Solo dos oficinas de la Unidad de Tratamiento al Farmacodependiente, con el respaldo del Servicio de Psiquiatría del hospital de Cumaná, forman parte de la estructura para garantizar la atención de los pacientes en la entidad oriental
Cumaná. En el estado Sucre las limitaciones en la garantía de salud mental de la población se agudizan. La entidad solo cuenta con un centro para la atención de adicciones en la Unidad de Tratamiento al Farmacodependiente (UTAF), ubicada en el sector Caigüire de Cumaná.
Eduardo Muñoz, psiquiatra a cargo de este servicio, asegura que Sucre no tiene centro de desintoxicación ni de hospitalización.
“La fundación José Félix Ribas que centraliza la atención de los pacientes de esta área, no está en la entidad. Es decir, somos nosotros en las dos oficinas de la UTAF, con la ayuda del Servicio de Psiquiatría ubicado en el piso 10 del Hospital Antonio Patricio de Alcalá (Huapa)”, explicó el médico.
Como conocedor de la situación de los farmacodependientes en el país, precisó que la cantidad de personas que reciben debería ser mayor. Lamentó que la población desconozca la existencia del centro y, por otra parte, que la familia desista de la idea de apoyar a su pariente para que reciba atención.
Muñoz advirtió que el tratamiento ambulatorio es para una minoría de pacientes. Se requiere gran apoyo familiar, disposición y fuerza de voluntad, pero la gran mayoría necesita desintoxicación intrahospitalaria.
En el caso del alcohol, notamos que muchas personas no se perciben enfermas porque si crecen en un hogar donde todo el mundo bebe, ¿cómo nos identificamos como anormales? Es decir, normalizamos esas situaciones”, dijo.
Subrayó que cuando los pacientes buscan ayuda es por otras afecciones médicas, como el hígado dañado y otros padecimientos.
“Si acudieran al inicio, la historia sería otra y aunque la búsqueda de atención debe ser voluntaria, generalmente llegan porque los traen sus familiares. Tratamos de convencerlos de que sigan asistiendo, aunque no es fácil”, admitió Muñoz.
Caso fentanilo
Dentro de las mayores preocupaciones del psiquiatra se encuentra la inminente llegada al país de sustancias como el fentanilo.
Los especialistas definen esta sustancia como un opioide agonista sintético que se emplea como analgésico. Su potencia es superior a la que tiene la morfina.
“Cuando comparamos el fentanilo con la heroína, la morfina, con la marihuana simple –no con el creepy–, es comprensible preguntarse: ¿qué tan adictivo puede ser? Vas a tener más cantidad de personas consumiendo sustancias adictivas, por tanto vas a tener mayor captación de quienes tienen susceptibilidad genética a desarrollar trastornos adictivos y van a aumentar los casos”
En Venezuela, el pasado 16 de octubre la Policía Nacional Bolivariana (PNB) detuvo al director del hospital de Portuguesa junto con otras tres personas. La presunción es que comercializarían 100 ampollas de esta sustancia.
Por su parte, Maigualida Fuentes, coordinadora del programa de salud mental de Fundasalud, aseguró que adelantan programas de capacitación para el personal de salud, educación, promotores sociales, funcionarios de seguridad y Defensoría del Pueblo, así como toxicólogos, debido al aumento de las diferentes patologías que afectan la salud mental de la población.
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