El aumento de las detenciones de niños y adolescentes en flagrancia cometiendo delitos de hurto en las zonas comerciales de Porlamar, hizo que tanto el Consejo Municipal de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes junto con la coordinación de las autoridades del Instituto de Policía Municipal de Mariño iniciaran un trabajo de campo para profundizar las investigaciones sobre este problema.
Margarita. En el Mercado Municipal del Pescado en el sector Punta de Porlamar, Erick, quien se ocupa de cuidar carros en el estacionamiento, dice que desea de regresar a la escuela, pero sus padres no cuenta con los recursos económicos para ello.
“Me da mucho miedo caer en la delincuencia como algunos de los niños que he conocido trabajando aquí y que hasta han sido detenidos por robar en los carros y en las tiendas de Porlamar”, dijo.
Explicó que con lo que recibe por vigilar vehículos en ese parqueadero apenas le alcanza para comprar arroz o pasta para acompañar el pescado que, con suerte, le regalan los pescadores de la zona.
“Aunque sea unas sardinitas me llevo para comer con mi mamá y mis dos hermanitos”, dijo.
La recurrencia de procedimientos que arrojan la detención de niños y adolescentes en flagrancia cometiendo delitos de hurto en las zonas comerciales de Porlamar encendió las alarmas en el Consejo Municipal de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Cmdnna), desde donde casi de inmediato, en coordinación con las autoridades del Instituto de Policía Municipal de Mariño (Polimariño), se inició un trabajo de campo para profundizar las investigaciones sobre el tema.
José Gregorio Pita, director general del mencionado cuerpo policial, precisó que en lo que respecta al uso de menores y adolescentes mayormente está vinculado al hurto, que es el delito reinante en los bulevares comerciales Gómez y Guevara, así como en las avenidas 4 de Mayo y Santiago Mariño.
“Estamos trabajando con el Consejo Municipal de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes para hacer un diagnóstico en el uso de menores en la comisión de hechos punibles. En algunos casos nuestra policía ha logrado procedimientos de detención en flagrancia de niños que están directamente relacionados con la comisión de hechos punibles en la zona comercial de Porlamar”, afirmó Pita.
El funcionario destacó que la tendencia social apunta a que existe una alta probabilidad de que estaría en aumento el uso de menores para delinquir, lo que, desde su punto de vista, está asociado a una serie de factores entre los que domina la falta de valores familiares. Las redes delictivas aprovechan ese contexto para atraerlos y sumirlos en el submundo delictivo, del cual difícilmente podrán salir más tarde.
Especificó que los hurtos más comunes que cometen estos niños van en perjuicio de los comerciantes, ya que los delincuentes rompen paredes para introducir a los menores y sacar mercancía de los locales.
Sin embargo, residentes y visitantes no escapan de las fracturas de vidrios de sus vehículos para sustraer compras y artículos de valor dejados dentro de los mismos.
Evidencias irrefutables
El director de Polimariño confirmó que tienen un número preocupante de delitos denunciados donde no se produce una aprehensión de menores, pero el análisis del sitio del suceso arroja la existencia de evidencias de interés criminalístico que revela la presunta autoría o participación de niños o adolescentes.
“Básicamente, esas evidencias se muestran por rastro físico o por la naturaleza en la que se cometen los delitos”, explicó el jefe policial.
Recalcó que la frecuencia con la que tienen observando la comisión de delitos en los que se involucran niños y adolescentes, iniciaron la investigación que, en su primera fase, les permitirá determinar los índices, las zonas y la naturaleza de los delitos que cometen esas personas.
“Después vendrán otras fases, pero en las preliminares la policía comunal se encuentra permanentemente en los centros educativos del municipio, realizando su trabajo para informar a los niños y adolescentes cuáles son sus responsabilidades penales que pueden tener en el contexto legal”, acotó.
Rompiendo una falsa creencia
Por su parte, la presidenta del Consejo Municipal de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes del municipio Mariño, Maryland Mendoza, quiso destacar que con ese trabajo en los planteles quieren romper con el mito de que “menor no paga”.
Apuntó que ellos deben saber que eso no es así y que en el mismo momento en que, de acuerdo con la ley adquieren la condición de adolescente, ya son responsables penalmente.
“A partir de allí entonces tienen la posibilidad de enfrentar procesos judiciales con las sanciones a que haya lugar de acuerdo con la gravedad del delito cometido, tal como lo contempla el sistema de justicia penal venezolano”, señaló.
Explicó además que esas personas son vistas como infractores de la ley penal y recordó que al adolescente no se le puede privar de libertad a menos que sea de forma excepcional. No obstante, cree que por esta razón este tipo de delitos va en aumento y por eso utilizan menores para delinquir en la isla de Margarita.
Insistió en que, en vista del incremento de ese fenómeno social, desde el Cmdnna tomarán medidas con los instrumentos legales disponibles para que las personas adquieran su responsabilidad con respecto a los niños y los adolescentes bajo su custodia.
Mendoza puso de relieve que el trabajo que realizan es oportuno en un momento en el que están siendo discutidas leyes en relación con el acoso escolar, así como también, sobre responsabilidades legales de menores.
Influencia de la deserción escolar
Fermín Rivero, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza capítulo Nueva Esparta, no dudó en afirmar que la alta deserción escolar que se observa en la isla de Margarita a raíz de la pandemia y la crisis económica, influye para que los niños y adolescentes se conviertan en presas fáciles de personas inescrupulosas que los usan para cometer delitos.
Aplaudió el trabajo que realizan los organismos pertinentes en esta materia en el municipio metropolitano de Mariño, y destacó la conveniencia de que se aplique en el resto de las jurisdicciones de la entidad neoespartana.
Pescadores de violencia
Una investigación reciente del equipo del Observatorio Venezolano de la Violencia en Nueva Esparta determinó que, aunque los niños y adolescentes de las zonas costeras de las islas de Margarita y Coche no son utilizados para delinquir, sí son sometidos a trabajos forzados que son considerados por esa organización como una forma de violencia infantil.
Durante la investigación muchas madres argumentaron la imposibilidad de mandar a sus hijos a la escuela por falta de recursos para cubrir gastos de uniformes, útiles escolares y meriendas.
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