Trabajadores de la antigua Sidetur, hoy Complejo Siderúrgico Nacional, solicitan al Gobierno que se reactive la producción y les devuelvan los beneficios sociolaborales que tenían con sus anteriores patronos, que fueron eliminados paulatinamente después que la compañía fuese expropiada en octubre de 2010.
Caracas. Aunque en la nómina de la antigua Siderúrgica del Turbio Sociedad Anónima (Sidetur) de La Yaguara, ahora llamada Complejo Siderúrgico Nacional, quedan unos 800 trabajadores, el pasado martes, 15 de marzo, unas 50 personas convocaron a una asamblea extraordinaria con los directivos de la compañía. En la reunión, el personal iba a solicitar que se reactive la producción de materiales para la construcción y les devuelvan los beneficios sociolaborales. Sin embargo, no obtuvieron respuestas porque no llegó ninguna autoridad.
Los trabajadores tenían previsto plantear la necesidad de recuperar la empresa, de mejorar considerablemente los salarios pírricos que cobran, así como la apertura del comedor, pero los embarcaron. Acordaron insistir en la realización de una nueva asamblea con la presencia de los funcionarios gubernamentales.
Sus trabajadores, que aún no se acostumbran al nuevo nombre, se refieren como Sidetur o antigua Sidetur. Aseguran que todo les cambió desde octubre del año 2010 cuando el expresidente Hugo Chávez anunció en cadena nacional la expropiación de esa empresa privada. La orden se publicó en la Gaceta Oficial Nº 39.544 del miércoles, 3 de noviembre de 2010.
Afirmaron que esta empresa, fundada en 1948 en Antímano bajo el nombre de Siderúrgica Venezolana S. A. Sivensa, una fuente de trabajo industrial para las personas que llegaban del campo en búsqueda de mejores condiciones laborales, hoy está paralizada. Ya no producen cabillas, mallas, platinas, cerchas, vigas Joist, perfiles de acero, ángulos.
Hasta ahora, el personal obrero recibe como justificación el llamado bloqueo económico, en alusión a las sanciones que gobiernos como el Estados Unidos impusieron Venezuela. A esa medida también se le atribuye la caída de la producción que reporta la empresa desde 2019. Los trabajadores están divididos en tres grupos de horarios con sueldos entre 12, 20 o 40 bolívares, dinero que no alcanza para comprar comida. En compensación a esas carencias sociolaborales, reciben “de vez en cuando” una bolsa de alimentos del programa Clap.
Los trabajadores reclaman que les devuelvan los beneficios que estaban contemplados en la Ley de Trabajo que recibieron mientras laboraban para la antigua Sidetur. Ahora cobran lo básico y deben «matar tigres» para sobrevivir.
Otra añoranza de los trabajadores y vecinos de Antímano son las publicaciones de manuales, folletos, proyectos, catálogos, revistas comunitarias sobre temas de interés para estudiantes, empresarios, ingenieros y comunidades. Estos textos ya no se editaron más. También desapareció el apoyo que daba la antigua Sidetur para la formación de líderes comunitarios de las parroquias de su entorno.
Con información del cronista popular José Gregorio Ochoa @chegoyoochoa
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