Protagonizada por Tom Hanks y Robin Wright, la más reciente película de Robert Zemeckis resulta una sorpresa sobre las relaciones humanas y el paso del tiempo
Caracas. Hay películas que llegan a la cartelera sin mucho aspaviento. No poseen una despliegue para la promoción omnipresente, invasivo y constante. Incluso, puede resultar extraño cuando se trata de la obra de un director que le ha dado mucho al cine estadounidense.
Es interesante ver cómo para algunas personas el nombre de Robert Zemeckis resulta extraño, distante. No es un nombre que asocian inmediatamente con el cine como ocurre con Steven Spielberg, Quentin Tarantino o Martin Scorsese, pero sí reaccionan al unísono con varias de sus películas como Volver al futuro, Náufrago o Forrest Gump, esta última incluso le valió el Oscar como Mejor director.
Su nombre no puede faltar cuando se habla de películas trascendentes del siglo XX, aunque en el XXI quizá la discusión se extienda por si hay alguna que haya calado suficiente en la cultura pop.
Aquí es la más reciente película del director estadounidense. Coescribe el guion junto con Eric Roth, quien también firmó el guion de Forrest Gump, además de estar en créditos de joyas como El dilema (1999), Munich (2005), El curioso caso de Benjamin Button (2008) y Los asesinos de la luna (2003).

Reencuentro de estrellas
En Aquí vuelven a reunir como protagonistas a Tom Hanks y Robin Wright, quienes hace treinta años se sumaron a ese salón de acompañantes de la vida que el cine otorga cada cierto tiempo. Forrest y Jenny desde entonces han sido el motivo para discusiones, teorías, juicios y ensueños de la vida.
La película se estrenará en Venezuela el jueves 9 de enero de 2025. La crítica profesional no la ha tratado muy bien, pero en realidad es una de las películas más arriesgadas de los tiempos presentes.
Y no se debe a que presente elementos de vanguardia en sus planos, dirección de arte o demás puntos de su narrativa. Para nada. Aquí en realidad es muy sencilla, pero a la vez atrevida en momentos en los que la taquilla apunta a la espectacularidad, en muchos casos sin sustancia con secuelas que son el calco de su anterior entrega, así como ejercicios que buscan una supuesta intelectualidad para quedar finalmente en el vacío. Historia de gladiadores que buscan la resurrección o recortes de historias insulsas con firmas griegas.
Cámara fija
Su propuesta en sí es tan básica como la del cine en sus comienzos. Aquí es una película que narra con una cámara fija la vida de distintas familias durante miles de años en un solo lugar. La cámara no se mueve, los cambios son tan solo de personajes al frente o de alguna que otra recreación, pero siempre emulando el mismo lugar.

Es decir, la obra trata sobre lo que ha pasado en ese lugar desde tiempos inmemoriales, una manera también de contar la historia de Estados Unidos como contexto, al igual que hizo en 1994.
Desde los tiempos de puros árboles y animales, luego los indios, para ya construir una casa imponente en la que se desarrollarán la mayor parte de los hechos, especialmente por parte de la relación de los personajes de Hanks y Wright desde mediados del siglo XX.
En la sala de ese hogar el público verá cómo pasan de ser unos tímidos novios a conformar una familia que empieza a tambalearse por la indecisión de unos ante la determinación de otros.
Robert Zemeckis así se afianza en la cotidianidad para mostrar el poder de la rutina en la cercanía a los sentimientos más primarios del ser humano. Ahí está el poder de Aquí, una película que estará entre lo mejor en la cartelera en meses recientes.

Película con encanto
Sí peca de falsedad con el rejuvenecimiento a los actores principales, una tendencia ya en abuso gracias a las posibilidades tecnológicas. Luce distante al ojo común del sabio ante el paso ineludible del tiempo.
Pero apartando ese detalle, el largometraje mantiene su encanto. Pareciera que se diluye cuando pone en pantalla historias de familias no tan resaltantes, pero tan solo son los secundarios para justificar uno de los planteamientos de la historia: como un lugar a lo largo de los siglos puede ser el escenario de tantos universos concentrados en personas, en anhelos, desengaños y entuertos. Para que al final, todo tenga siempre el mismo fin, la muerte ineludible precedida por ese sentimiento de comunidad y compañía, la búsqueda del otro a pesar de las falencias.
Una propuesta teatral en la que incluso el público es cómplice al aceptar sus artilugios para expresar los cambios de épocas, pues Aquí no sigue la estructura lineal clásica, sino que puede ir y volver en el tiempo sin ningún problema para mostrar distintas situaciones. Las actuaciones de Hanks y Wright son leales en todo momento a los sentimientos que deben transmitir en cada época. No serán para la trascendencia, pero entienden muy bien la búsqueda de la historia.
Todo resulta un ejercicio de casi dos horas sobre la vida y la muerte en la continuidad de un mundo que no acepta vacíos, y que sigue su curso sin importar los planes de seres con una existencia tan corta.
Al final el director solo mueve la cámara cuando los principales encuentran la redención después de tanto andar, para así mostrar todo alrededor en la pequeñez de una realidad avasallante que rodea toda intimidad.