En las nueve plazas del área metropolitana de Caracas estudiadas por Ciudad Laboratorio durante el mes de agosto también encontraron que había presencia de más hombre que mujeres (58,1% vs. 41,5%) y poca presencia policial. Destacaron la buena iluminación en casi todas las plazas, a excepción de plaza Miranda, en Los Dos Caminos.
Caracas. La luna no puede encargarse sola de iluminar a toda una ciudad. Y con respecto al alumbrado público y otros temas relacionados a la vida nocturna, Ciudad Laboratorio, una iniciativa de la sociedad civil, se propuso observar la noche en Caracas, una ciudad con fama y datos que comprueban lo insegura que puede ser.
Dentro del proyecto Ciudad Laboratorio está incluida la iniciativa 100 miradas sobre la noche, conformada por una malla de colaboradores que se dedican a observar la urbe a partir de las 7:00 p. m. en días específicos y en zonas cercanas a sus lugares de residencia, tomando en cuenta varios aspectos: “iluminación, seguridad, actividad comercial y cantidad de personas en la calle. La puntuación varía desde 0 (nada) hasta cuatro (mucho)”, explica el portal web ciudlab.com sobre la actividad.
José “Cheo” Carvajal, periodista y director de Ciudad Laboratorio, está de acuerdo con que la “mala fama” que tiene Caracas está sustentada en datos concretos, como la tasa de 30 homicidios por cada 100.000 habitantes que reportó Monitor de Víctimas en un informe 2019, en el que además contabilizaron un total de 898 víctimas de homicidio solo en la capital.
“La noche es un territorio en el que la gente siente miedo. La noche ahuyenta, sobre todo en una ciudad como Caracas”, comentó Carvajal, quien también consideró que el anochecer es un momento importantísimo de la vida y de la ciudad por todo lo que ello implica.
“Es un momento de disentimiento, encuentro, reinvención, deseo, descanso, contemplación, todo luego de una jornada de trabajo, estudio o de lo que sea”, añadió.
Pero para retomar la noche en Caracas hace falta contar con los servicios concomitantes de la vida nocturna, ya que estos la hacen mucho más cómoda y permiten a las personas tener mucho menos miedo de salir.
Si uno no está en la calle, la calle es más insegura”, razonó Carvajal.
La noche caraqueña según Ciudad Laboratorio
Ciudad Laboratorio observó nueve plazas del área metropolitana de Caracas en agosto: Sucre, O’Leary, La Candelaria, Venezuela, Brión, Alfredo Sadel, Altamira, Miranda y la redoma de Petare.
Los datos que tomaron en cuenta los 100 participantes durante esta actividad fueron: movilidad alrededor de las plazas de 6:30 p. m. a 7:00 p. m., comercios a los alrededores abiertos después de las 7:00 p. m., iluminación en las plazas, flujo peatonal por género y vigilancia policial de 7:30 p. m. a 8:00 p. m.
Los resultados muestran que entre las nueve plazas se observaron 439 unidades de transporte público entre las 6:30 p. m. y 7:00 p. m., siendo plaza Venezuela la que cuenta con más tránsito de unidades en dicho horario (88). En la que menos observaron fue en plaza Miranda, en Los Dos Caminos (4).
En cuanto a la actividad comercial, en total contabilizaron 266 comercios a los alrededores de las nueve plazas que conformaron el trabajo de campo, de los cuales solo un 21 % permaneció abierto después de las 7:00 p. m. Carvajal aclaró que la medición se hizo durante una semana de cuarentena radical, lo que significa que durante semanas de flexibilización puede haber una mayor cantidad de comercios abiertos durante horarios más prolongados.
De 23 comercios ubicados a los alrededores de plaza Venezuela, tomando en cuenta también a los puestos de perros calientes, solo 14 suelen trabajar después de las 7:00 p. m. De igual forma, el director de Ciudad Laboratorio aclaró que estos datos no necesariamente son representativos de la actividad comercial de toda la ciudad durante las horas nocturnas.
El economista Manuel Sutherland comentó recientemente a Crónica.Uno lo complicado que significa estimar el impacto de la poca actividad económica nocturna sobre el PIB (Producto Interno Bruto) nacional debido a la falta de datos oficiales al respecto.
“En los 90 comías una arepa a las 5:00 a. m. o 6:00 a. m., eso hoy es poco visto como consecuencia de cuatro cosas: la inseguridad es muy fuerte, hay hampa organizada, muchos han sido víctimas de extorsiones, robos también por parte de cuerpos estadales y estatales y hay temor de salir”, explicó.
Otro dato que destacaron fue el flujo peatonal. El 51 % del movimiento de personas se concentró en la redoma de Petare y la plaza Brión de Chacaíto, y hacia el oeste de la ciudad, donde más observaron movimiento fue en plaza Sucre (868 hombres, 642 mujeres y 157 niños). En todas las plazas observaron mayor presencia de hombres ( aproximadamente 58,1% vs. 41,5%).
Sobre la iluminación pública hay buenas noticias: casi todas las plazas tenían la mayoría de sus luces encendidas, a excepción de plaza Miranda (Los Dos Caminos), con 30 focos encendidos y 36 apagados.
En cuanto a la presencia policial a los alrededores de estos espacios públicos, solo plaza Venezuela destacó con 30 funcionarios contabilizados por los observadores.
Sobre este dato, Carvajal comentó que la seguridad policial tiene sus particularidades en Venezuela . “El tema de la seguridad y de los funcionarios policiales siempre es relativo porque un tipo de policía como la que tenemos nosotros es una policía que en ocasiones mete más miedo de lo que protege”.
Elizabeth Medina es la encargada de observar la plaza O’Leary en pleno centro de Caracas y cercana al Palacio de Miraflores. Tiene dos años junto a Ciudad Laboratorio. “A mí siempre me ha parecido una plaza muy bonita”, comentó.
No es precisamente vecina de la zona, pero Medina conoce bien la plaza O’Leary, pues siempre ha sido un lugar por el que ha tenido que transitar. Lo que ha observado en sus recorridos es que es un lugar concurrido, en su mayoría por vecinos de la urbanización El Silencio, quienes utilizan estos espacios para pasear a sus mascotas o llevar a los niños a patinar o manejar bicicleta.
Otro aspecto que la hace ser concurrida es la parada autobuses ubicada frente a la plaza. Medina explicó que esto ha hecho que en días de semana haya mucha afluencia de personas que esperan transporte público. Sin embargo esta concurrencia suele durar hasta las 8:00 p. m., cuando ya las camionetas dejan de circular por la zona.
“Sobre todo en diciembre las personas acuden a tomarse fotos con la decoración navideña. También van muchas parejas o adultos mayores a conversar. En general es una plaza muy activa, aunque durante la pandemia eso ha disminuido un poco”, explicó Medina.
En cuanto al mantenimiento de esta plaza, obra del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, Medina detalló que es un espacio que las autoridades suelen mantener muy limpia, con su jardinería arreglada y con los faroles encendidos, aunque no descarta que en esto influya el hecho de que este espacio esté a pocos metros de Miraflores.
Pero a pesar de lo activa que puede llegar a ser la plaza O’Leary, Medina indicó que los comercios de los alrededores suelen cerrar antes de las 7:00 p. m., en parte, por la falta de seguridad en la zona y por la extorsión de funcionarios policiales a los comerciantes para dejarlos trabajar hasta ciertas horas.
Con estos datos recopilados, Ciudad Laboratorio busca crear una base de datos que sirva como punto de partida para encontrar, desde la sociedad civil y desde políticas públicas, la evolución de la noche caraqueña.
“Esa es la motivación, nos interesa muchísimo la ciudad en general. No solo la observamos, porque no solo somos un observatorio que genera datos, sino que también procura incidir en esa vida nocturna. Promover que la gente salga y se active y que no solo sean un espectador de lo que sucede sino que también sea un sujeto activo”, añadió Carvajal.
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