Un dolor real

Con Jesse Eisenberg y Kieran Culkin, la película cuenta cómo dos primos buscan descubrirse en un viaje al origen familiar.

Caracas. Un dolor real es de esas películas del camino. De aquellas en las que el trayecto es el descubrimiento constante del otro. 

David y Benji Kaplan son dos primos que tienen tiempo sin verse. Entonces, deciden viajar juntos a Polonia para honrar a su fallecida abuela, una sobreviviente del Holocausto que terminó sus días en Estados Unidos.  

Interpretados por Jesse Eisenberg y Kieran Culkin, los primos toman un tour que los llevara a esos lugares que fueron de horror durante el nazismo. Sin embargo, esa travesía por esas zonas de conmemoración es tan solo una justificación a lo que realmente ocurre entre ambos familiares.

Un dolor real
Un dolor real ya está en la cartelera de cine de Venezuela

Un dolor real es la segunda película escrita y dirigida por Jesse Eisenberg. En esta ocasión relata una historia familiar que puede ser muy común, solo que ambientada en los vestigios del dolor de lo ocurrido hace casi 100 años.

Encerrado cada uno en sus preceptos, los primos tienen mucho que reprocharse. Pero lo hacen sin rabia ni aspavientos, sino con el amor de quienes han estado siempre juntos, excepto en esos tiempos de distancia. Uno en el desconsuelo de la ausencia y el otro en la concentración por lo obtenido mientras se pregunta por los actos inconcebibles del primo. Todo en silencio, hasta que poco a poco van expresando lo que sienten durante el viaje.

Es un trayecto al origen familiar y su tragedia para reencontrarse en el afecto de la sinceridad.

Un dolor real es una película de diálogos. Hay un enfoque estético para subrayar presente y pasado, la belleza de la recuperación física y espiritual de un país en contraste que el terror de lo ocurrido.

Por eso hay una apuesta a la imagen de postal, pero lo que realmente es importante son las conversaciones no solo entre ambos primos, sino con aquellos judíos que también toman el tour, momentos hilarantes por el humor con el que se trata el turismo del Holocausto.

El realizador es ágil en aprovechar esos momentos para profundizar levemente en la relación con la vida de distintas generaciones, entre aquellos que se aferraban a la esperanza para no ser aniquilados en campos de concentración y la descendencia que tiene asegurada su existencia pero lleva sobre sus hombros otros pesares. Cada uno maneja sus cargas de distintas maneras. 

Un dolor real está nominada a dos premios Oscar: Mejor guion original y Mejor actor de reparto por el trabajo de Kieran Culkin, quien hace un personaje de desfachatez que a veces roza en el cinismo, pero que sin dudas es el que más expone la verdad a los otros, aunque por dentro no pueda confrontar las suyas.

Por su lado, su primo David es el más correcto ante las expectativas de los otros, ecuánime y cortés, pero también es una tempestad interna cuando quiere descifrar a Benji. Son dos mares que se encuentran sin llegar al huracán. 

Un dolor real es una película sobre la familia, la duda y la comprensión. Una obra sobre la soledad y la reflexión sobre los objetivos cumplidos. Un viaje al pasado para afianzar esa dinámica humana eterna de la búsqueda constante. Nunca hay respuestas y por eso el viaje es eterno.

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