Venezuela. Su estado de conservación actual es incierto, lo que puede apoyarse en la falta de estudios específicos.
“Sabemos que la especie está sometida a una fuerte presión por cacería en todo el territorio nacional, junto a la destrucción de su hábitat, por la deforestación y quema, crecimiento de la frontera agrícola y de las ciudades. Precisamente la población de la cordillera de la costa, la que habita en el Ávila es la que se encuentra en mayor riesgo de extinción”.
Para colaborar
El Proyecto Danta funciona gracias al apoyo de empresas privadas como Embutidos Movilla, Izcaragua Country Club, más la Estación Ecológica la Guáquira. Además, cuentan con la ayuda de amigos. Pero, de igual forma, el grupo requiere de mayor apoyo para continuar con su trabajo de campo, viajes que realizan cada tres meses, durante cinco a seis días. Para colaborar las personas pueden comunicarse el número telefónico 0424-173-3920 y a través de las redes sociales: @proyectodanta.wr y @guarenasrepano