La rotura de una tubería sin reparar y las lluvias colapsaron cinco viviendas en Altos de Sinaí, municipio Cárdenas, estado Táchira. Este hecho refleja una crisis mayor: más de 310 viviendas han sido declaradas como pérdida total en 2025, mientras los vecinos enfrentan la emergencia con escasa ayuda oficial.
San Cristóbal. El municipio Cárdenas enfrenta una emergencia silenciosa que amenaza a sus habitantes. Las intensas lluvias que han azotado al estado Táchira durante los últimos meses dejaron su huella más destructiva en Altos de Sinaí, donde cinco viviendas colapsaron, lo que dejó a más de 20 personas sin un techo seguro.
La madrugada del derrumbe, la tierra saturada y el golpeteo de la lluvia en los techos anticipaban lo que sería una tragedia inevitable.
Algunos damnificados fueron acogidos por vecinos y familiares, mientras que la falta de atención gubernamental ha generado una sensación de abandono entre la comunidad, que lleva más de 30 días reclamando soluciones.
“Las grietas comenzaron hace un mes”, contó Iván Zerpa a Crónica Uno.
En su relato, Zerpa explicó cómo la rotura de un tubo matriz de agua potable —tubería principal que distribuye agua a todo el sector—, sumada a las lluvias, provocó primero el colapso de la vialidad y luego de las viviendas.
La calle Colmenares quedó completamente destruida a causa de las filtraciones. Aunque reportaron el daño a la empresa hidrológica, nunca acudió personal al lugar para realizar la reparación.
“La tubería del sector Tierra Blancas presentaba fugas de agua. Esto se informó tanto a los vecinos como a Hidrosuroeste, pero no vinieron a revisar qué ocurría”, dijo.
Con el paso de los días, los residentes observaron cómo las casas comenzaron a abrirse con grietas profundas, que reaparecían horas después de cada reparación.
Por miedo a que su vivienda colapsara, Zerpa optó por desalojarla poco a poco. Sin embargo, el tiempo no fue suficiente, pues en menos de 48 horas, la semana pasada, las paredes cedieron.

Como galletas
El derrumbe alcanzó también otras viviendas, entre ellas la de Eloisa Zambrano, quien expuso que por las noches escuchaba cómo las paredes se resquebrajaban como si fueran “galletas”.
“Había noches que no podía dormir, pues pensé que el techo me iba a caer encima a mi o mis dos hijos”,
dijo.
Zambrano residía en una casa de construcción precaria junto a su esposo, hijos y mascota. Actualmente permanecen en la vivienda de su hermana al no contar con otro lugar.
Asegura que no confía en una pronta respuesta gubernamental y considera que las autoridades deberían atender los problemas antes de que ocurran emergencias de este tipo.
Estas cinco familias se suman a las tantas que ya han sido afectadas por las lluvias a lo largo del año. El municipio Cárdenas es uno de los más golpeados.
En lo que va de 2025, unas 310 viviendas han sido declaradas pérdida total en la región andina, una evidencia de la magnitud de la crisis que enfrenta el municipio Cárdenas.

Sin servicio de agua
En la comunidad Tierra Blanca, a pocos metros del deslizamiento, el colapso de un tubo matriz dejó sin agua potable a más de 30 familias por más de cinco días. Raúl Ostos, vecino de la zona, explicó que la tubería comenzó a presentar fugas en varios puntos, lo que afectó también algunas calles.
“Es una pena lo ocurrido, esperamos que está tragedia no se vuelva a repetir, pues vimos cómo los vecinos lo perdieron todo por algo que se pudo haber evitado”, alegó.
Teme que nuevas lluvias ocasionen daños adicionales en las viviendas y provoquen más colapsos con familias damnificadas como consecuencia.

Arreglos a pico y pala
Tras un mes de bloqueo en las vías que los aislaban por completo, los residentes de las aldeas Cruces, El Albarico, La Fortuna y El Morretón, en la parroquia La Florida, emprendieron un trabajo colectivo para despejar los caminos y recuperar la conectividad de su comunidad.
Las lluvias bloquearon las carreteras e impidieron el tránsito vehicular entre los sectores. Por ello, hombres y mujeres se unieron con pico y pala para remover los escombros.
Carlos Morales atribuyó a los deslizamientos la imposibilidad de trasladar los cultivos y la leche de la zona a otros municipios.
Ante esta necesidad, la comunidad decidió iniciar los trabajos. Luego de más de tres días de esfuerzo lograron despejar algunos tramos. No obstante, lamentan la escasa ayuda oficial y explican que han tenido que recolectar dinero para reparar una máquina y culminar la labor.

Solo la quebrada La Honda sigue sin paso habilitado. Se espera que en el transcurso de la semana se reabra la vía para el tránsito de camiones. Con este esfuerzo colectivo se garantiza la movilidad de productos agrícolas y el acceso de niños y jóvenes a sus centros educativos.
La crisis en Cárdenas confirma no solo la vulnerabilidad de las viviendas ante fenómenos naturales, sino también la urgencia de que las autoridades locales y regionales intervengan con soluciones efectivas.
En medio de la búsqueda de normalidad por parte de los vecinos, la falta de respuesta oficial revela las brechas de atención y prevención frente a emergencias de este tipo.
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