Las familias de los tres pescadores desaparecidos en Choroní el pasado 16 de junio, piden que la búsqueda oficial no se detenga. Siguen esperanzadas de que José Rafael Sosa, Edwin Chávez y Eduard Chávez aparezcan, aún cuando no hay ni un solo rastro de ellos y de la lancha La Llovizna.
Maracay. “Es como si se los hubiese tragado el mar, pero el mar lo que se traga lo escupe. Lo que no es de él lo echa para afuera. Siempre. El mar no se queda con nada”. Así lo dice Carlos Alberto Sosa, hermano de José Rafael Sosa, uno de los tres pescadores desaparecidos en Choroní desde el pasado 16 de junio, a bordo de la lancha La Llovizna.
Ya han transcurrido 17 días desde su desaparición y aunque oficialmente la búsqueda no se ha suspendido, Sosa pide a los organismos oficiales y a la Armada, continuar con el rastreo. Los familiares no pierden la fe y esperanza de encontrarlos, aunque a la fecha no hay ni un solo rastro de los pescadores y la embarcación.
Algunas hipótesis y rumores han circulado a medida que han transcurrido los días. Una de ellas es que la lancha se quedó sin gasolina o que se hundió. Pero Carlos Alberto Sosa y sus compañeros, sostienen que de haberse recuperado el molinete cuando se localizó el palangre, se pudo tener una idea más clara de lo que ocurrió.
“Si la lancha se voltea, algo queda a flote y lo hubiésemos conseguido. Es increíble que no haya nada, nada”, explica.
Otra teoría que tímidamente se ha manejado entre la comunidad de Choroní, es que los tres pescadores hayan sido asaltados en alta mar.
Algo pasó y esa es una posibilidad, que los hayan asaltado. A veces cuando estamos pescando, vemos lanchas rápidas que pasan y que no sabemos si son piratas”, dice Sosa.
Carlos Alberto Sosa, quien es el propietario de la lancha La Llovizna, descarta que la embarcación haya tenido problemas mecánicos y reconoce que raras veces los pescadores utilizan salvavidas durante la faena.
Es difícil quedarnos sin respuesta
Las familias de los tres pescadores, así como la propia comunidad de Choroní, no pierden la esperanza de encontrarlos.
Mi mamá dice que su hijo está vivo. Y el no encontrar ningún rastro, nos hace creer que sí. Tenemos fe y todos los días mis compañeros me dicen que van a aparecer”, cuenta Sosa.
Los pescadores de Choroní y las familias de los desaparecidos, piden al gobierno de Nicolás Maduro y a la Armada, que no cese la búsqueda. Aunque siguen contando con el suministro de gasolina y aceite para las lanchas, estas embarcaciones no están diseñadas para viajar tan lejos.
El más reciente rastreo efectuado por la Armada, se realizó hacia la Isla Las Aves. Ya, a través de fragatas, aeronaves y hasta drones, se ha realizado la búsqueda de los pescadores en La Guaira, Puerto Cabello, el golfete de Coro, en el estado Falcón y las autoridades dieron parte a los organismos de búsqueda de Curazao.
“Nosotros como pescadores ya agotamos nuestros recursos. Nosotros dependemos de ellos porque nuestras lanchas no son suficientes”, solicita.
Carlos Alberto Sosa, asegura que la actividad pesquera en la zona ha disminuido.
“Aquí los muchachos salen a pescar con miedo porque no saben qué pasó”, comentó.
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