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A Eduardo lo llaman “el héroe anónimo de Las Tejerías” tras salvar a casi 60 personas durante el deslave

Tejerías

Eduardo Efraín Hernández alertó a sus vecinos del callejón Victoria, en el sector Castor Nieves Ríos, antes de que la ola de lodo arrasara con todo a su paso. Con la ayuda de Rafael, Richard, Arbenis, Leonardo y “Chili”, salvó a muchas personas atrapadas en sus casas cuando las aguas no habían bajado.

Las Tejerías/Enviados especiales. Cuando Eduardo vio que la quebrada Los Patos crecía más de lo normal en cuestión de segundos y que arrastraba camas, neveras, colchones y hasta personas, se alarmó. Comenzó a tocar las puertas de sus vecinos en el callejón Victoria y gritaba lo más duro que podía para que salieran y se resguardaran.

Salieron algunos. Los que viven a la orilla de la quebrada salieron hacia otras casas e igualito quedaron atrapados, y salieron por detrás de esas casas. Unos corrieron conmigo y otros salieron después de que bajaran las aguas. Así de rápido fue todo, contó.

Eduardo trató de bajar lo más rápido que pudo para avisar a todos los vecinos. Pero lo retuvo el alto nivel del agua y regresó al callejón. Desde ahí guio a 20 vecinos, aproximadamente, hasta un punto alto del sector La Estación. Se resguardaron en platabandas.

La rápida acción de Eduardo Efraín Hernández Romero salvó la vida de muchos habitantes de Las Tejerías, durante el deslave del 8 de octubre de 2022. Los vecinos del callejón Victoria lo llaman “el héroe anónimo” y atribuyen a él haber salido de su casa a tiempo. 

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Eduardo trabajaba en El Matadero, desde hace tres años. Esa zona quedó destruida y él perdió su trabajo.| Foto: Cortesía

Un vecino escuchó los gritos de Eduardo y al asomarse por la ventana se llevó las manos a la cabeza. Le dije a mi esposa que esta vez la quebrada sí iba crecida. Cuando bajé con mi esposa vi a Eduardo tocándole la puerta a todo el mundo, llegó hasta un poste y no pudo pasar porque el lodo destruyó una casa.

Ese sábado la quebrada Los Patos –que ya se había desbordado 11 días antes– arrasó con casas, comercios, vehículos, postes eléctricos, antenas de telefonía, mascotas y personas, en el municipio Santos Michelena, del estado Aragua. 

54 personas fallecieron y ocho siguen desaparecidas, hasta el último parte que dio el mandatario Nicolás Maduro, el 17 de octubre.

Según la explicación de la geóloga Luiraima Salazar, –en una nota anterior de Crónica.Uno– el deslave ocurrió porque las constantes lluvias saturaron los suelos de Las Tejerías y ocasionaron el deslizamiento de grandes capas de lodo desde las montañas hacia las comunidades que están en el pie de monte. 

Eduardo describió que la ola de lodo que arrasó con “su barrio”, como le dice, tenía entre 10 y 12 metros de altura. Aunque todo estaba oscuro, porque no había luz, la recuerda detalladamente.

Viviendas destruidas en el callejón Victoria.| Foto: Gleybert Asencio
Del shock al heroísmo 

Desde la platabanda de la casa donde se resguardó, Eduardo escuchaba a los vecinos gritar. No lo puede olvidar. Han pasado tres semanas desde el deslave y le cuesta conciliar el sueño porque oye las súplicas de aquella noche.

Nosotros nos acordamos de Dios cuando estamos en mal momento. Tenía a unos cristianos al lado y les dije que oráramos. Ellos comenzaron a orar y cuando vi el desastre me quedé en shock. No sabía qué hacer. Después reaccioné, contó, mientras hacía una pausa para contener el llanto.

Eduardo actuó tan rápido como pudo. Sus vecinos le gritaban que necesitaban una mandarria, pero no tenían absolutamente nada, porque todo se lo había llevado el lodo. Con una piedra rompió la pared de una casa y rescató a una señora

Aún con el agua alta y con fuerza entró a más casas para rescatar a los vecinos atrapados. Consiguió un mecate, lo amarró a su cintura y comenzó su labor de salvamento. A él se unieron otros vecinos: Rafael, Richard, Arbenis, Leonardo y “Chili”. Lograron rescatar entre 60 y 70 personas

Sacamos a dos fallecidos, uno era una niña de entre uno y tres años, y un señor mayor. Fueron momentos que no quisiera recordar más, llevo todo eso en mi mente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada cinco personas que han sufrido experiencias traumáticas experimentarán ansiedad, tristeza, desesperanza, dificultad para dormir, fatiga, irritabilidad, molestias y dolores. Sin embargo, se ha demostrado que las emergencias también podrían brindar oportunidades para construir sistemas sostenibles de atención a la salud mental después del evento.

Al bajar un poco más el nivel del agua, Eduardo fue hasta lo que quedaba de una ferretería y con sus otros vecinos sacó varios implementos para ayudar a más personas. Nos fuimos quebrada arriba y salvamos a un muchacho y dos perros

A 23 días del deslave, todavía los vecinos agradecen con abrazos a Eduardo. Una señora me dijo que yo era un ángel que Dios le puso para que le avisara.

A 11 días del deslave así lucía el callejón Victoria.| Foto: Yohana Marra
De la tristeza a la esperanza 

Eduardo tiene 36 años de edad y 30 los ha vivido en “su barrio”, como se refiere al callejón Victoria del sector Castor Nieves Ríos de Las Tejerías. Su casa, en el piso dos de una vivienda familiar, no sufrió daños. Pero la de su hermano, en la planta baja, sí lo perdió todo.

 Hace cinco días me puse a limpiar la parte de abajo de mi casa, porque yo me enfoqué en ayudar a las personas y no estaba enfocado en mi casa. Muchos vecinos me ayudaron a limpiarla.

Los recuerdos más bonitos que guarda de Las Tejerías son las fiestas patronales en la plaza Bolívar y los juegos de softbol los fines de semana. Las Navidades de 2021 también las guarda en su corazón, fue una época en la que sintió que el callejón Victoria estaba decorado más lindo que nunca.

Aquí éramos muy alegres y ese era nuestro entretenimiento los fines de semana. Hoy en día ya no se habla de eso

Eduardo compartió esta fotografía del estadio y dijo: “Seguro muchas de esas personas, que salen en esa foto, ya ni siquiera están físicamente”. 

Luego del deslave, Eduardo regresó a su casa la mañana del domingo, 9 de octubre. Se bañó y se echó gel antibacterial en las cortadas que tenía en las piernas. Le dolía todo el cuerpo

Previamente entró por el techo y rescató su pasaporte, y sus papeles, porque al ver la destrucción del pueblo pensó que era el momento de emigrar. Yo abrí las ventanas al día siguiente y vi todo el barrio destruido, me arrodillé y llorando le preguntaba a Dios qué era esto

Pensó en irse del país. Su madre y tres hermanos viven en España, y otro hermano vive en Perú. Todos le abrieron las puertas, al igual que amistades en Colombia y Perú. Pero no quiere dejar Las Tejerías. 

Con el pasar de los días me he puesto a pensar y me digo: Tengo que ayudar a la gente

TejeríasEduardo tomó esta foto del callejón Victoria, cinco días antes del deslave, desde su ventana.

Empezar de nuevo

Eduardo perdió su empleo como jefe de despacho de ganado, en El Matadero, una zona que quedó completamente destruida. Ahí tenía tres años y recordó que desde la ventana de su casa veía su puesto de trabajo. 

Tras el deslave colaboró con los trabajadores de Hidrocentro, para restituir por completo el servicio del agua en la comunidad. Y aún es voluntario con su moto; lleva las ayudas a las zonas más altas de Las Tejerías. 

Si tiene que comenzar de nuevo lo hará. No sabe si su casa será demolida, pero no quiere dejar a su gente, no quiere dejar a su barrio.

Él no para, se la pasa de arriba para abajo ayudando a quien sea, es un completo héroe anónimo, es difícil verlo en un solo lugar porque sigue ayudando, contaron sus vecinos del callejón Victoria, quienes aún no saben si sus casas deberán ser desocupadas para embaular la quebrada.

Fachadas de las viviendas están identificadas con un espray rojo.| Foto: Yohana Marra

Las fachadas de las viviendas están marcadas con espray rojo. Dicen E1 a la espera de una inspección, que los habitantes no entienden muy bien. Los que pueden duermen ahí, y los que no, van a diario para recibir las ayudas y censarse en alguna lista del gobierno de Maduro.

El papá de Eduardo lo perdió todo. Por fortuna ni su padre ni sus dos primos estaban en la casa, un poco más abajo que la de él, el día del deslave. Su hija, una adolescente de 13 años de edad, también se encuentra bien y su hijo menor, de dos años, vive fuera de Las Tejerías.

Dios nos dio otra oportunidad de vida, reiteró convencido.

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