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El Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela lleva 900 días cerrada por la proliferación de hongos y polillas en el recinto. El lugar alcanzó un nivel de humedad de 75 %, lo que ocasionó un problema sanitario complejo.

Caracas. Luego de ocho años de estudios universitarios Michelle terminó su carrera de Medicina en el peor momento para el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

La joven de 27 años, siempre esperó caminar con toga y birrete bajo las Nubes de Calder, pero no pudo hacerlo porque, debido a una situación sanitaria compleja, el aula cerró sus puertas al público. 

El Aula Magna tiene 900 días cerrada. Trina Medina, directora de Cultura de la UCV, relató la situación que llevó al aula a un problema sanitario peligroso para cualquier persona

Infografía: Amadeo Pereiro

Los problemas iniciaron antes de la pandemia por COVID-19 cuando, tras varias fallas, el transformador que suministraba electricidad al complejo cultural se dañó por completo. El lugar estuvo sin luz al menos tres meses y el confinamiento limitó el poder de resolución en ese momento. 

Se tenía un transformador, pero el conector no era compatible, lo que retrasó aún más el proceso. Así se abrieran las puertas del Aula Magna, esta permanecía a oscuras por su gran tamaño.

En penumbras, el nivel de humedad alcanzó 75 %, lo que hizo que proliferaran hongos y polillas.

Se continuó con la búsqueda de soluciones y surgió la alianza con la Facultad de Ingeniería Eléctrica, para intentar solventar el inconveniente. Incluso participaron estudiantes, profesores y expertos de la Universidad Simón Bolívar (USB). 

El Aula Magna tiene 2.696 butacas, todas están hechas de madera y lana de oveja en pro de la acústica. Foto: Manuel Díaz

Habían pasado cerca de 400 días cuando los expertos lograron reconectar el transformador. Restaurada la iluminación, se pudo observar que había una serie de manchas por todo el complejo, además de un olor a humedad muy fuerte y penetrante. 

La madera parecía gomaespuma porque ya se había vuelto celuloide, dijo Medina. 

El Aula Magna de la UCV fue diseñada por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, junto a la plaza cubierta. La Ciudad Universitaria de Caracas fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2001 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Fue inaugurada el 2 de marzo de 1954 y, a la fecha, la estructura tiene 68 años.

Un hongo grado dos 

Pocos conocen tanto el Complejo Cultural como Isaac Muñoz, quien es jubilado, pero aún apoya en los trabajos que se realizan en el lugar. La UCV ha sido su casa durante muchos años. Empezó a trabajar en el Aula Magna desde muy joven y se encargó siempre de la iluminación. Ahora ayuda en todo lo que le sea posible. 

Dentro del Complejo Cultural hay obras invaluables, entre ellas una consola que es un duplicado de un órgano de iluminación que se creó en Inglaterra por Strand Electric, según señaló Isaac con admiración.

El órgano de iluminación creado por Strand Electric ya no se usa, pero se mantiene en el Aula Magna como una obra invaluable. Fotos: Manuel Díaz

Esta consola adoptó el teclado de un órgano para que al hacer diferentes combinaciones fuera posible tener un espectáculo de luces completo. Isaac explicó que solo hay unas cuentas en el mundo y una de ellas sigue en la UCV. 

“Sé que ofrecieron mucho dinero por ella hace años, incluso reparar el Complejo, pero la Dirección se mantuvo firme y dijo que no. Esta consola fue hecha para el Aula Magna”, dijo Isaac. 

Foto: Manuel Díaz

El Complejo Cultural de la UCV está conformado por una galería, el Aula Magna, la Sala de Conciertos. Por todo este complejo se comenzaron a observar esporas de hongos y en ese momento las autoridades alertaron al Consejo Universitario, comentó José Romero, secretario general de la Federación de Centros Universitarios (FCU-UCV).

La madera de algunas de esas obras invaluables dentro del complejo se vio afectada por el hongo que proliferó de manera rápida.

Medina explicó que se realizó un estudio por petición de la Dirección de Cultura, pero no se pudo acceder a los resultados en primera instancia. Más adelante obtuvieron la información de que el hongo que habitaba en el aula estaba más arriba del promedio seguro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Los expertos que hicieron el informe catalogaron a los hongos del uno al cuatro, y el que estaba en el Aula Magna se clasificó en la categoría dos. La directora de Cultura añadió que la bióloga encargada mencionó que el hongo era de un grado bajo, pero de igual manera significaba un riesgo para la salud, especialmente para las personas inmunosuprimidas y con asma. 

En la UCV se mantienen algunas áreas restringidas por los trabajos de restauración y acondicionamiento en el Complejo Cultural. Foto: Manuel Díaz
Aula 300 

La campaña Aula 300 —nombrada así porque la UCV estaba próxima a cumplir 300 años— inició con el apoyo de estudiantes, profesores y egresados, con esto se pretendía recaudar fondos para restaurar la sala y hacerle el mantenimiento necesario. Medina aseguró que nunca se tuvo en la mira contar con el apoyo presidencial, pues nunca enviaron a una comisión. 

Trina Medina es la Directora de Cultura de la UCV, además es cantante profesional, productora musical, compositora y arreglista. Foto: Manuel Díaz

Todo esto se planteó antes de la pandemia, fue una iniciativa que buscaba reparar los daños para que no se acumularan y el aula pudiera funcionar con regularidad. En ese entonces no se obtuvieron los resultados deseados. El proyecto, sin embargo, se retomó este año, cuando ya la situación era grave.

En la Dirección de Cultura siempre tuvieron claro que el trabajo debían realizarlo expertos en obras de arte por lo que significaba la construcción del aula.

La visión de Villanueva dispuso que cada elemento del auditorio —las puertas dobles, el tejido de lana de oveja de las butacas e incluso las alfombras— sirviera para crear una acústica perfecta, al punto de lograr que en su época fuera considerada una de las cinco salas con mejor acústica del mundo. 

La Directora de Cultura, Trina Medina, aseguró que los problemas del Aula Magna se agravaron por la pandemia de Covid-19. Foto: Manuel Díaz

De acuerdo con Medina, después de un estudio se determinó un primer presupuesto por 150.000 dólares. Esto contemplaba la fumigación contra las polillas y resolver el complejo problema de hongos, al que se le sumó un conflicto con las tuberías del aire acondicionado que estaban recubiertas de asbesto. 

El asbesto es un grupo de seis minerales, que son flexibles, fuertes y resistentes al calor. Este material en todas sus formas resulta cancerígeno para los humanos, puede provocar cáncer de pulmón, laringe y ovarios.

Este asbesto se retiró del aula magna con todas las precauciones necesarias. Se hizo uso de trajes especiales y se sacó con cuerdas en bolsas especiales para ser desechado de manera correcta y que nadie resultara afectado. 

Limpieza del Aula Magna 

Un trabajador de una de las contratistas que labora en la restauración del Aula Magna aseguró que el auditorio se sometió a una limpieza por arrastre profundo, también se aspiró todo el lugar. En el caso de los depósitos, se sacó todo lo que había dentro para limpiar cada una de las piezas y, posteriormente, se depuraron con ácido clorhídrico. 

Según el experto, esta es una solución fungicida inocua al ser humano, que no produce irritación al contacto. Con este producto se trató la madera de las 2696 butacas que hay en el aula (antes 2713).

El lugar tenía una gran capa de polvo, incluso, muchas partes estaban nacidas, se veían capas blancas sobre lo negro, recordó el experto. 

Asimismo, explicó que el piso fue tratado con un limpiador neutro. Las puertas se encapsularon con un  plástico especial para que el producto contra las polillas hiciera efecto. 

Las puertas del Aula Magna fueron fumigadas contra las polillas y restauradas. Foto: Manuel Díaz

A las puertas se les realizó un trabajo importante, de igual manera serán revisadas por los ingenieros, pero considero que no deberían cambiarse, son parte de la obra que es el Aula Magna, dijo el trabajador que no quiso ser identificado. 

La ventilación no es un capricho

El trabajador de la contratista aseguró que, principalmente, el problema fue el aire acondicionado y la situación de humedad que comenzó a deteriorar todo. 

Romero, por su parte, dijo que el aula no cuenta con refrigeración ni climatización, solo recibe ventilación manual que no resulta suficiente. Medina, a su vez, explicó que dentro de los ductos de ventilación había una fibra de vidrio que se pulverizó y por eso no se puede encender el sistema de aire acondicionado. 

Estos elementos son cancerígenos y me dijeron que tiene forma de aguja que incluso puede traspasar los tapabocas, no es un capricho, apuntó la directora de Cultura.   

Un sueño cumplido y uno roto 

Norma Rivas fue la primera de su familia en culminar una carrera universitaria. Es la sexta hija de once. Recordó el día de su graduación como un sueño cumplido con mucho esfuerzo. Bajo las Nubes de Calder la acompañaron sus padres y sus 12 sobrinos, a quienes llevó a pesar de que el protocolo solo le permitía dos invitados. 

Las Nubes son una obra de Alexander Calder, considerado el precursor de la cultura cinética, esta es una estructura de 22 paneles de madera y chapa que representan unas nubes de diversos colores colgadas del techo del aula.  Estas también reflectan el sonido del auditorio y consigue ser el mejor sistema acústico desde el techo hasta los asientos.

A diferencia de Norma, Michelle no pudo cumplir su sueño de recibir los aplausos en la tarima del aula. En lugar de los cómodos asientos, sus padres estuvieron parados durante todo el acto. 

En la Plaza Cubierta de la UCV se realizan los actos de grado de todas las carreras. Foto: Manuel Díaz

Norma evocó el momento entre risas, y dijo que su objetivo era motivar a los más pequeños de la familia a estudiar una carrera universitaria y vivir un momento tan mágico como ese. Y así fue, a ella le sucedieron unos cuantos de sus sobrinos, quienes estudiaron Enfermería y Docencia. 

Michelle, por su parte, contó con nostalgia que su graduación no fue ni la sombra de lo que ella esperaba que fuera. A pesar de su logro y todo el esfuerzo, siempre tendrá un recuerdo agridulce. 

Norma se graduó en 1992 de periodista, y Michelle en abril de 2022 de Medicina. Ambas graduaciones fueron especiales, pero una de ellas cumplió su sueño, mientras la otra se quedó con la esperanza de algún día poder cerrar el ciclo al mejor estilo ucevista: no sobre las nubes sino debajo de ellas. 

La periodista lamenta profundamente la situación del Aula Magna y se entristece por estas generaciones que no pueden vivir la experiencia. “Para mí fue un sueño cumplido graduarme en ese lugar”. 

Inconformidad y búsqueda de soluciones 

Hay momentos que son irrepetibles, la graduación universitaria es uno de ellos. Mariana* inició sus estudios de Medicina en el 2014, y por paros y la pandemia se pudo graduar en abril del presente año. En total son 17 graduaciones las que han tenido que ser fuera del Aula Magna. 

Se dispuso Plaza Cubierta para realizar estos actos, pero los egresados no estaban para nada conformes. Mariana se graduó en una promoción bastante grande y  el espacio era demasiado reducido. Los padres y familiares se quedaron parados durante el acto que duró al menos tres horas. 

Más de 15 graduaciones se han realizado en Plaza Cubierta a espera de la reapertura del Aula Magna. Foto: Manuel Díaz

Todos estaban aglomerados para intentar ver a sus hijos en un momento tan importante. Eran al menos 1000 personas paradas e incómodas

Romero mencionó que los más interesados en que los trabajos del aula se culminaran eran los graduandos. Pero el presupuesto que se necesitaba para ponerla a funcionar no se completó. 

Mariana se organizó junto con su promoción y propusieron pagar la limpieza y desinfección del lugar para poder utilizarlo, pero el Rectorado negó la petición, pues hay muchos otros problemas de fondo que no se resolvían con la desinfección. 

Ante la negativa comenzaron a buscar alternativas para graduarse en otro teatro, pero esta opción tampoco se aprobó. “Nos dejaron sin alternativas, al final fue bonito porque es nuestra graduación, pero no fue como lo imagine”. 

Medina estuvo atenta a las solicitudes, incluso muchas veces habló con los jóvenes y les explicó la situación, que ella también lamenta.

El Aula Magna no está lista 

La empresa que trabaja para la Comisión Presidencial ha sido muy abierta con la Dirección de Cultura para dar la información necesaria y los informes. Por el contrario, la comisión no ha sido tan efectiva en cuanto a dar declaraciones a la institución. “No reportan lo que está haciendo y lo que falta, claramente esto tiene que ver con problemas políticos”, aseguró Romero. 

Además, expuso que la Comisión Presidencial vendió la idea de que el Aula Magna está lista, pero no es así, aún faltan muchas cosas por completar. 

La sala de control del Complejo Cultural también fue desinfectada y restaurada. Foto: Manuel Díaz

Medina espera que para el mes de enero 2023 los avances sean importantes y se pueda habilitar el auditorio, al menos para los actos de grado.


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