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El sorpresivo ganador de la carrera más importante del calendario hípico venezolano superó una fractura de sesamoideos y el retiro de su propietario original gracias al esfuerzo de un capataz, la fe de sus nuevos dueños y el trabajo de cuadra de su entrenador.

Caracas. Lusitano era, junto con Draxler, el “outsider” del Clásico Simón Bolívar que se disputó el domingo en La Rinconada. Su inscripción en la prueba más importante del calendario hípico venezolano parecía más bien una aventura al estilo Cañonero, “un sueño imposible” de esos que abundan en el mundillo de las carreras de caballos.

Y es que a menos de dos meses para la disputa de la magna prueba, el alazán de cuatro años apenas aspiraba a ganar su primera carrera, en una campaña marcada por los problemas físicos y la decisión de su propietario original, Rafael Espinoza, de regalar el ejemplar antes de su debut. Le parecía imposible que, al menos, pudiera producir para ayudar con los elevados gastos de su manutención.

El 19 de septiembre –a un mes y 12 días del Simón Bolívar– Lusitano salió de perdedor al imponerse por 12 cuerpos en 1200 metros y el 17 de octubre –a solo 13 días de la selectiva– ganó su segunda carrera, también por vía de galope en recorrido de 1800 metros. Su aparición en el Clásico que todos quieren correr parecía cuando menos apresurada, pero el demoledor avance que mostró el 31 de octubre para derrotar al favorito Valrazio le dio la razón a sus conexiones.

El “cuatro coronas” del haras La Invasión

Lusitano nació el 18 de enero de 2017 en el haras La Invasión. Fue un potro alazán “bien conformado” con peso de 62 kilogramos y alzada de 1,07 centímetros, según refiere la veterinaria Génesis Sánchez. Su madre es Señora Simona, una yegua selectiva que entrenó el múltiple campeón de La Rinconada Juan Carlos Ávila y su padre es el también clasiquero Quick Mani, doblecoronado en la pista caraqueña. La unión entre dos destacados corredores generó grandes expectativas antes de que el potrillo viera la luz del día.

Lusitano a las horas de nacer (GS)

“Desde el momento que me enteré de que la yegua Señora Simona sería servida por Quick Mani, que iniciaba ese año su carrera como semental, sentí muchísima ilusión. Verlo nacer fue muy especial”, recuerda Sánchez.

“Cuando nació lo bauticé como ‘mi cuatro coronas’. Fue un potrillo elegante, de gran alzada y con un crecimiento superior al lote. Su ganancia de peso tenía promedios muy por encima de los demás productos de ese año. Era mi preferido. Siempre supe que estaría para grandes cosas”, asegura la hoy empleada del haras Los Samanes Polo and Racing, ubicada en el estado Falcón.

Se fajaba con los buenos

Como potro de dos años, Lusitano llegó a la cuadra del entrenador José Antonio Uzcátegui en un lote de 31 ejemplares, donde figuraban los destacadísimos pisteros Daveparker y Dimaggio. En esa caballeriza trabajaba de capataz el veterano cuidador Yanir Hurtado, quien recuerda que el hijo de Señora Simona estaba ya apalabrado para ser adquirido por Espinoza, dueño de Mr. Ponchi y el stud Saltamonte Racing.

Lusitano de potro antes de salir al hipódromo en 2018 (GS)

Por decisión personal, Uzcátegui se retira de la profesión y Hurtado queda encargado de la cuadra y de todos los nuevos potros. El hoy capataz de Dotwing Fernández, y también otrora entrenador asistente de Ávila, recuerda a Lusitano como “un potro tardío que le faltaba crecimiento y desarrollo en sus huesos”. No obstante. el alazán mostraba calidad en los entrenamientos.

“Lusitano briseaba con Daveparker –campeón dosañero– Di Maggio y otros potros de calidad y no se dejaba, siempre quería tener la cabeza adelante. Un sábado lo puse a trabajar 600 metros con Daveparker y perdió, pero su traqueador me dijo que no me preocupara porque el caballo por su forma de accionar era para distancias largas, pero que estaba muy ‘jojoto’”.

Tras el trabajo, el potro pasa por la revisión habitual y presenta claudicación del miembro anterior derecho, además de una marcada inflamación. Una semana después, y luego de tomarle unas placas más detalladas, los estudios revelan una fractura en el borde del vértice del sesamoideo. Las dos opciones para el paciente equino eran la operación o dejar que pasara el tiempo y se consolidaran los huesos nuevamente. El veterinario David Rodríguez aconseja la cirugía porque, a su juicio, hay buen pronóstico y “va a quedar cero kilómetros”.

La deriva y la fe del nuevo dueño

Al conocer la noticia, Espinoza decide dar marcha atrás en la manutención de Lusitano y se lo devuelve a Uzcátegui, quien a su vez encarga de ubicar el dosañero a Hurtado. Posteriormente, el capataz debe desalojar la caballeriza del que era su jefe por decisión del Instituto Nacional de Hipódromos y queda prácticamente en el aire y sin trabajo, pues el lote de caballos pasa a manos de otros entrenadores de La Rinconada.

La operación de Lusitano costaba 600 dólares, según Hurtado, quien no tenía recursos para costearla, pero sí contactos y amistades en el hipódromo para ver qué se podía hacer con el vistoso animal.

El preparador recurre a un viejo amigo de los tiempos de Ávila, el empresario Armando Do Ramos y lo convence de quedarse con el caballo. En agosto de 2019, el afamado veterinario Carlos Larrazábal interviene quirúrgicamente a Lusitano y, en sus palabras, lo deja “bello”. Finalmente, Do Ramos manda al corcel al establo de Heli García, donde ya tenía otros ejemplares de su propiedad.

Lusitano después de su triunfo en el Simón Bolívar (Prensa INH)

Luego de dos años, y un debut decepcionante en octubre de 2020, la paciencia de su nuevo dueño, la perseverancia de Hurtado y el trabajo de su nueva cuadra de los García hijo y padre permiten ver a Lusitano en su máximo esplendor. El domingo, apenas en su sexta actuación, demostró su gran corazón en el “Derby” venezolano.

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