Hace poco más de un mes, los habitantes de Las Piedras del Valle exigieron desentrabar las compuertas del canal de alivio de ese afluente, para evitar que se repitan situaciones como las de 1999 y 2008, cuando el desbordamiento del río afectó la Basílica Menor de la Virgen del Valle.
Porlamar. En ascuas y con un ojo abierto duermen los habitantes del sector Las Piedras del Valle y caseríos aledaños previendo la salida de cauce del río, como consecuencia de las lluvias registradas desde la madrugada del sábado 26 de noviembre.
Este lunes 28, las corrientes estuvieron a punto de desbordar el río El Valle en su trayecto desde su naciente en La Sierra y hasta la zona en la que se une con El Biriguti, en la ciudad de Porlamar.
Las autoridades de la Basílica Menor de la Virgen del Valle y los diferentes organismos de salvamento y rescate hicieron un recorrido y advirtieron que la corriente pudiera rebasar los límites de seguridad e inundar una vez más el recinto de la Patrona de Oriente.
Aldo Pusticcio, director de Protección Civil Nueva Esparta, encabezó la inspección del arroyo y, aunque no ofreció mayores detalles, alertó que de mantenerse las precipitaciones con la misma intensidad que el sábado pasado, hay motivos para estar atentos al impacto que la crecida pudiese tener sobre el templo.
El fin de semana anterior, la crecida del río San Juan inundó por segunda oportunidad, en menos de un mes, la iglesia San Isidro Labrador, ubicada en la población de Fuentidueño, municipio Díaz, y es precisamente lo que la feligresía quiere evitar en el santuario mariano.
Peligro advertido
Richard Jiménez, exconcejal del municipio García, cuya capital es El Valle del Espíritu Santo, advirtió desde el pasado 20 de octubre lo que pudiera ocurrir en caso de registrarse precipitaciones continuas y fuertes.
Como habitante de Las Piedras del Valle, al igual que los que residen en las zonas aledañas, sentimos temor de que se repitan inundaciones como las de 1999 y 2008 que afectaron más de 200 familias y dejaron pérdidas incuantificables en esta zona”, ratificó el también dirigente vecinal.
Jiménez renovó sus exigencias frente a las autoridades municipales y del Ministerio de Atención a las Aguas, para que resuelvan la situación que presentan las compuertas del canal de alivio.
Además se hizo eco de algunas cuentas en redes sociales que monitorean el clima y que advertían que este martes continuaría “la probabilidad de precipitaciones de intensidad variable en Nueva Esparta, producto de la conjunción de inestabilidad en niveles bajos, vientos alisios húmedos y vaguada en altura. Las lluvias se presentarían principalmente en horario matutino y nocturno”.
Jiménez citó la cuenta de Meteoesparta, que establece una advertencia nivel amarillo sobre desborde de riachuelos y deslizamientos de tierra en el noreste de Margarita debido al nivel de saturación de suelos y a los pronósticos de más lluvias por venir.
Asimismo recomienda precaución en las poblaciones vulnerables de la isla de Margarita.
Si sigue lloviendo lo que va a traer el río desde La Sierra son rocas y árboles que van a afectar seriamente las poblaciones y urbanizaciones ubicadas en el perímetro”, indicó.
Vigilia permanente
Los feligreses que residen cerca de la Basílica Menor se han declarado en vigilancia permanente para no ser sorprendidos por cualquier imprevisto que afecte el templo más importante de Nueva Esparta.
Juan Martínez, Pablo Fernández y Luis Cardona son asiduos contertulios en la plaza Santiago Mariño, aledaña a la morada de la Virgen del Valle, coinciden en sus intenciones de mantenerse atentos al río para actuar con tiempo.
“No podemos dejar que las corrientes del río nos sorprendan como en 1999 y 2008, cuando sus fuerzas destrozaron la puerta principal y las laterales de la iglesia”, advirtió Martínez.
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