Es una enfermedad transmisible por alimentos y comidas contaminados, o directo del enfermo, causada por la bacteria Salmonella thyphi, que genera cuadros diarreicos, altas temperaturas, malestar y postración y erupciones.
Caracas. Oficialmente la información no se ha difundido, a pesar de que es una de las enfermedades transmisibles de notificación obligatoria. No obstante, fuentes médicas reportaron tres casos sospechosos de fiebre tifoidea en Caracas y Valencia, estado Carabobo.
También dijeron, extraoficialmente, que hay otros pacientes con síntomas asociados a la enfermedad aún por verificar. Por ello, médicos recomendaron hervir el agua potable para prevenir su transmisión.
La fiebre tifoidea es una enfermedad transmisible por alimentos y comidas contaminados o directo del enfermo, causada por la bacteria Salmonella thyphi, que genera cuadros diarreicos, altas temperaturas, malestar y postración y puede generar erupciones.
Huníades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina, explicó que se trata de una transmisión fecal oral, a través de las manos y por los utensilios contaminados. También por el agua que llega de muy mala calidad. Todo eso es parte de la cadena de transmisión, así como de la Hepatitis A.
“Venezuela, así como el resto de los países de la región son endémicos para la tifoidea y eventualmente hay brotes. Sucede que en estos momentos no hay notificación epidemiológica. Con los casos actuales, no hay nada grave, no es para producir gran alarma, aunque sí medidas de advertencia”, añadió Urbina.
¿Qué se sabe?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que cada año enferman de fiebre tifoidea entre 11 y 21 millones de personas y mueren entre 128.000 y 161.000.
Las comunidades sin acceso a agua potable salubre ni sistemas de saneamiento adecuados y los grupos vulnerables, en particular los niños, son los que más riesgo corren de padecer la enfermedad.
Para su prevención es necesario extremar las medidas de higiene de los alimentos y personal, pues se asocia a las pobres condiciones socio sanitarias o de la pobreza y a viajes a estas zonas.
La doctora Patricia Valenzuela, médico infectólogo y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), dijo que existen dos vacunas preventivas: la inactivada, es decir, la bacteria que está muerta y procesada, que no tiene el ciclo de reproducción y es inyectable. Y hay una vacuna viva atenuada, cuya plataforma es viva o debilitada y es de aplicación oral.
“En Venezuela, que recuerde, no hemos tenido esas dosis. Esa inmunización se ofrece a las personas que viajan a zonas donde hay muchos casos, hacia lugares endémicos e hiper endémicos. En líneas generales, se ofrece de manera rutinaria. La cuestión es prevenir la infección. Tendríamos que tomar en consideración si es suficiente aplicarla, porque no es una inmunidad para toda la vida. Hay que ver cuál es el costo y el beneficio, ¿Si poner vacunas o hacer prevención y sanear el agua?”.
Para la doctora, también adjunto a la sección de Infectología Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la prioridad es la prevención y potabilizar el agua.
“Garantizarla en óptimas condiciones y calidad permite a los países sostenibilidad y desarrollo en el tiempo de manera satisfactoria”.
Valenzuela mencionó que en diciembre de 2017 la OMS hizo una precalificación de una vacuna conjugada contra la fiebre tifoidea. Este tipo de fármaco induce una inmunidad un poco más que las anteriores, requiere menos dosis y se puede administrar a partir de los seis meses de edad. Es prioridad en países que tengan endemia.
También alertó que otro factor a tomar en cuenta es el tratamiento para la fiebre, el cual puede generar resistencia bacteriana.
Con respecto a la situación actual, la infectóloga indicó que pareciese que no hay un foco común que explique el mismo.
“El último brote de fiebre tifoidea documentado oficialmente en Caracas fue en 2004, en el centro penitenciario La Planta (ya desaparecido)”.
Valenzuela dijo que, en ese momento, cerca de 30 pacientes llegaron a la Emergencia del Hospital Vargas. Ella era la residente de segundo año de Infectología y le tocó evaluarlos.
“Uno de los pacientes llegó con abdomen agudo quirúrgico, fue llevado a quirófano y al cirujano principal le llamó la atención el tipo de lesiones que consiguió y comentó que eso le recordaba mucho a fiebre tifoidea”.
En ese entonces (2004), el epidemiólogo del centro de salud se hizo el mismo planteamiento. Se tomaron muestras de otro paciente que también llegó en muy malas condiciones a la Emergencia y falleció.
“Se hicieron los análisis, se enviaron unas muestras de hemocultivo al Centro Médico Caracas, igual un hisopado rectal con heces y fue en ese instituto donde se identificó la salmonella thyphi. Entre tres o cinco murieron, algunos hicieron deterioro neurológico, porque es una de las complicaciones de esa enfermedad. Cuando hicieron las revisiones de La Planta encontraron malas condiciones de los tanques de almacenamiento. Este es el último brote documentado en Caracas”, dijo la doctora.
Valenzuela sostuvo que frente al agua que se consume en Caracas hay que revisar los embalses, hacer pruebas porque en principio no debe tener color ni olor ni sabor, “esas son características fundamentales que se deben preservar”.
Los síntomas
Consisten en fiebre prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea. Algunos pacientes presentan erupciones cutáneas. Los casos graves pueden complicarse y causar la muerte.
La fiebre tifoidea se trata con antibióticos, aunque la creciente resistencia a diferentes tipos de estos medicamentos hace que el tratamiento sea cada vez más complicado.
La salmonella solo vive en el ser humano. Las personas portadoras tienen la bacteria en la sangre y los intestinos, incluso una vez desaparecidos los síntomas, lo cual significa que pueden transmitirla a otros a través de las heces contaminadas.
El doctor Manuel Figuera Esparza, infectólogo, presidente de la SVI, destacó que lo más importante es la prevención. “Es importante orientar a la población para evitar infección entero fecal u orofecal en caso de desastre, de lluvias y por problemas con la potabilización del agua”.
“Definitivamente, debemos esperar información, pues desde el punto de vista epidemiológico nosotros no somos el Ministerio para la Salud ni los entes de recolección de la data, para dar un reporte con mayor detalle. Debemos es tranquilizar a la población y buscar las medidas, sí el agua no está llegando con calidad, para potabilizarla”.
Recomendaciones
- Hervir el agua, incluso la que se distribuye en botellas, porque a veces en el fondo de estos envases puede haber sólidos. Por eso se recomienda hervirla, por lo menos hasta 10 minutos. Con eso se eliminan los microorganismos posibles.
- Después, lo correcto es filtrar con una tela blanca, de manera que si hay algún residuo quede en ese tipo de filtro.
- Almacenarla en potes de vidrios transparentes o plásticos de boca ancha de colores claros, los cuales deberían lavarse y desinfectarse de manera correcta. Luego debe taparse.
- También se le puede echar gotas de cloro, depende del porcentaje de la concentración: una o dos gotas por litros de agua si es 1 %. Si es a 0,5 % hay que subir la dosis a 4 gotas. Hay que revisar que el cloro sea puro y no tenga olor ni sea jabonoso.
- Lavar bien los alimentos con agua potable y cuidar que los huevos no tengan la cáscara sucia.
- El lavado de manos al manipular alimentos, antes y después, es básico.
- Usar tablas diferentes para picar carnes, aves, vegetales y pescados. Limpiar bien la superficie.
- No comer hielo, a menos que sea con agua salubre.
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