Personal del terminal La Bandera y usuarios recurrentes contaron a Crónica.Uno que este 2023 hay mayor afluencia de pasajeros en el lugar con respecto al año pasado.
Caracas. “Mi amor, ¿vas a Mérida? Vente, tenemos transporte para allá”, dice un hombre con franela identificada con el logo de una línea de autobuses a una mujer que se dispone a subir, con un bolso a cuestas, la rampa del terminal de La Bandera.
Abraham (*), quien trabaja en el terminal ubicado al final de la avenida Nueva Granada, cercano a la estación del metro La Bandera, cuenta que la estrategia de abordar a los pasajeros en la entrada se debe a que no hay tanta afluencia de pasajeros, a diferencia de otros años, cuando “ni se podía caminar” por tantos usuarios interesados a viajar a distintos destinos del país.
“Sí hay más personas que en el año pasado (2022), pero de verdad que para estar en la semana del 24 de diciembre, no hay tanta gente”, explica.
Con él concuerda Marlene, quien “como todos los años”, viajaría a San Fernando de Apure para visitar a sus hermanas y pasar las navidades y Año Nuevo.
“El año pasado esto estaba medio pelado. De verdad que ahora he visto movimiento”, sostuvo la mujer quien añadió que por precaución, compró su pasaje a las 10:00 a.m. y haría tiempo hasta la hora de salida del autobús a las 4:00 p.m. de este jueves, 21 de diciembre.
Falta de gasoil
En una de las mesas de los locales de comida, Rosa (*) observa su celular impaciente. Estaba molesta porque tuvo que cambiar de línea de autobúses por el retraso en la hora de partida de la línea en la que había comprado pasaje al estado Falcón, donde vive su padre.
“Imagínate. Yo llegué a las 8:00 a.m. Se supone que salía a las 10:00 a.m. y no fue así. Me molesté porque me di cuenta que con el dinero se van a recargar gasolina y después es que salen. Juegan con el tiempo de uno. Cambié de empresa de transporte, pero ahora debo esperar a las 6:00 p.m.”, señala mientras muestra la hora en su teléfono que marca las 11:30 a.m.
Desde una de las taquillas con ruta a San Antonio del Táchira y San Cristóbal, una trabajadora, que prefirió no dar su nombre, contó a Crónica.Uno que por problemas en el suministro de gasoil, los pasajes están siendo vendidos con hasta 10 días de antelación.
Por esa razón asegura que no se trata solo de poca afluencia de pasajeros, sino que tampoco hay tantas unidades disponibles como en otros años por los problemas de suministro del hidrocarburo.
Lo contado por la empleada representa una oportunidad para los trabajadores independientes o “piratas” que ofrecen sus servicios en taxis u otras unidades de transporte.
Orlando (*) ofrece sus servicios a las conocidas como rutas cortas: Valencia, Acarigua, San Juan de Los Morros y San Felipe.
Afirma que bajando la tarifa “así sea cinco dólares”, ha logrado movilizar personas a distintos estados cercanos a la capital.
“Hay quienes van al mismo estado, entonces buscan varias personas y pagan por puesto para ahorrar”, dice.
Precios “estables”
José (*) viaja cada 45 días al estado Portuguesa desde hace más de un año. Asegura que en este 2023 los precios se han mantenido estables.
Lo mismo opina Ana (*), quien afirma que el costo del pasaje al estado Apure sigue en $ 20, como cuando viajó en el mes de agosto.
Las taquillas con más afluencia de personas la mañana de este jueves, 21 de diciembre, eran en las que se podían comprar pasajes a Maracaibo (por $ 28), San Antonio ($ 40), San Cristóbal ($ 35), El Vigía ($ 27), Barinas ($ 25) y Apure ($ 20).
Para los usuarios la rapidez en la compra del pasaje depende de “la suerte”. Algunos aseveran que la compra fue “cuestión de pocos minutos”, otros insisten con molestia que pasaron hasta una hora en cola por fallas en el sistema.
Necesidades del terminal
Un trabajador del lugar, que prefirió mantener su nombre en reserva, manifiesta que aunque el Terminal de La Bandera ha tenido arreglos, todavía quedan algunas fallas que arreglar.
Visiblemente, el alumbrado de los pasillos por donde están las taquillas y algunos lugares disponibles para la espera es óptimo. Sin embargo, al dirigirse a otros pisos, se ven espacios oscuros o luces parpadeantes.
“Mira a tu alrededor y te darás cuenta que no hay nadie. Claro, no te sientes sola, pero obviamente hay peligros. Todo el que viene carga así sea un poco de dinero y eso los ladrones lo saben”, recalca.
Agrega que al terminal también le hacen falta papeleras.
“A pesar de todo no ves cosas sucias. El personal de mantenimiento hace todo lo que puede. Pero deberían ser mucho mejor remunerados”, expresa.
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