La noticia de la llegada de buques estadounidenses al Caribe se diluye entre los caraqueños, quienes se debaten entre la incredulidad y la resignación. Frente al blindaje oficial, la ciudadanía se refugia en la rutina cautelosa, donde los rumores y la desinformación difuminan tanto la esperanza de cambio como el temor a una escalada militar.

