Bajo el agua están los vecinos de la comunidad de Amana en Monagas, una población rural ubicada a 15 kilómetros de la ciudad de Maturín. Residentes aseguran estar acostumbrados a las anegaciones, además de ser prácticamente ignorados por el gobierno regional.
Maturín. “Yo perdí todo, aunque suene un poco raro pero ya estamos acostumbrados”. Así lo señalan los habitantes del poblado de Amana, ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Maturín, tras el desborde de los ríos Amana y Mapirito el cual inundó alrededor de siete sectores de la zona rural del estado.
Desde que comenzó a llover el jueves 6 de octubre pasado, los vecinos de Amana han improvisado unas especies de estantes para subir sus electrodomésticos y así evitar que se dañen, mientras que otros no han podido hacer nada y aseguran que perdieron todos sus enseres.
Hasta el momento se contabilizan 483 familias afectadas como consecuencia de las fuertes lluvias. La angustia se incrementó la madrugada del martes 11 octubre, cuando el río salió de su cauce y comenzó a inundar las viviendas. Mientras los lugareños trataban de preservar sus enseres, se quedaron sin servicio eléctrico y sin ningún tipo de comunicación.
En el sector de Amana las familias han perdido gran parte de sus electrodomésticos y aunque no todas las viviendas han sufrido daños considerables por el desborde del río, los habitantes comentan que está es una zona de riesgo con cada temporada de lluvias.
Yo perdí todo, mi nevera, mi cocina. En esta casa somos tres familias y desde el jueves que comenzó a llover esto se nos ha llenado de agua. Para acá no ha venido ni el gobernador ni la alcaldesa. Han venido varias personas pero a hacer lo mismo de siempre: anotarnos en una lista”, cuenta Eglys Leonett, residente del lugar.
Los vecinos dicen estar acostumbrados a esta situación, pues, no es la primera vez que sucede. Hace dos años vivieron una situación similar y aseguran que a pesar de que se envió ayuda por parte del Gobierno nacional, esto nunca llegó a sus manos.
Olvidados
Explican que parte del problema obedece a la falta de atención y mantenimiento del cauce del río y además que la gobernación de Monagas no ha brindado ayuda oportuna.
Son más de 40 casas que se han inundado por aquí y es lo que pasa siempre, el río se desborda y sale al pueblo porque no está canalizado, además que la acción del gobierno no ha sido inmediata. Casi nunca viene la alcaldía ni la gobernación. Algunas familias han logrado salvar sus corotos”, acotó Yuri Pérez.
Los vecinos de la calle principal de Amana I y II, La Florida, Las Palmeras, y Costa del Río, carecen de servicio eléctrico desde la madrugada de este 11 de octubre, cuando comenzó el desbordamiento del río.
“Aquí se perdió todo. No tenemos luz, no tenemos agua. Yo me paré a las cuatro de la mañana y ya teníamos el río aquí en la casa. Es una situación desesperante porque no hallamos donde montar las cosas para que no se nos dañen”, detalló Pérez.
Los vecinos aseguraron que Protección Civil y Administración de Desastres en Monagas, llegaron a la comunidad. Sin embargo, autoridades como el gobernador y la alcaldesa no han visitado la zona. Sostienen que en estos momentos necesitan de mucha ayuda y sobre todo soluciones para evitar que se repita está situación.
Al gobernador Ernesto Luna le pedimos que ayude a este pueblo que perdió todos sus enseres. Ayúdenos a resolver, se lo pedimos de corazón. Ayúdenos con el dragado del río. En estos momentos lo que necesitamos es agua potable, vacunación y que nos ponga la luz”, precisó Douglas López.
Afectación en la vía nacional
La Troncal 10 es una de las vías que ha sufrido mayor afectación como consecuencia de los aguaceros. En varias oportunidades con la llegada de la temporada de lluvias, esta vía sufre daños por la falta de mantenimiento, asfaltado y planes de bacheo.
Aunque el gobierno regional anunció la intervención de la arteria vial, los conductores que transitan frecuentemente por la misma, aseguran que la vía está en pésimas condiciones.
La Troncal 10 comunica a Monagas con estados como: Bolívar y Delta Amacuro. En varias oportunidades se ha cerrado su paso y habilitado trochas para su reparación, aunque dichos trabajos no son culminados.
El pasado 11 de julio, el secretario de Inframonagas, Guillermo Sánchez, indicó que estaban trabajando en un plan de bacheo y asfaltado para esta vía, por tal razón decidieron cerrarla para culminar en un corto tiempo las reparaciones.
“Estamos trabajando sobre la marcha y en tiempo real con horarios corridos. El clima no nos ha ayudado mucho”, dijo Sánchez el pasado mes de julio.
Hasta los momentos se desconoce el porcentaje de avance de este plan anunciado hace tres meses y 19 días. Para ese momento aseguraron que la vía sería reparada en un periodo de 15 días.
Durante la gestión de la exgobernadora, Yelitze Santaella, se aprobó un presupuesto para la reparación de la vialidad, específicamente los tramos dañados en la Troncal 10. Sin embargo esto no se cumplió.
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