Las gandolas llegan con mayor regularidad a las estaciones dolarizadas, con frecuencia en Barinas-Brica, La Nonna, El Venezolano y las dos ubicadas en la redoma de Barinas.
Barinas. “¡Me puedes matar, pero no te me vas a colear!”, gritó una mujer después de brincar sobre un camión y partirle el parabrisas, en una cola de gasolina en Barinas.
La falta de combustible en los últimos meses del año ha recrudecido las inmensas filas de vehículos para abastecerse y también la impaciencia de los conductores.
Quien presenció la primera escena descrita, también contó a Crónica.Uno que vio cuando el chofer de una cava de quesos osó atravesarse a otro conductor, quien sacó un chuzo y el cavero entendió rápidamente el mensaje. El testigo prefirió no revelar su nombre.
Hasta dos o tres días pueden permanecer los conductores para que ponerle gasolina a sus vehículos.
Edgar Mora, de la línea de taxi El Dorado, manifestó que ahora las colas se hacen en grupos de tres a cuatro personas. Mientras unos comen, otros cuidan los puestos y otros atienden a los clientes.
Esto es una penuria. El viernes me metí a las 7:00 a. m. y salí a las 2:00 a. m. del día siguiente. Tengo que hacer carreras cortas que puedo cobrar hasta en tres dólares, las largas no nos funcionan porque debemos ahorrar la gasolina”, explicó el taxista.
“A veces el Gobierno nos da una tanqueadita, una vez a la cuaresma”, admitió.
Las gandolas llegan con mayor regularidad a las estaciones dolarizadas, con frecuencia en Barinas-Brica, La Nonna, El Venezolano y las dos ubicadas en la redoma de Barinas.
Los transportistas no pueden comprar en el mercado negro, donde el litro de gasolina lo venden en $1,5 o $2, cuando el precio oficial es de $0,5.
“Valor y pa’lante”
A Iris Herrera, contadora, se ha convertido en una novela de terror la búsqueda de combustible. “Tengo que salir a trabajar, atender a mi mamá, vivo lejos de mi trabajo, la gasolina no es buena y, aparte de eso, tener que estar entre 12 a 14 horas en una cola. Cuando se va la luz es peor la cosa, ya casi ni se puede descansar”.
A eso le suma las necesidades fisiológicas y el temor que de eso derive en alguna infección.
“Esto nos va agitando, pero como diría un amigo: ‘valor y pa’ lante’”. Dijo que más de una vez le ha tocado hacer colas por largas horas y tener que irse porque no llega la gandola o se acaba la gasolina.
Rafael Antúnez, de la línea Taxi Miami, se vino hace cinco años de la ciudad de Maracaibo. Buscaba el alivio y la calma de una ciudad más tranquila, decidió dedicarse al oficio de taxista desde su llegada.
“Mire, ayer llegué a las 7:00 p. m. a la estación de servicio El Venezolano y salí a las 4:00 p. m. Esto está muy difícil, estoy demasiado cansado —dice este hombre que ronda los 67 años—. Lo pensé varias veces antes de meterme en la cola, pero tengo que llevar a la nieta al liceo y conseguir los cobres”.
A un lado de la calle permanece una gran cantidad de vehículos y del otro, la fila de motos. El número de vehículos que circulan en la ciudad se ha reducido notablemente.
En moto bajo el sol
Elsa González anda en su moto a toda hora, a veces le toca esperar hasta tres días para lograr llenar el tanque de su medio de transporte. “Me ha tocado estar desde las 2:00 a. m. hasta las 4:00 p. m., aguantando hambre, sed. Hoy había cola en todos lados, no sabía dónde meterme”, declaró.
Los reporteros gráficos también se las deben ingeniar, como Neptalí Querales, quien presta su apoyo al gremio periodístico en la ciudad de Barinas. En el recorrido del domingo observó que las colas se extienden por varios kilómetros.
Querales, quien forma parte de un grupo de motorizados que hacen seguimiento al suministro de combustible, informó que han trascurrido cerca de siete días sin que llegue gasolina a las estaciones subsidiadas, solo a las internacionales.
Tengo que hacer los recorridos bien controlados, ya casi ni salgo, no me puedo quedar a pie. Como reportero de la calle siempre me mandan los reportes”.
A pesar de todos estos contratiempos, Plutarco Saavedra, trabajador del terminal de pasajeros, manifestó que las unidades de transporte público sí les dan el suministro de gasoil de manera regular y trabajan de manera permanente.
Extraoficialmente se conoció que varias unidades de transporte de instituciones como Funsalud y Protección Civil-Barinas tuvieron algunas dificultades para acceder al combustible en esta semana.
Lea también:
Fuentes secundarias de la Opep reportan nueva caída en la producción petrolera venezolana
Participa en la conversación