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El Ceilán es una de las palmas más grandes del mundo. No es la única en Venezuela, pero sí la única que se encuentra en proceso de inflorescencia en el país. La palma del Jardín Botánico empezó a brotar sus primeras raquillas durante la primera semana de diciembre.

Caracas. La inflorescencia de la palma de Ceilán parece un buen augurio para el Jardín Botánico de Caracas, espacio verde en todo el centro de la ciudad que, actualmente, se encuentra en trabajos recuperación y restauración. Esta palma florece solo una vez y tarda más de 35 años en hacerlo. El director Mauricio Krivoy lo ve como un hermoso simbolismo de renacimiento y florecimiento que engloba todo lo que está ocurriendo ahora mismo en el jardín.

Foto: Tairy Gamboa

Ceilán es una de las palmas más grandes del mundo. No es la única en Venezuela, pero sí la única que se encuentra en proceso de inflorescencia en el país. La palma del Jardín Botánico empezó a brotar sus primeras raquillas durante la primera semana de diciembre, momento en el que Krivoy se dio cuenta de que comenzaría a florecer. La palma de Ceilán va por el tercer orden de raquillas, ahora lo que falta es que empiecen a brotar no menos de tres millones de flores.

Sabíamos que tenía que florecer en algún momento pero no teníamos idea de cuándo lo haría. Para nosotros fue una hermosa sorpresa en diciembre”.

Esta especie de palma es originaria del sureste asiático, específicamente de Sri Lanka, y es una de las especies más grandes del mundo. Después de su inflorescencia, la palma da sus frutos, los cuales tardan aproximadamente un año en madurar. Luego de todo este proceso, muere.

Foto: Tairy Gamboa

Krivoy se encuentra en búsqueda de los registros de esta planta dentro del Jardín Botánico. Sin embargo, calcula que la especie debe tener al menos 48 años de vida. Este acontecimiento no sucedía dentro del Jardín Botánico desde el año 2003, cuando floreció otra palma de Ceilán, bajo la cual ahora reposan las cenizas de August Braun, técnico jardinero por muchos años de este espacio.

La inflorescencia de la palma de Ceilán puede verse incluso desde el paso por la autopista Gran Cacique Guaicaipuro (anteriormente llamada Francisco Fajardo), a la altura del Jardín Botánico. Pero quien desee observar desde el jardín puede asistir de martes a domingo entre las 9:00 a. m. y las 12:00 m.

Proceso de recuperación

En 2018 Mauricio Krivoy, médico neurocirujano de profesión, asumió la dirección del Jardín Botánico de Caracas. Para ese año el jardín, que forma parte del complejo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se encontraba en evidente deterioro desde aproximadamente 2015, año en que el país empezó a evidenciar los primeros signos de una crisis económica y social.

Específicamente en 2017, recuerda Krivoy, el Jardín Botánico fue víctima de incontables robos de equipos y materiales, lo que agravó aún más la situación.

Foto: Tairy Gamboa

En 2018 iniciaron un lento proceso de recuperación con ayuda, principalmente, de empresas privadas. Pero todo el trabajo tuvo que detenerse en 2020 con la llegada de la COVID-19 y el cierre de los espacios públicos por la cuarentena decretada por el gobierno de Nicolás Maduro.

Durante el año 2021 también fue denunciada la ocupación ilegal de áreas de bosque protegido que pertenecen al Jardín Botánico, que a su vez limitan con el barrio La Charneca de San Agustín del Sur. Luego del desalojo esta área fue reforestada con al menos 400 especies.

Foto: Tairy Gamboa

Un año después de la paralización de los trabajos de recuperación, Krivoy, junto con Amalio Belmonte, vicerrector administrativo de la UCV, recibieron a Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República, dentro de las instalaciones del jardín. Durante ese encuentro Rodríguez informó sobre la aprobación de una cantidad no detallada de recursos para trabajos de recuperación de toda la UCV.

Dentro de ese proyecto está incluido el Jardín Botánico, el cual también es parte del decreto de Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado a la UCV en el año 2000 por la Unesco.

“Con la ayuda de organismo del Estado y empresas privadas el jardín está en un proceso espectacular de recuperación y restauración donde se le ha hecho todo un tratamiento fitosanitario, se han recuperado las bombas de agua, las válvulas, se reemplazó el cableado de alta tensión, y también está en restauración el Instituto Jardín Botánico, que es el asiento del herbario nacional, en donde hay 450.000 muestras botánicas archivadas desde 1860”, explicó Krivoy.

Foto: Tairy Gamboa

Al concluir todos los trabajos de rehabilitación de las 10 hectáreas visitables del jardín, Krivoy tiene en mente varios proyectos, con la autorización necesaria, que pueden servir para que el jardín pueda ser un espacio que genere ingresos propios y sea un lugar más accesible para los caraqueños. Además de las áreas visitables, el Jardín Botánico también tiene 60 hectáreas de montaña, lo que lo convierte en el segundo pulmón vegetal del municipio Libertador.

Además de dinero, creo que faltan proyectos, creo que este jardín necesita ser replanteado, no es fácil visitarlo. En ese sentido también hacen falta caminerías, sitios de comida, para todo eso también estamos recuperando los baños públicos porque hay que hacerlo más hospitalario”.

Foto: Tairy Gamboa
Recuperación del palmetum

El jardín botánico hace muchos años fue todo un palmetum. Por esto, otro de los objetivos que tiene en mente Mauricio Krivoy es la recuperación del volumen de especies de palma que eran parte del Jardín Botánico. Un dato sobre este tema que recuerda Krivoy es que en el año 1994 la colección de palmas más importante de América fue la del botánico de Caracas.

Cuando Krivoy regresó al Jardín Botánico, luego de los meses de cuarentena por la COVID-19, encontró más de 60 chaguaramos muertos en las caminerías debido a la sequía, los escarabajos o los hongos. Ante esto, él y su equipo se han enfocado en la siembra de especies nuevas que aún están en proceso de crecimiento.

“La idea es que en los próximos años esto vuelva a tener un nivel importante en el volumen de palmas. Quienes van a disfrutar esos chaguaramos cuando estén gigantes serán las próximas generaciones, pero por los momentos alguien tiene que dedicarse a recuperarlos y en los próximos 10 o 15 años serán ya plantas con tamaño y volumen otra vez”.

Foto: Tairy Gamboa

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