Manzanoarte, una escuela venezolana de circo, instaló en la calle principal de La Quinta, en la Cota 905, una estructura de tubos altos con un trapecio en el medio y unas telas acrobáticas. Esto, acompañado con música de fondo y la animación de Luis. Toda esta instalación fue rodeada por vecinos de la zona que poco a poco se acercaron.
Caracas. Justo antes de comenzar el espectáculo, Luis Bogado, conocido como El Enano, pidió aplausos y apoyo. “Si les gusta el espectáculo, aplaudan, y si no, también”. Faltaba poco para la presentación de los niños, niñas y adolescentes de La Quinta, una comunidad la Cota 905, la cual se convirtió en un pequeño circo el sábado 28 de enero.
El grupo de niños, niñas y adolescentes que presentó el espectáculo estaba por mostrar todas las acrobacias y los performances que aprendieron en tan solo dos semanas. El grupo estuvo compuesto por niños con edades de entre ocho a 17 años.
El espectáculo se realizó en la calle principal de la comunidad, una calle en lo más alto de una montaña de la Cota 905, que por un lado tiene vista hacia el Cementerio del Sur y por el otro hacia el centro de Caracas.
Allí, Manzanoarte, una escuela venezolana de circo de la que Luis es parte, instaló una estructura de tubos altos con un trapecio en el medio y unas telas acrobáticas. Esto, acompañado con música de fondo y la animación de Luis. Toda la instalación fue rodeada por vecinos de la zona que poco a poco se acercaron al lugar que sirvió de escenario.
Durante toda la presentación de los niños y niñas no faltaron los aplausos, las risas y la atención del público que valoró cada pirueta, dramatización y baile de los artistas.
Previa de la actividad
Unos meses antes los artistas de Manzanoarte hicieron enlace con habitantes de la zona. La Quinta tiene la particularidad de que también es la residencia de un grupo de indígenas Wayúu que llegó hace más de 30 años a Caracas, desplazados por la violencia en La Guajira colombiana y venezolana.
Durante la convocatoria se inscribieron 30 niños, niñas y adolescentes de La Quinta, 15 pertenecientes a la población indígena.
“Primero hicimos una pregira que consistió en presentar la propuesta y escoger el lugar donde se iban a dar las clases, entre otros detalles”, dijo Ketzy Médina, parte del equipo de Manzanoarte.
Dos semanas antes, la gente de Manzanoarte empezó a subir de lunes a viernes, cuatro horas por día, para dar las clases de preparación. “Veníamos entre cuatro y cinco profesores que impartían disciplinas como acrobacia, aéreos, malabares, danza y teatro”.
La emoción de los niños y niñas es lo que se lleva Ketzy como un recuerdo de lo vivido en la Cota 905. “A pesar de que viven en una zona que ha sido de mucho conflicto armado, son niños muy amorosos, disciplinados, dispuestos a aprender. Nos vamos contentísimos”.
Entre los recuerdos que Ketzy se lleva es que para la segunda clase ya los pequeños estudiantes sabían montarse en el trapecio. A la tercera, ya no era necesaria mucha ayuda para practicar las acrobacias. Así que para los maestros de Manzanoarte fue grato ver cómo los niños y niñas aprenden tan rápido.
Con respecto al tema de la violencia en la Cota 905, al menos desde finales de diciembre de 2020, integrantes de la megabanda que operaba en la zona, y que tenía entre sus cabecillas a Carlos Luis Revete, conocido como el Coqui, protagonizó distintos enfrentamientos con las autoridades, que se mantuvieron hasta julio de 2021, cuando las fuerzas de seguridad del Estado se desplegaron en la zona. Según el conteo oficial, ocho personas fallecieron en las balaceras, cometidas por miembros de este grupo delictivo.
Cómo se sintió el público
A Irianny León la actividad circense le pareció “algo muy bonito” y “poco común” para la comunidad, que le da la oportunidad a los niños y niñas de ver “otras cosas” mucho más positivas, luego de los episodios de violencia en la Cota 905.
Otra vecina que opinó sobre la actividad fue Silenia. Ella es catequista dentro de la comunidad y en una de las clases, los alumnos le comentaron que durante el fin de semana habría una actividad de circo en La Quinta. Varios de sus alumnos fueron parte del evento.
Para ella, de los aspectos más importantes de la actividad, es saber que, de un tiempo para acá, los vecinos pueden ocupar con “libertad” los espacios de su propia comunidad.
La cantidad de gente que vi fue impresionante. Los niños estaban muy animados y con muchas ganas de que viniéramos a verlos. Ojala este tipo de actividades se repitan con más frecuencia para que los niños vean que también podemos vivir cosas buenas”.
Milagros Pacheco, integrante de la población Wayúu de la Cota 905, siente agradecimiento hacia los encargados de montar el circo. Este tipo de eventos le parecen perfectos para fomentar la inclusión entre los indígenas de la zona y el resto de los habitantes de la Cota.
Milagros es una de las lideresas sociales más activas de la zona, a través de ella Manzanoarte llegó a la Cota 905, luego de que integrantes de la escuela circo colaboraran previamente en jornadas de salud sexual y reproductiva con mujeres Wayúu de la Cota 905.
La participación de la embajada de Francia
Esta actividad también se llevó a cabo con la cooperación de la Embajada de Francia. Y Romain Nadal, el embajador francés en Caracas, estuvo en la actividad. Esa fue su primera visita a la Cota 905. Sin embargo, no es la primera vez que la embajada se involucra en iniciativas en esta zona.
Para nosotros es un orgullo formar estas alianzas y de poder conocer esta comunidad de Caracas, en donde la embajada quiere desarrollar cooperaciones, educativas, culturales, emprendimiento social e inclusión social. Nosotros tenemos una visión global de las zonas populares”.
Sabrina Gutiérrez, parte del equipo de prensa de Manzanoarte, explicó que esta escuela circense se enfoca en la enseñanza de circo contemporáneo y las artes escénicas en Venezuela, fundada por los artistas Zorybel García y Luis Bogado.
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