Al menos 4000 licoreros podrían verse afectados por la restricción que solo afectará al municipio Valencia y beneficiaría a la Expo-Valencia 2022.
Valencia- Desde el 11 al 13 de noviembre en el municipio Valencia no se podrá vender alcohol y los comercios no tendrán permitido presentar algún tipo de espectáculo.
Cabe destacar que esto será luego de las 6 de la tarde. Al menos, así lo ha dejado claro la Gaceta Municipal de Valencia N° DA/077/2022. Dicho decreto cuenta con la firma del alcalde de Valencia, Julio Fuenmayor.
A diferencia de decretos similares, que coinciden con fechas como Semana Santa o Carnaval. En esta oportunidad, la denominada ley seca viene vinculada a la celebración de la Expo-Valencia 2022. Dicha exposición tendrá lugar en el casco histórico de la ciudad, en el recién inaugurado boulevard José Gregorio Hernández.
Lo curioso de la medida es que el único punto en el que no aplicará este decreto es precisamente en el centro de la ciudad.
Para Calixto Vivas, miembro del sector licorero de Carabobo y presidente de la Asociación de Licoreros del Municipio San Diego, la medida tiene como única intención concentrar las ventas y la afluencia en la Expo-Valencia.
Es en esta exposición, catalogada como la más importante y grande del centro del país, Fuenmayor, así como el gobernador Rafael Lacava han invertido en una gran campaña propagandista.
La razón es que buscan reforzar la idea de un Carabobo de vanguardia. Esto mediantes los planes sociales gubernamentales como: la Gran Misión Venezuela Bella y el Plan Buho. Es así como semáforos y calles han sido reparadas, mientras las casas coloniales han sido pintadas, para así dar una buena imagen a los expositores que conglomeran los sectores comercio, gastronómico y social de la ciudad.
Un capricho gubernamental
No obstante, para la vida nocturna valenciana el decreto emitido desde la alcaldía de Valencia es una pérdida cuantiosa de dinero. “Hablamos de un fin de semana completo en donde más de 4000 vendedores de licor no podrán percibir dinero.
Estemos claros. Restaurantes, bares y discos ganan más por el licor que por otros servicios y eso nos deja como en Carnaval y Semana Santa”, dijo Vivas.
Sin embargo, opina que la medida, si bien impactará a aquellos negocios que se encuentran en el área más comercial de la ciudad (Urb El Viñedo) establecimientos más pequeños buscarán formas de pasar por alto las restricciones. “Todos sabemos que hay comerciantes que van y te venden a puerta cerrada”.
Considera que aquellos que quieran reunirse en sus casas podrán hacer sus compras antes de la hora límite y harán como si nada pasó. “Aquí los que se ven afectados somos los que vendemos licor”. Vivas añade ahora hay más de 4000. “Yo te dije que éramos unos 4000, pero eso fue en 2020, pero han pasado cosas”.
Vivas se refiere a que el gobierno regional ha disminuido la burocracia para la obtención de permisos para venta de licores.
“Ahora vas a cualquier local y te venden una cerveza y eso queda a la vista en ferreterías. La gente sabe que al alcohol se le saca plata y el gobierno también lo sabe. Es más fácil dar permisos y luego por las vías reglamentarias obtener dinero”.
Cada licorería es un mundo
Pero, no todo el mundo parece preocupado por la medida. De hecho en una reconocida licorería ubicada en la llamada Calle de Los Cafés, un encargado que prefirió mantener su identidad bajo anonimato afirmó a Crónica.Uno que no le importaba la restricción.
“Es hasta las seis de la tarde ¿Qué tanto podemos perder? Este es un país en donde se vende demasiada caña. Esta es una licorería que vende todo tipo de bebidas y podemos fácilmente recuperar la inversión”.
Otros no parecen estar tan contentos. En una licorería ubicada en la calle 137, muy cerca de la Avenida Bolívar Norte un vendedor que también prefirió no identificarse expresó su rechazo a la medida.
Mira yo te voy a decir una vaina. Esa fue una decisión de Lacava para querer concentrar a toda la gente de la ciudad en el centro y que vayan a consumir al ahí, porque ahorita todo es el Drácula. Evento que él monta, evento que es un éxito. Entonces, como en esta ciudad la gente es farandulera se van para allá, pero ¿qué pasa con el que no puede, o mejor, el que quiere y lo que quiere es venir a su licorería sentarse en su acera y beberse unas curdas? Pues no puede. Entonces a mí eso no me parece. Hay que dejar a la gente disfrutar y no restringir”.
En contra de la ley
Es por eso que enmarcado en las restricciones, el diputado al Consejo Legislativo de Carabobo y presidente de la Fracción de la MUD, Carlos Molina, condenó la medida por violar el derecho constitucional al trabajo y a las libertades individuales y forzar a los carabobeños a ir a la Expo -Valencia. Para esto el parlamentario se enfocó en el artículo 112 de la carta magna.
“Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país”.
Además, recordó que las ferias realizadas para celebrar las festividades de la ciudad nunca se habían efectuado con medidas coercitivas para forzar a la ciudadanía a acudir al evento.
“La feria debe convertirse en una fiesta, no en una tragedia para miles de contribuyentes de la ciudad de Valencia, que serán afectados económicamente todo este fin de semana por un decreto ejecutivo municipal”.
Pero más allá de las críticas, aplaudió el esfuerzo de los actuales gobernantes en rescatar la vida comercial, industrial y social de la ciudad, luego de haber vivido una seguidilla de embates. No obstante, pidió a las autoridades revertir la medida.
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