El Instituto Universitario de Tecnología Agroindustrial JHS, ubicado en una zona agrícola de Yaracuy, ofrece a los bachilleres formación académica becada y un programa que les permite acceder a plazas de empleo.
Caracas. Con el fin de formar “mano de obra calificada” y ofrecer oportunidades de estudio en zonas rurales y agrícolas de Carabobo y Yaracuy, la Corporación JHS creó su propio instituto universitario que ofrece programas de producción agroindustrial y avícola y capacita a los jóvenes que esperan conformen las generaciones de relevo en el sector.
El Instituto Universitario de Tecnología Agroindustrial JHS, ubicado en la población de Hato Viejo, en Nirgua estado Yaracuy, abrió sus puertas formalmente en 2022. Cuenta con 154 estudiantes y en octubre esperan graduar a su primera promoción de técnicos superiores universitarios (TSU) en producción avícola.
El director del instituto, Gerardo Gerardino, explicó a Crónica Uno que se trata de un programa de formación en el que la corporación trabaja desde antes de 2017. Se enfocan en una educación que complementa la teoría con la práctica profesional.

“Aprender haciendo”
En el instituto aseguran que su modelo educativo se diferencia por la cultura del “aprender haciendo”, un mecanismo en el cual los estudiantes combinan la teoría en el aula con la práctica en granjas modelo.
“Se trata de un enfoque garantiza que los futuros profesionales posean las habilidades y competencias necesarias para sobresalir en la agroindustria moderna”, dijo Gerardino.
Además de producción avícola, el instituto espera preparar a jóvenes en la carrera de producción agroindustrial en los próximos meses y alcanzar al menos 200 estudiantes en su matrícula, todos becados por la corporación de la que depende el instituto.

“Nuestros estudiantes reciben una educación de calidad y excelencia, son becados, les damos la dotación de uniformes, de libros, morral, beneficio de almuerzo, también transporte. En el tercer semestre se les dota de una laptop”,
explicó el docente universitario.
Aclaró que la ubicación de la institución en una zona agrícola y rural permite que bachilleres que desertaron del sistema educativo por no poder costear el transporte y sus gastos universitarios, retomaran estudios en esta institución que les ofrece también oportunidades laborales.

Oportunidades
A Luisnavis Macías le falta solo un semestre para obtener su título de TSU. Destaca de su experiencia que esta fórmula de estudio le dio posibilidades de empleos y preparó a los muchachos de su comunidad, en el estado Yaracuy.
“Fue una bendición porque están cerca de zonas rurales donde no teníamos acceso a universidades por temas de transporte”, dijo Macías a Crónica Uno.
Añadió que el aprendizaje es práctico y se afianza en todos los estudiantes a través de prácticas en granjas de la propia institución, donde hay tutores empresariales que los acompañan y orientan en su proceso educativo.
Lo más prometedor del programa es la posibilidad de obtener un empleo al finalizar la carga académica, pues en Venezuela organizaciones internacionales mantienen su preocupación por la precarización del empleo en el país.
Cifras de la Encuesta de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello (Encovi 2024) refieren que la pobreza monetaria disminuyó un 9,6%, al afectar al 73,2% de los hogares, pero la pobreza multidimensional se mantuvo alta en 2024, con 56,5% de los hogares en esta condición.
Lea también:
Mujeres incursionan en ciencia y tecnología para superar la pobreza y la violencia de género