El catfishing es la creación de perfiles falsos. De acuerdo con Raymond Orta, abogado y especialista en tecnologías, estadísticamente una de cada cinco citas coordinadas a través de las redes sociales terminan en violencia contra la mujer.
Caracas. Josué* quedó en verse con una “chica” que conoció por Tinder en el centro comercial El Colonial de Cúa, estado Miranda. Después de tres semanas de conversación en esta aplicación móvil, tendrían su primer encuentro.
La mujer que esperaba no aparecía. No había, cerca de allí, alguien con características físicas que se asemejaran al rostro de Tinder. Mientras aguardaba con ansias, un niño se le acercó a Josué.
—Mira, mi tío te llama.
—¿Quién es tu tío?¿Dónde está? —respondió Josué con extrañeza.
Acto seguido el niño le señaló un carro blanco que estaba escondido en un lugar con poca luz.
Josué se puso nervioso. Como la mujer no le respondía los mensajes, llamó a alguien para que lo sacara urgentemente de ese lugar. Afortunadamente, nada le pasó. Él está casi seguro de que pudieron secuestrarlo ese día. No usa Tinder u otras aplicaciones de citas desde 2019.
Luis Serrano, coordinador de RedesAyuda, explicó que es común que muchas personas incurran en el catfishing, que consiste en la creación de perfiles falsos para engañar a sus víctimas y cometer algún delito. Aunque, según Raymond Orta, abogado y especialista en tecnologías, un perfil falso ya está previsto dentro de los delitos de falsificación electrónica.
Red flags para identificar perfiles falsos
Los expertos consideran que hay cierta cantidad de elementos que sirven de red flags (banderas rojas), que nos permiten estar atentos ante cualquier situación de peligro.
Aspectos como fotografías con exceso de Photoshop o fotos “perfectas” pueden ser un indicio de un perfil falso. También, los especialistas recomiendan revisar los otros perfiles de estas personas en redes sociales como Facebook, Twitter, TikTok e Instagram para evaluar la actividad que tienen en estos espacios.
Por ejemplo, evaluar la antigüedad de las cuentas en distintas redes sociales versus la cantidad de contenido, número de seguidores, likes, comentarios e interacción en las mismas. En primera instancia, esto permitirá verificar si el individuo es real.
Por su parte, Raymond sugirió el uso de Google Lens para hacer un rastreo de las fotografías usadas, para ver la primera fecha de publicación y que no existan duplicados. Adicionalmente, se puede usar la información proporcionada por el individuo para identificar si existe coherencia en cosas como sus intereses, profesión, estudios; y, a su vez, solicitar hablar por notas de voz, llamadas o videollamadas.
No obstante, confirmar la identidad de la persona no significa que no se pueda estar ante un posible delincuente o acosador sexual.
Todos vulnerables
La vida de Josué pudo estar en grave peligro. El miedo, los nervios y la posibilidad de huir le hubiera resultado muy difícil porque tiene una discapacidad que lo ha mantenido en una silla de ruedas por muchos años de su vida.
Josué confesó que debido a su discapacidad, en Tinder muchas personas han aprovechado la oportunidad para burlarse de él y hacerle bullying. Además, muchas personas le han pedido dinero, recargas de saldo y hasta máquinas para hacer ejercicios.
A juicio de Orta, todos los que utilizan una aplicación para citas son vulnerables, porque ya se sabe la intención de quien se suscribe y el delincuente, o el depredador sexual, sabe lo que necesita.
“Son personas que están tratando de establecer una relación sentimental y afectiva. Digamos, tratando de llenar su parte afectiva y esto hace que cualquier persona mal intencionada no revele su verdadera cara de ninguna manera. Si en un encuentro convencional o relación convencional es tan difícil conocer a una persona, en una App de este tipo es muchísimo más”.
Violencia de género
En plena pandemia de COVID-19, Vicky*, estudiante de Comunicación Social, usó una aplicación de citas para conocer personas nuevas. Probó Tinder y mantuvo conversaciones con un hombre durante dos semanas.
En tan poco tiempo, el hombre le dijo “ya eres mi novia, pero también eres la novia de mi tío” y le envió una foto donde aparecían los dos juntos. Vicky se asustó porque ya no hablaban solo por Tinder sino por WhatsApp, así que lo bloqueó inmediatamente de esa aplicación y no quiso saber más de él.
Sobre este asunto, Luis Serrano aconseja que puedan utilizar aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram o Signal, porque se puede mantener en resguardo el número telefónico.
De acuerdo con Orta, estadísticamente una de cada cinco citas a ciegas coordinadas a través de las redes sociales terminan en violencia contra la mujer, incluso violencia física, y de esas citas 20 % tiene altísimo riesgo para las personas.
Es por ello que los expertos recomiendan que antes de que haya algún contacto o encuentro físico, exista una verificación previa del sitio de encuentro; que sea un lugar público y que preferiblemente sea una zona conocida, donde se sepa bien la dinámica del lugar y la entrada y salida.
También, notificar a otros conocidos de este encuentro: lugar, hora, fecha y mantenerlos en constante actualización de lo que pasa en la cita. Orta sugiere, aunque parezca estar en contra de lo que es una cita, que no se vaya solo sino acompañado.
Información privada
Los especialistas indicaron que parte de los errores más graves que se pueden cometer al momento de hacer match (conectar) con una persona es caer en las trampas de la “ingeniería social”. Los delincuentes buscan obtener la mayor cantidad de información personal como: datos laborales, familiares, ubicaciones, costumbres, secretos personales y fotos íntimas.
Compartir fotos privadas puede ocasionar que una persona pueda ser víctima de extorsión sexual o pecuniario, es decir, que les soliciten sumas de dinero a cambio de no divulgar información. Estos delitos pueden ser cometidos tanto en grupo, como de forma individual, según los expertos.
En Venezuela, se puede hacer una denuncia si se es víctima de estos delitos en el Ministerio Público o en la división contra delitos informáticos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
(*) Se modificaron algunos nombres por medidas de protección de la fuente
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