chavismo Grenell Trump
Foto: Prensa Miraflores / archivo.

Para Nicolás Maduro, el cese de las gestiones de Richard Grenell en Venezuela le quita la voz que tenía en el Despacho Oval ante Trump. Con la vía del diálogo bloqueada, el chavismo teme lo peor para los jerarcas de un régimen que gobierna desde hace casi tres décadas.

Caracas. La semana pasada, el medio estadounidense The New York Times informó sobre la decisión del presidente Donald Trump de cerrar todo diálogo con el gobierno del chavista Nicolás Maduro.

La decisión del mandatario republicano apartó ‒al menos por ahora‒ de sus funciones al enviado especial Richard Grenell, quien servía como la línea directa de Maduro con Trump.

Gracias a las gestiones de Grenell, Venezuela y Estados Unidos intercambiaron prisioneros y acercaron posturas por primera vez en mucho tiempo.

Pero en medio de las operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe contra presuntos narcotraficantes, Trump envía una señal de mayor presión sobre Maduro.

“Esto representa un giro hacia una política de confrontación abierta con el gobierno de Maduro, se debe ver como un movimiento calculado en un tablero para proyectar fuerza a lo externo mientras refuerza a lo interno la agenda ‘América Primero’, que prioriza la presión máxima sobre regímenes hostiles para forzar concesiones”, dijo a Crónica Uno el analista Aníbal Sánchez.

Foto: Prensa Miraflores.

De acuerdo con Sánchez la decisión persigue “acelerar el aislamiento diplomático de Caracas”, una meta que coincide con las acusaciones de Estados Unidos sobre las presuntas vinculaciones con el narcotráfico de algunos jerarcas del chavismo.

Trump también se “arriesga una escalada” si Venezuela decidiera responder a las “provocaciones” en el Caribe, donde las fuerzas militares de Estados Unidos ya hundieron al menos seis presuntas narcolanchas con un saldo de 21 muertos.

Además, al ver Maduro la opción de pactar con Trump podría acercarse aún más a China, Rusia o Irán, los rivales ideológicos de Estados Unidos.

“En resumen, es una jugada de alto riesgo para Trump: gana en credibilidad doméstica ante su base anti-Maduro, pero pierde flexibilidad si surge una crisis humanitaria o migratoria”, añadió Sánchez.

Un conflicto que escala

Este martes, 14 de octubre, se cumplen dos meses desde que Trump ordenara el despliegue de fuerzas militares en el Caribe, con la declarada intención de contener el flujo de drogas hacia Estados Unidos.

El chavismo dice prepararse para una invasión. Foto: Ministerio de Interior, Justicia y Paz.

Inicialmente las fuerzas estaban compuestas por tres buques con capacidad para efectuar ataques con misiles y unas 4000 tropas, buena parte de ellas marines, la fuerza élite de infantería del ejército de Estados Unidos.

Pero con el correr de los días Trump elevó a 10.000 las tropas agregó buques de guerra y hasta aviones caza, que reposan en una base militar estadounidense en Puerto Rico.

“Todo indica que el conflicto entre Estados y Venezuela está escalando, subirán el tono a la máxima presión en los círculos políticos y esto alimenta especulaciones sobre el objetivo primario de la administración Trump, quien se ampara en la prerrogativa de defensa nacional y la reserva de política exterior para mover fichas”, dijo Sánchez.

En este sentido, el experto señaló que en el seno del chavismo la tensión ante una posible confrontación bélica “es palpable”.

Es por ello que Maduro ordenó el engrosamiento en las filas de milicianos, la puesta en alerta de las tropas profesionales y las práticas que los militares están dando a civiles que simpatizan con la llamada revolución bolivariana.

“Todo aunque algunos (en el chavismo) finjan normalidad”, dijo Sánchez.

El analista no descarta que detrás de la elevada tensión haya una estrategia política de Trump para congraciarse con la comunidad hispana que rechaza su rígida política migratoria, en vista de las elecciones de medio término.

“Sabe que el reloj corre, las elecciones de mitad de período lo aprietan y su manejo duro contra la migración lo dejó en un nicho reducido”, apuntó.

Trump y Maduro: una relación ruidosa

De acuerdo con el analista Pablo Quintero, la relación entre Estados Unidos y Venezuela es “muy ruidosa” en la actualidad.

Es por ello que cree que Trump ordenó el cese de las gestiones diplomáticas de Grenell, para reducir el ruido y las expectativas al tiempo que se unifica el mensaje en relación a Venezuela.

“Una cosa son las declaraciones ante la opinión pública y otra el backstage político, el detrás del telón, considero que más bien lo que se está buscando es unificar una declaración y que se baje un poco el ruido del conflicto venezolano a través de Grenell”, dijo Quintero a Crónica Uno.

Foto: Casa Blanca.

Consideró que los canales diplomáticos “no se han cerrado” pese a la declaración pública de Trump.

“La oportunidad diplomática está sobre la mesa, porque está (la gestión de) Catar, todavía existe una oportunidad para seguir dialogando y  desescalar el conflicto”.

La oportunidad del diálogo pasa, señaló Quintero, por el “cese de las hostilidades” desde el bando venezolano pese a las “amenazas” que suponen las operaciones de Estados Unidos en el Caribe.

“Maduro tiene una oportunidad de evitar la escalada del conflicto a pesar de las amenazas a la soberanía de Venezuela”, dijo.

El regreso al diálogo no evitará tensiones entre Maduro y Trump, señaló Quintero. “Las tensiones se van a mantener y pueden caer en un punto neutro en el que Estados Unidos siga generando usufructo económico y energético con Venezuela y no le interese un cambio de régimen que es algo que han manifestado diversos voceros, que a Trump  no le interesa un cambio de gobierno en Venezuela”.

Lea también:

Saltan las alarmas en el chavismo ante una posible “fase dos” en la presión de Trump a Maduro