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Tambores de San Juan de La Toma, ritmo centenario que enorgullece a Mariara

El San Juan de Mariara data de finales de 1800 y se celebraba de la mano de un señor llamado Julio Torres. Hasta los momentos se desconoce la fecha exacta de creación de la figura y mucho menos quién la talló.

Valencia. Todos los 24 de junio en el pueblo de La Toma, municipio Diego Ibarra de Carabobo, los tambores suenan y eso solo significa que San Juan Bautista volvió a las calles y cuando el santo vuelve a la calle la alegría y el fervor se sienten.

Carlos Motta es el presidente de la cofradía, cree en el santo desde niño, porque su familia es sanjuanera. Sobre sus hombros reposa la responsabilidad de que la festividad se realice.

El vínculo es tal, que la pequeña capilla en donde está el San Juan queda al frente de la casa en donde su familia vivió por muchos años.

Capilla de San Juan de La Toma. Fotografía: Armando Díaz.

“A los cuatro o cinco años ya estaba dentro de la tradición. Yo era uno de esos niños que ves con los tambores. Son muchos los recuerdos de mi niñez con San Juan. Son más de 25 años. Mientras otros niños jugaban al escondite nosotros jugábamos a San Juan, lo hacíamos con palos y muñecos”.

Su abuelo también fue presidente de la cofradía, cargo también desempeñado por familias como: los Tovar, los Motta, los Sánchez, los Carrillo, entre otros.

Los niños son la generación de relevo, el niño en la imagen lleva una franela con el nombre del santo acompañado del logo de la Unesco. Fotografía: Armando Díaz.
El del pueblo

San Juan del Pueblo, como se le conoce de forma coloquial, es el más antiguo de Diego Ibarra y del eje oriental de Carabobo. En su época, el presidente Juan Vicente Gómez, año a año regalaba un maute para las fiestas.

Hoy por hoy, la cofradía con apoyo de la Cámara Municipal de Diego Ibarra crearon la orden San Juan del Pueblo en su primera, segunda y tercera clase, para reconocer el trabajo de sanjuaneros destacados.

Hombre toca las maracas en compañía de Carlos Motta. Fotografía: Armando Díaz.

Si hay algo en que está claro Motta es que para él San Juan significa libertad y reencuentro. La razón es que en los tiempos de la conquista la población esclava se escapaba para ver a San Juan como método para volver a ver a sus familiares.

El San Juan de Mariara data de finales de 1800 y se celebraba de la mano de un señor llamado Julio Torres. Hasta los momentos se desconoce la fecha exacta de la creación de la figura y mucho menos quién la talló. En su larga trayectoria ha reposado en distintos lugares como El Guamache, La Hacienda y ahora en La Toma.

En Mariara hay aproximadamente 18 cofradías, pero la de La Toma es la más importante. En su recorrido, que duró este año seis horas, visitaron comunidades como: Pueblo Nuevo, San José, 19 de Abril, Libertador y Las Fajinas. Recibieron gente de Aragua y de todo Carabobo, pero especialmente de los municipios orientales. “Por eso todos dicen, vamos al San Juan del Pueblo”.

Niñas de la cofradía danzando por las calles de Mariara este 25 de junio. Fotografía: Armando Díaz.

Motta calcula que este año fueron al menos 600 personas a la procesión. “En la medida que avanzamos se van uniendo”.

La capa

Uno de esos que asistió a la fiesta fue Sergio Hernández, un ginecólogo que se denomina mariano y que por temas familiares terminó confeccionando la capa que lleva el San Juan.

Desde su óptica San Juan es el camino hacia Jesús, por ser el encargado de anunciar su llegada.

Muchos creían que el mesías sería él, pero San Juan estaba claro en su rol”.

San Juan de La Toma cargado por una de las señoras de la cofradía, muestran la capa hecha por Hernández en color rojo con detalles amarillos. Fotografía: Armando Díaz.

A la tradición llegó por una tía que en el primer lustro de los años 2010 le pidió que la ayudara a hacer una capa para el San Juan del Pueblo. “Ella cortó y yo hice el bordado con lentejuelas y cristales de Swarovski”. Tres años después se realizó otra capa, esta vez por invención de Hernández llena de detalles y minuciosidad. “Hay que saberla hacer para que ondee con el viento y resista a las típicas lluvias de San Juan”.

La tercera capa, fue hecha en 2018 y combinó elementos de Diego Ibarra como el Torreón de Mariara, símbolo del municipio, dos pavorreales, la fachada del templo parroquial y la imagen de la Virgen del Carmen.

Muchas personas viajan hasta Mariara para pagar promesas con el santo. Fotografía: Armando Díaz.
Los tambores ancestrales

Hernández opina que la tradición de San Juan más que una procesión es un baile para honrar al santo. Son tambores con ritmos conocidos y especiales para hacerle honor al patrono.

Johan Pérez templa un tambor con al menos 40 años de antigüedad. Fotografía: Armando Díaz.

Johan Pérez es ese hombre que toca tambor y de su instrumento no se ha separado desde los 13 años. Pérez templaba el tambor: ponía al instrumento a unos 30 centímetros de un fogón para darle firmeza al cuero y entonar el tambor para que suene como es, porque para Pérez todavía el cuero de ganado estaba muy “aguado”.

En eso llevaba al menos una hora y con una botella de ron vertía un poco del líquido en su mano para luego pasarlo sobre el cuero. Así también aprovechaba de entonarse con varios tragos, mientras las mujeres hacían el sancocho. Tanto Hernández como Motta contaban que eso es parte de la tradición y que cada uno hace posible que el San Juan salga a las calles y honre a los que ya no están.

El San Juan de La Toma es el más grande y el que más devotos concentra. Fotografía: Armando Díaz.

De hecho, tres días antes del 25 murió la sanjuanera más antigua, una mujer conocedora de la tradición y encargada de llevar al San Juan en brazos. Sin embargo, su legado prevalece gracias a que la Unesco el 14 de diciembre de 2021 los nombró patrimonio inmaterial de la humanidad.

El recorrido se extiende hasta seis horas. Fotografía: Armando Díaz.

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