La lanzadora de bala explicó que la falta de apoyo y de recursos generó afinidad entre la delegación venezolana que participó en los Juegos Olímpicos recién finalizados en la capital de Japón.
Caracas. La atleta de lanzamiento de bala Ahymara Espinoza aseguró que las dificultades compartidas de la mayoría de la delegación venezolana en Tokio 2020 hizo que el grupo de atletas se uniera durante la celebración de los Juegos Olímpicos.
Espinoza fue una de las más afectadas por la falta de apoyo en el camino a la máxima cita del deporte universal. Estuvo preparándose en Eslovenia, pero debió regresar al Venezuela en el segundo semestre de 2020. A su llegada tuvo que trabajar sola, sin entrenador ni recursos en un estadio de beisbol de su natal Barlovento.
“La mayoría pasó por la misma situación, tuvimos que entrenar solos, no teníamos los recursos, no teníamos el apoyo y entonces por eso hubo mucha afinidad y unión en el grupo”, señaló la deportista en entrevista con Crónica.Uno.
Después de sortear tantos obstáculos para conseguir la clasificación vía ranking, Espinoza aseguró que competir en suelo nipón “era nada” y, a diferencia de lo que ocurrió en Río 2016, donde “la atacó el nerviosismo”, la adversidad la llenó de fuerza; aunque reconoce que el hecho de prepararse sola sí la afectó al momento de su ejecución.
“Mi deporte es un deporte técnico y necesitas una persona contigo para que te corrija los fallos. En mi caso no tuve ese apoyo y ese personal humano allí para ir mejorando. Por supuesto que eso me afectó en la parte técnica, pero en la parte mental me dio más seguridad. Yo dije: ‘Si he trabajado tanto tiempo sola, ya llegar y competir aquí en Tokio es nada’. Competir ya es una bendición y tanto es así que había clasificado en puesto 31 y terminé en el puesto 25”, explicó.
Una vez finalizados los Juegos Olímpicos, Ahymara Espinoza regresó a Venezuela y fue objeto de un gran homenaje por parte de la comunidad barloventeña, que se organizó para recibirla como una campeona. Esa algarabía –comenta– la siente también en las calles y en los eventos de promoción donde le ha tocado participar, un ambiente muy distinto al que le tocó vivir tras sus primeros Juegos Olímpicos.
“En Río participamos y todo quedó allí. Ya llegamos hace más de una semana y todavía se siente la euforia y las ganas de la gente de tomarse una foto y de darte ese cariño. Hace cinco años se terminó, llegamos y todo quedó allí”, recuerda.
Yo me siento una artista porque la gente quiere tomarse fotos y eso me motiva y me da ganas de seguir, es muy bonito”, subrayó.
Ante la pregunta de si cree que la dirigencia hará autocrítica y corregirá de cara al ciclo de París 2024, la lanzadora de 36 años de edad se ríe, aunque espera que haya buena receptividad.
“No he visto nada. Yo espero que todo esto lo tomen positivamente y que se tome todo lo bueno que ocurrió para mejorar y tener mejores resultados que es lo que se quiere”, recalcó.
Ahymara Espinoza quiere continuar su desempeño en lanzamiento de bala y obtener el cupo a París 2024, pero todo depende del apoyo “porque si fue difícil entrenar de seis a ocho meses sola y sin las condiciones, tres años no se aguantan”. Por lo pronto se muestra abierta a recibir el respaldo de empresas privadas que deseen ayudarla para extender su sueño olímpico.
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