close

Mujeres trans venezolanas son vulnerables a la explotación en Colombia

el gobierno de los estados unidos

Las mujeres trans venezolanas en Colombia padecen de rechazo, discriminación y xenofobia por su orientación sexual. Esto las convierte en personas con mayor vulnerabilidad, sin garantía de sus derechos. El Estado colombiano no ampara legalmente a las mujeres trans, son las principales víctimas de explotación laboral y sexual.

Caracas. Lilith* es una mujer trans venezolana que llegó a Colombia en 2017. A ese país llegó con el deseo de continuar con su proceso de transición, que no pudo culminar en Venezuela por las deficiencias en el sector salud.

Vivía en Valencia, estado Carabobo, pero tuvo que mudarse a Caracas para comenzar el tratamiento hormonal, que se le dificultaba en su ciudad natal por el alto costo de los medicamentos.

Cuando Lilith decidió irse a Bogotá fue maltratada por las autoridades venezolanas fronterizas en cada parada que hizo. 

Mi proceso migratorio fue tedioso a pesar de tener el carnet fronterizo, para ese momento no estaba tan afeminada como hoy. Era un chico con cabello largo y rasgos femeninos. Los Guardias Nacionales me arrebataron mis maletas y lanzaron mis pertenencias al piso. Me dañaron muchos objetos personales.

Según la activista de los derechos humanos y abogada, Tamara Adrián, las mujeres trans son personas indocumentadas en su propio país. Tienen los mismos obstáculos de alguien indocumentado para estudiar, buscar vivienda, trabajo o salud. El Estado no las reconoce con el género que ellas se perciben. 

Desde 2014 hay escasez de hormonas femeninas y masculinas en Venezuela. Los hombres trans se estaban inyectando testosterona para caballos, lo que generó problemas graves de salud. Este año aparecieron algunas hormonas femeninas, pero de manera limitada y se agotaron rápidamente, agregó la exdiputada de la Asamblea Nacional en el período 2016-2020.

Migración con riesgos

Las mujeres trans que deciden salir del país escogen como primer destino a Colombia por la cercanía con la frontera. Sin embargo, cuando migran de Venezuela son más vulnerables a las redes de trata de personas. También se exponen a discriminación, xenofobia o explotación sexual y laboral.

Gabriela Buada, directora de la organización Caleidoscopio Humano, explicó que la mayoría de los trabajos que ejerce este segmento de la población son la prostitución y la peluquería, precisamente porque no se les reconoce su identidad. En consecuencia, no tienen sueldos dignos y terminan siendo víctimas de explotación laboral.

Foto: Tairy Gamboa

Las mujeres trans por razones de género no ejercen trabajos dignos y no todas pueden estudiar. Esto reduce sus posibilidades laborales, no pueden estar en oficios comunes y la mayoría de los trabajos que tienen son sexuales. En ocasiones son víctimas de grupos de trata de personas porque algunas llegan en condiciones precarias y sin identidad, precisó.

Inestabilidad laboral

El informe Sentir que se nos va la Vida del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), publicado en 2021, detalló que antes de establecerse, las personas de la comunidad LGBTIQ+ pasan por más de tres trabajos, debido a que los rotan y los explotan con varias actividades. La mayoría trabaja por más de 18 horas al día y, en ocasionas, reciben menos del salario mínimo legal vigente en cada país.

Por esto, muchas obtienen buena parte de sus ingresos gracias al trabajo informal. Es decir, venden productos en la calle, los cuales pueden ser elaborados por ellas, como productos alimentarios o la reventa de objetos.

Las mujeres trans no tienen derecho a un descanso semanal remunerado, no cuentan con seguridad social, por lo que si faltan al trabajo por estar enfermas no les pagan el día.

En la economía de servicios se encuentra el trabajo sexual por supervivencia, el cual en muchas ocasiones, y dadas las condiciones de subordinación y mercantilización de los cuerpos, tiende a convertirse en formas de explotación sexual, documentó el informe.

A esto se le suma que, debido al índice de desempleo que hay en algunos países de acogida, las mujeres trans buscan otras alternativas para sobrevivir, como el trabajo por su cuenta y oferta de servicios. En muchos casos, esto incluye el comercio sexual, lo que se ha convertido en las fuentes de ingresos para ellas.

Sin datos

En Colombia Lilith trabajó en una peluquería y algunas clientas la rechazaron por ser venezolana. Cuando entré a trabajar en una peluquería el dueño me discriminó diciendo que yo era hombre y que debía asistir vestido como tal, contó.

Actualmente la joven, de 26 años, es modelo para adultos a través de una plataforma virtual. Explicó que esta es la forma que tiene de ganarse la vida sin ser víctima de discriminación.

Foto referencial: Gleybert Asencio

El informe de Acnur señaló que los tipos de violencia que sufren las mujeres trans, varían por la identidad o expresión de género de la persona.

Las mujeres trans y lesbianas coinciden en haber sido víctimas de una serie de violencias cargadas de prejuicio e instrumentalización de sus cuerpos, intentos de violación y violaciones, hostigamientos y amenazas para ser sometidas a redes de trata de personas, indicó la investigación.

Otro tipo de violencia que viven las mujeres trans migrantes es el transfemicidio. Aunque no hay datos oficiales, la plataforma Utopix registró un caso en el 2021. A Tiffany, de 22 años,  la asesinaron en Valledupar, presuntamente por otra persona de la comunidad LGBTIQ+ con quien tenía problemas en su lugar de trabajo. Fue agredida con un arma blanca en el tórax.

La víctima era activista por los derechos de las mujeres trans migrantes en Colombia.

Otras cuatro personas trans fueron víctimas de redes de trata de personas y explotación laboral y sexual en Colombia, en el 2019, de acuerdo con la documentación de Caleidoscopio Humano.

Mujeres venezolanas refugiadas en Colombia

En 2020, Amnistía Internacional registró que en Colombia 80 de cada 100 casos de violencia contra mujeres refugiadas venezolanas ocurrieron en sus hogares.

El informe determinó que estas agresiones violentas pueden provenir de parejas o exparejas, ya sean los connacionales o de los países de acogida.

Ahora se está normalizando la violencia por parte de hombres venezolanos, algo que no era una constante en Venezuela, dijo una entrevistada a Amnistía Internacional.

El estudio encontró que las mujeres venezolanas no solo sufren de violencia física, sino psicológica, patrimonial y económica de parte de sus parejas, quienes muchas veces son el “único” sustento económico familiar.

Además, estas mujeres no cuentan con un albergue que pueda apoyarlas en un proceso de separación, pues las autoridades de Colombia alegan que ya no hay refugios suficientes.

(*) El nombre de la fuente fue modificado por medidas de protección.


Participa en la conversación