Con el objetivo de acompañar a los padres en el descubrimiento del potencial de los niños y motivar su desarrollo, Fundarest, a través de juegos y risas, les enseña a los niños valores como el amor, el respeto mutuo, la fe y la esperanza en un mejor mañana.
Caracas. Fundarest, fundación cristiana que hace vida en las distintas sedes del ministerio restauración del municipio Sucre, atiende alrededor de 30 niños del sector La Suiza, en Petare, municipio Sucre. Este programa estaba suspendido y desde hace dos semanas el pastor Ezequiel Carrasquel lo reactivó.
El crecimiento ha sido exponencial, hace dos semanas atendíamos a 15 niños y ya vamos por 30 niños, nos estamos proyectando a 50 niños en quince días”.
El pastor Carrasquel dijo que el desarrollo de este proyecto en el sector La Suiza se logró gracias al autofinanciamiento de Fundarest, el aporte de los miembros de la iglesia y de la comunidad. También al trabajo voluntariado para dar clases y cocinar. Carrasquel aseguró que “cada aporte que en principio parece pequeño es importante y suma a esta noble causa”.
Motivación
La visión de este proyecto es que a partir de los niños se formen adultos que sean útiles a su familia y a la sociedad, a través del desarrollo de sus habilidades innatas como el deporte, las artes y las ciencias con los diferentes proyectos que tiene Fundarest, fundación que trabaja actualmente con 70 jóvenes.
“El mensaje que les dejo a los niños venezolanos es que no pierdan sus esperanzas, su capacidad de soñar, de ser niños y que no dejen que nadie les robe lo que Dios puso en ustedes. Que crean que pueden alcanzar lo que se propongan en sus corazones, porque los adultos creemos en ustedes como el presente más valioso que tenemos y que debemos cuidar. Ustedes son los adultos de mañana que creemos van a impactar positivamente esta sociedad que tanto los necesita”, dijo el pastor.
Desde hace cuatro años, Jefferson Orozco integra la fundación. En el trabajo con niños ha percibido sus carencias en lo afectivo y el vacío que les deja la ausencia de padres en sus vidas, aun en padres que viven con sus hijos, pero no están involucrados de una manera profunda y asertiva. Afirma que los niños, cuando son bien tratados en un espacio como Fundarest, con actividades como las de los domingos, siempre tienen amor y una sonrisa que dar..
Lo que me motiva a ser voluntario y colaborar con este proyecto es mi creencia en que si formamos niños sanos emocionalmente, los apoyamos en descubrir y desarrollar sus potenciales vamos a tener una mejor nación. Porque los niños son la tierra más fértil donde podemos sembrar el amor y la esperanza. Alejarlos de la droga y la violencia con formación y valores debe ser el compromiso de todos”.
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